Cuanto más grande, mejor. Eso debió pensar Elon Musk, siempre en el centro de la polémica, cuando puso sobre la mesa la necesidad de construir Starship, el cohete espacial más grande y potente jamás creado. Parecía una locura, como su gestión al frente de Twitter, pero ahora el megacohete está listo para el lanzamiento, que se podrá seguir desde España. Lo único que queda esperar es la aprobación de la Administración Federal de Aviación de EEUU, reticente tras sucesivos accidentes y fallos en las pruebas previas.

[Siga en directo el lanzamiento de Starship, el cohete más grande jamás construido]

A pesar de los recelos de la FAA, desde SpaceX aseguran que la nave está lista para su despegue en Starbase, la sede de Boca Chica (Texas) en la que la compañía ha 'copiado' las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral. Según el último calendario anunciado por el magnate, todo apunta a que este lunes 17 de abril será el día en el que se escuchará la cuenta atrás que puede cambiar la exploración espacial para siempre. Tampoco se descartan nuevos retrasos, muy habituales como se pudo comprobar con la misión Artemis, pese al continuo 'bombardeo' de Musk en Twitter sobre lo inminente del lanzamiento desde que empezó 2023.

Las diferencias de Starship con anteriores cohetes y naves espaciales van mucho más allá del tamaño y la potencia. Y es que el concepto detrás de este descomunal prodigio de la ingeniería aeroespacial implica su reutilización completa, un paso más allá de lo conseguido con los cohetes Falcon 9 que tan buen resultado le siguen dando a SpaceX. La idea de Musk es que Starship pueda encadenar lanzamientos cada pocas horas, convirtiéndose en un revolucionario transporte para abaratar los viajes espaciales: primero conectará la órbita baja de la Tierra con las misiones en la Luna, para después servir de base para una futura e hipotética colonización de Marte.

Origen del proyecto

Desde una fecha tan lejana como 2005, SpaceX ha estado trabajando en un cohete pesado de grandes dimensiones, con el objetivo inicial de poder poner 100 toneladas en órbita. El por entonces conocido como BFR (Big Falcon Rocket), ha ido evolucionando a la vez que sus características, cambiando de nombre en varias ocasiones hasta el actual Starship y sus cerca de 120 metros de altura.

En sus inicios, el proyecto se pensó únicamente para facilitar el tránsito a Marte y para otros usos interplanetarios, pero desde 2017 SpaceX lo identificó como la plataforma destinada a reemplazar a todos sus servicios de lanzamiento, tanto para la órbita terrestre como para la órbita lunar y misiones interplanetarias. Incluso han llegado a plantear su uso para el transporte intercontinental de pasajeros en la Tierra, bajo la premisa de que puede alcanzar cualquier lugar del globo en media hora, aunque está por ver si finalmente realiza ese tipo de misiones.

Starship en su plataforma de lanzamiento SpaceX Omicrono

El sistema se compone realmente de dos elementos: el cohete Super Heavy, encargado de la propulsión para el lanzamiento hasta la órbita, y la nave Starship, donde se situarán los tripulantes y la carga útil. Ambos gigantes combinados son reutilizables, lo que permite abaratar los costes de cada lanzamiento hasta unos niveles nunca vistos. En la última conferencia de SpaceX, Musk aseguró que los lanzamientos de Starship se podrían encadenar cada seis u ocho horas, mientras el Super Heavy estaría listo cada hora. 

En cuanto a los costes, el magnate se refirió a "unos pocos millones de dólares por cada vuelo, incluso puede que ser tan baja como un millón de dólares por cada viaje. Son números de locura si atendemos a los estándares espaciales". Tan de locura que hay expertos que los consideran imposibles, aunque con los Falcon 9 SpaceX ya ha demostrado lo mucho que puede ahorrar a agencias como la NASA gracias a la recuperación de los cohetes y su posterior reutilización.

Características de Starship

Este sistema de transporte totalmente reutilizable diseñado para llevar tripulación y carga a la órbita terrestre, la Luna, Marte y más allá, es capaz de transportar hasta 250 toneladas a la órbita baja terrestre en una configuración prescindible o 150 toneladas con recuperación del vehículo. Eso implica cientos de satélites de Starlink, por los 60 que puede poner en órbita actualmente un Falcon 9, o gran parte del material necesario para establecer una futura base en la Luna, por ejemplo.

La parte superior, correspondiente a la Starship, mide 50 metros de altura y 9 de diámetro, y cuenta con una capacidad de 1.200 toneladas de propelente, además de un empuje de 1.500 toneladas-fuerza. De la propulsión en órbita se encargarán seis motores, tres Raptor y tres Raptor Vacuum (RVac), diseñados para su uso en el vacío. Están totalmente optimizados para funcionar en el espacio, gracias a una tobera más grande. Su uso está pensado para maniobras de inserción orbital o de variación de trayectoria en el espacio profundo.

