Así interfiere China el GPS de los aviones comerciales usando sus buques de guerra
Aeronaves de pasajeros de Qantas, la aerolínea australiana, han comunicado interferencias en el GPS y en las transmisiones en la banda VHF.
22 marzo, 2023 02:27La parte más occidental del océano Pacífico y el mar de la China Meridional se han convertido en zonas muy complejas desde el punto de vista geoestratégico. Pekín reclama como territorio a Taiwán y estos últimos tienen de aliado a un Estados Unidos que ya ha desplegado tropas marítimas en la zona para garantizar su independencia. Otro gran aliado es Australia, que se encuentra inmersa en un programa de rearme con submarinos nucleares incluidos, un equipo que España no tiene.
Y, en mitad de este delicado equilibrio de fuerzas, algunas aeronaves comerciales civiles han recibido las consecuencias. La compañía aérea australiana Qantas ha emitido una carta a sus pilotos informando de que algunas tripulaciones han reportado interferencias en sus sistemas de comunicaciones por radio y en el GPS de a bordo.
"Los aviones de Qantas Group han experimentado interferencias en VHF [una parte del espectro radioeléctrico] de estaciones que supuestamente representan a las Fuerzas Armadas chinas en el Pacífico Occidental y en el mar de la China Meridional", reza el texto. Ha ocurrido lo mismo con "interferencias de GPS que se sospecha que tienen su origen en buques de guerra que operan en la plataforma noroeste de Australia".
Interferencias graves
Los sistemas de geoposicionamiento como el GPS son herramientas esenciales para la navegación de las aeronaves actuales. De ellos depende, en buena parte, que el avión siga la ruta preestablecida para garantizar la seguridad de todo el pasaje y la tripulación. Y también la suficiente separación respecto a otros tráficos.
Si bien están compuestos de constelaciones de satélites, la transmisión de la información se realiza por un conjunto frecuencias que cada sistema tiene asignado. De esta forma, los datos GPS viajan a través de una serie de franjas electromagnéticas establecidas para que no haya interferencias que den lugar a fallos. O que al menos no suceda de forma inintencionada.
"Cada señal de radiofrecuencia, portadora de información, viaja desde el segmento espacial hasta el usuario", en este caso una aeronave. Así lo explican desde el Centro de Respuesta a Incidentes de Seguridad perteneciente al Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). Cada estación receptora puede tener su posicionamiento —latitud, longitud y altitud— empleando la señal de 4 satélites GPS.
Según señalan, "toda señal transmitida por un satélite de geoposicionamiento es vulnerable de por sí, ya que es una onda de radiofrecuencia que, además, se ve atenuada en potencia al llegar a la superficie terrestre". O a los pocos miles de metros que vuela una aeronave. "Lo que la hace más vulnerable a múltiples amenazas, ya sean intencionadas o no intencionadas".
Si bien existen múltiples vulnerabilidades en la transmisión de datos, algunas de ellas incluso naturales, existe otro apartado que se puede explotar: el jamming. "El jamming es una técnica de interferencia intencionada que consiste en la emisión de señales de radiofrecuencia con unas características concretas y una potencia mayor que la señal objeto", explican desde el INCIBE.
Esto se hace con el "fin de bloquear total o parcialmente la recepción de esta última". Existe un tipo de jamming denominado meaconing en el que basta con sintonizar las señales de los satélites de geoposicionamiento, grabarlas y, a continuación, retransmitirlas con un cierto retardo y más potencia para conseguir confundir al receptor.
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Lo que daría una posición falsa a los pilotos de los aviones afectados por este tipo de interferencia, pudiendo causar incluso accidentes. Aunque los aviones de línea comercial cuentan con sistemas de navegación inercial (INS) independientes de cualquier satélite y que pueden determinar con precisión la posición real de la aeronave. Estos INS sirven de respaldo para las zonas donde no existe cobertura GPS y pueden emplearse en cualquier momento en caso de fallo o interferencias.
El spoofing
Se trata de otra técnica de interferencia intencionada en la que un dispositivo transmite una señal análoga a la del satélite, pero de mayor potencia. Según explican desde el INCIBE, "el receptor del sistema de geoposicionamiento [a bordo] pasa a sintonizar una señal falsa en lugar de la real, y con ella calcula una posición en la que realmente no se encuentra o una variable temporal errónea".
Su funcionamiento puede basarse en la simulación de una señal de geoposicionamiento para lo que se usan una serie de bases de datos para crear una señal falsa mediante un software. "Esta técnica tiene éxito si al emitir la señal falsa, esta es la primera que sintoniza el receptor objetivo". Si no se diera este caso, las señales falsificadas pueden ser ignoradas por el GPS de la aeronave.
Para interferir el GPS también se pueden emitir dos señales por cada señal de geoposicionamiento real a suplantar. "Una de ellas es la real pero desfasada 180º, con lo que se consigue anular a la emitida por el satélite, la otra es la señal falsa de más potencia".
Cambio de rumbo
Tal y como indica Qantas, las tripulaciones no han reportado problemas de seguridad relacionados con estas interferencias. Las instrucciones de la aerolínea recogen que los pilotos tienen que seguir con la ruta publicada en el plan de vuelo o bien seguir las instrucciones de los controladores aéreos reales.
Esto último está relacionado con un comunicado de la Federación de Asociaciones de Pilotos de Línea Aérea (IFALPA) publicado a principios de mes que informa de que algunos aviones civiles y militares han sido contactados para cambiar de rumbo y evitar así el espacio aéreo sobre los barcos de guerra. En este escenario, los militares chinos habrían contactado mediante radio VHF a las aeronaves.
"No hay duda de que es el ejército chino", comenta el experto en aviación Neil Hansford, a The Guardian. "Sin embargo, es más molesto que práctico, porque esta no es la única fuente de comunicación que utiliza la aviación civil".
Además de las radios tradicionales a bordo de las aeronaves, la tripulación puede comunicarse por texto mediante el sistema ACARS con algunos centros de control y hay algunas aerolíneas que integran comunicaciones satélites cifradas a mayores. "El VHF en sí mismo es prácticamente de código abierto si se desea escuchar lo que sucede en los cielos".
"El GPS, por otro lado, es una herramienta de navegación utilizada ampliamente en la aviación y en la tecnología cotidiana, y su interferencia es muy grave", prosigue Hansford. "Es un mensaje y hay que tomárselo en serio porque el GPS es una amenaza mayor que el VHF".