Ataques radiactivos con precisión quirúrgica: así es el arsenal nuclear que Putin pone en Bielorrusia
Los misiles Iskander con 500 km de rango y la adaptación de 10 aeronaves son los primeros en la lista para ejecutar ataques nucleares tácticos.
28 marzo, 2023 02:45El último redoble militar de Putin no ha sentado nada bien en la OTAN. La última preocupación de la Alianza viene del envío de armas nucleares del Kremlin hacia Bielorrusia en un movimiento que abre un nuevo frente radiactivo. En particular, se trata de armamento nuclear táctico, un tipo que España no tiene, creado con el fin de ejecutar ataques más acotados y moderados en comparación con los grandes misiles intercontinentales capaces de arrasar países enteros.
Las reacciones desde la Unión Europea no se han hecho esperar con Josep Borrel, alto representante de Política Exterior, señalando que este traspaso supone "otra escalada del conflicto, otra muestra de colaboración del régimen dictatorial de Bielorrusia con Rusia". En el otro lado, desde Moscú indican que Estados Unidos ha hecho lo mismo con algunos países de la OTAN como Alemania, Turquía, Países Bajos, Bélgica, Italia y Grecia.
Según las cifras que maneja la inteligencia estadounidense, Rusia cuenta con 2.000 cabezas listas para integrarse en su amplísimo catálogo de armas nucleares tácticas. Desde protagonizar los misiles Iskander de medio radio y alto poder radiactivo hasta proyectiles de artillería de unos pocos kilotones ideados para ataques a muy corto radio.
Precisamente, en las últimas declaraciones a raíz del envío de material nuclear a Bielorrusia, Putin ha señalado que este próximo mes de abril las tropas de Minsk recibirán el entrenamiento necesario para utilizar el sistema Iskander. También ha mencionado que ya han equipado 10 aviones bielorrusos con la capacidad de transportar armas nucleares tácticas.
Iskander de largo radio
El desarrollo del Iskander comenzó en 1988 pocos meses después de que Estados Unidos y la Unión Soviética firmaran el Tratado sobre las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio. En él, se prohibió el uso de armas nucleares con un radio de entre 500 y 5.500 kilómetros lanzadas desde tierra firme y necesitaban renovar los vetustos misiles Scud producidos durante la Guerra Fría.
Más allá de ralentizarse, la caída de la Unión Soviética aceleró todo el desarrollo del Iskander debido a que los Scud —con tecnología de los 50— eran poco más que sistemas obsoletos. El primer lanzamiento oficial de un misil Iskander se produjo en 1996, pero no entró en la cadena de producción hasta mediados de los 2000 y se puso en servicio para el 2006. Tuvo su primera operación documentada en escenario real en la guerra contra Georgia en 2008 y se ha usado más recientemente en la guerra de Siria.
Cada uno de los misiles está equipado un equipo de propulsión de combustible sólido de una sola etapa y su sistema de vuelo le permite maniobrar en todas las etapas del vuelo. Esto último le confiere un grado de protección a ciertas contramedidas realizando maniobras evasión si necesita librarse de misiles interceptores; además de poder reorientar el objetivo en caso de ser vehículos en movimiento.
Los lanzadores de Iskander-M pueden acarrear un total de dos misiles y los puede lanzar con menos de 1 minuto de diferencia. Una vez agotada la munición, el sistema tiene que ser recargado. En cuanto al alcance, oficialmente tiene un radio de 415 kilómetros aunque algunos reportes indican que puede alcanzar los 500 kilómetros —justo el límite del Tratado firmado en 1987—.
Cuenta con una velocidad máxima entre 6 y 7 veces la del sonido (7.400 a 8.600 kilómetros por hora) y una altitud de vuelo que va desde los 6 a los 50 kilómetros, dependiendo de las necesidades de alcance.
Otro de los puntos esenciales del Iskander-M es la variedad de ojivas que puede emplear. Desde su creación, los rusos lo han posicionado como uno de los misiles más flexibles en cuanto a tipos de carga que puede acarrear. Oficialmente se conoce que puede llevar cabezas nucleares de hasta 50 kilotones, bombas termobáricas, de fragmentación explosiva, de penetración y de pulso electromagnético.
La Daga hipersónica
Si bien el modelo de avión con capacidad nuclear no ha trascendido, es muy posible que se trate del Mikoyan MiG-31. En algún momento entre noviembre y diciembre del pasado 2022 Moscú desplegó un número indeterminado de unidades de esta aeronave en Bielorrusia. Se trata de la plataforma aérea especialmente diseñada para acomodar a los misiles hipersónicos Daga, que conforman una parte esencial del armamento nuclear táctico de Putin, y que podrían terminar teniendo el mismo papel en el ejército de Minsk.
El Kinzhal (Daga, en castellano) es una de las últimas y más modernas incorporaciones en el ejército de Rusia. Su desarrollo responde a las necesidades de crear un misil aire-tierra capaz de penetrar en las defensas aéreas de las fuerzas de la OTAN. Como por ejemplo, los Patriot que recientemente Estados Unidos ha desplegado en Polonia o el sistema de combate Aegis con el que España ha equipado sus fragatas F-100.
El sistema de lanzamiento de este modelo del misil comparte la primera etapa de propulsión con el Iskander, otro de los misiles con el que Rusia lleva bombardeando Ucrania desde el inicio de la guerra. Que se une a una apariencia externa muy similar y a que ambos pueden acarrear ojivas nucleares, según la agencia gubernamental TASS.
El Kinzhal tiene la capacidad de acarrear hasta 480 kilogramos de ojiva con versiones nucleares y convencionales. Sus 8 metros de longitud y por 1 de diámetro alcanzan un rango entre 1.500 y 2.000 kilómetros por una altitud máxima de 20.000 metros. Cuenta con sistema de guiado tanto satelital como por inerciales y una velocidad máxima situada entre 10 y 12 veces la del sonido (de 12.300 a 14.700 kilómetros por hora).
Ataques de artillería
El grueso de la artillería nuclear operativa hoy en Rusia proviene de desarrollos soviéticos. El proyectil principal es el 3BV2 Kleshchevina introducido en 1977 para ser lanzado desde el cañón autopropulsado 2S7 Pion; que ha participado activamente en la invasión de Ucrania, aunque con munición convencional.
El Kleshchevina tiene una ojiva con un rendimiento de entre 0,5 a 1 kilotón que sería capaz de crear una bola de fuego de 80 metros de radio y prácticamente terminar con todo lo que se encuentre en un radio de unos 500 metros, según Nukemap. Este tipo de armamento, que nunca se ha usado en un conflicto, se podría emplear para atacar a un batallón enemigo o a infraestructuras críticas.
Otro de los proyectiles tácticos a manos de Putin es la versión nuclear del 3B11. Dispone de un alcance efectivo de 20 kilómetros con un rendimiento de 2 kilotones, —el doble que el anterior— y se lanza desde el 2S4 Tulipán, un mortero pesado que entró en servicio en los años 70 y del que Rusia mantiene 9 unidades operativas.