Starship SpaceX

El Super Heavy, por su parte, alcanza los 69 metros de altura y los mismos 9 de diámetro. Su capacidad para el propelente llega a las 3.400 toneladas, y su empuje de despegue a las 7.590 toneladas-fuerza gracias a sus 33 motores Raptor, 13 en el centro y los 20 restantes en el perímetro de la popa del propulsor. Esta configuración ya se pudo ver en acción en la última y espectacular prueba de encendido llevada a cabo en marzo, aunque fallaron dos de ellos. Para hacerse una idea, estos motores de combustión por etapas de metano-oxígeno tienen el doble de potencia que los motores Merlin del Falcon 9.

Una de las cualidades más llamativas de la Starship que la hacen única es su capacidad para reabastecerse estando en la órbita baja de la Tierra para llevar a cabo misiones interplanetarias. Para ello, aprovechará vehículos cisterna (otra Starship, en una configuración especial). Esta recarga de propelente en órbita permitirá transportar hasta 100 toneladas de carga útil hasta Marte, un logro que hasta hace poco parecía imposible.

[Así ha sido el lanzamiento del cohete más potente de SpaceX en su segunda misión militar clasificada]

Con todos estos datos es fácil imaginarse una suerte carretera espacial con la que enviar rápidamente grandes cantidades de material y un buen número de pasajeros (hasta un centenar, según sus propias estimaciones) entre nuestro planeta, la Luna y Marte.

Misiones

De momento, los planes más inmediatos de la compañía se limitan a poner en órbita Starship y demostrar que está todo listo para sus futuras misiones espaciales. La primera, si el calendario previsto sigue adelante, sería dearMoon, el viaje del magnate japonés Yusaku Maezawa junto a otros 7 tripulantes, entre los que se encuentran artistas, youtubers y el conocido DJ Steve Aoki. El objetivo es realizar una trayectoria alrededor de la Luna en una epopeya de una semana prevista en principio para esta mismo año, aunque esa fecha empieza a parecer poco probable.

Vídeo de presentación de los astronautas de Maezawa.

El siguiente hito es la misión Artemis III, ya que la NASA confía en Starship para servir de módulo de aterrizaje a los astronautas que pisarán de nuevo la Luna en 2025. Un último cartucho tras los retrasos del programa Gateway, la estación orbital lunar, que tiene previsto servir como base en un futuro.

Sin embargo, la vista está realmente puesta en convertir Starship en un vehículo capaz de realizar vuelos constantes entre la Tierra y la Luna, así como facilitar la llegada de los seres humanos a Marte. En el vídeo promocional que ha compartido SpaceX esta misma semana se ven con detalle todas las etapas de ese futuro viaje hacia el Planeta Rojo.

Viaje a Marte de Starship

El cohete se desprende de su primera etapa, realiza el repostaje en órbita y llega a un paraje árido y rojizo donde una ciudad futurista espera a los astronautas. Todavía no está claro cómo van a sobrevivir los seres humanos a las extremas condiciones climáticas del planeta vecino, pero cuando estas cuestiones se resuelvan, todos los materiales para la construcción de ese primer hábitat podrían ser transportados por Starship en viajes de ida y vuelta.

Musk, tenemos un problema

No todo son buenos augurios para este megalómano proyecto. De hecho, los precedentes son bastante negativos. Y es que Starship ha sufrido numerosos contratiempos en las pruebas realizadas hasta la fecha. La inmensa nave ha realizado varias pruebas a baja altitud, así como dos vuelos a gran altitud. Uno de ellos terminó con un fallo del motor y un posterior aterrizaje forzoso. Todo ello sin la primera etapa, el cohete Super Heavy, necesario para todas las misiones propuestas por Starship.

Momento de la explosión de la Starship SpaceX Omicrono

El prototipo de Starship SN9 lanzado en febrero de 2021 fracasó estrepitosamente al intentar aterrizar. Alcanzada una altitud de 10.000 metros, apagó paulatinamente sus motores y luego realizó una serie de maniobras de prueba en posición horizontal. Cuando volvió a encender los motores para alcanzar una posición vertical y poder aterrizar, llegó demasiado rápido y en mal ángulo, con lo que acabó totalmente destruida.

Por su parte, el Starship SN10 lanzado en marzo de ese mismo año logró el aterrizaje con éxito, aunque 5 minutos después explotó. La principal sospecha se centra en un posible incendio de los motores que alcanzó los tanques de combustible. Unos días después, el SN11 también quedó reducido a cenizas en el aire debido a una fuga de metano, que provocó un incendio en uno de los motores y destruyó parte de la aviónica. En mayo, el prototipo SN15 consiguió aterrizar tras un vuelo exitoso en el que alcanzó los diez kilómetros de altitud.

La Starship SN4 y los alrededores, envueltos en llamas después de la explosión NASA Omicrono

Tras el correcto encendido de motores y la prueba de carga de combustible, el resultado del inminente vuelo orbital todavía es una incógnita. El propio Musk lo ha reconocido abiertamente: "probablemente perderemos algunos vehículos por el camino". De hecho, el Falcon 9 necesitó hasta 15 intentos para aterrizar con éxito. "No creo que nos lleve tanto con el Starship, porque ya tenemos esa experiencia, pero ciertamente no es seguro que funcione a la primera", señaló hace unos meses. El multimillonario parece dispuesto a asumir cualquier pérdida, porque sabe que, si consigue poner en órbita esta nave, el futuro de SpaceX está más que asegurado.

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