Llegó el día. Tras meses de espera e incertidumbre Elon Musk ha cumplido su promesa. Starship está listo para su vuelo de prueba en lo que supondrá un hito en la industria aeroespacial. La ventana de lanzamiento se abre a las 15:00 horas de España, pero en su última actualización en Twitter, SpaceX sitúa el lanzamiento a las 15.20 h. Será a partir de entonces cuando se enciendan los 33 poderosos motores Raptor para hacer despegar al imponente cohete más grande jamás construido.
El lanzamiento de Starship es tan ambicioso como parece, y entraña riesgos, ya que tiene altas probabilidades de acabar en desastre. "Garantizo emoción para que no sea aburrido. Creo que tiene, con suerte, más del 50% de posibilidades de completarlo [el despegue con éxito]", reconocía el máximo responsable de SpaceX en una entrevista con Morgan Stanley hace unas semanas.
El cohete no es sólo un prodigio de la ingeniería, sino que también es el cohete que está llamada a revolucionar la industria aeroespacial pues es con el que Elon Musk ambiciona para llegar tanto a la Luna como a Marte. Lo hará como es marca de la casa: reutilizando la nave. "Este es el avance que se necesita para extender la vida más allá de la Tierra. Reduce el costo de acceso al espacio en gran magnitud. Es como si los aviones no fueran reutilizables. Sería una locura cada vez que volase a algún lugar", comentaba Musk.
El sistema se compone realmente de dos elementos: el cohete Super Heavy, encargado de la propulsión para el lanzamiento hasta la órbita, y la nave Starship, donde se situarán los tripulantes y la carga útil. Ambos gigantes combinados son reutilizables, lo que permite abaratar los costes de cada lanzamiento hasta unos niveles nunca vistos. En la última conferencia de SpaceX, Musk aseguró que los lanzamientos de Starship se podrían encadenar cada seis u ocho horas, mientras el Super Heavy estaría listo cada hora.
Un cohete descomunal
Este sistema de transporte totalmente reutilizable diseñado para llevar tripulación y carga a la órbita terrestre, la Luna, Marte y más allá, es capaz de transportar hasta 250 toneladas a la órbita baja terrestre en una configuración prescindible o 150 toneladas con recuperación del vehículo. Eso implica cientos de satélites de Starlink, por los 60 que puede poner en órbita actualmente un Falcon 9, o gran parte del material necesario para establecer una futura base en la Luna, por ejemplo.
La parte superior, correspondiente a la Starship, mide 50 metros de altura y 9 de diámetro, y cuenta con una capacidad de 1.200 toneladas de propelente, además de un empuje de 1.500 toneladas-fuerza. De la propulsión en órbita se encargarán seis motores, tres Raptor y tres Raptor Vacuum (RVac), diseñados para su uso en el vacío. Están totalmente optimizados para funcionar en el espacio, gracias a una tobera más grande. Su uso está pensado para maniobras de inserción orbital o de variación de trayectoria en el espacio profundo.
El Super Heavy, por su parte, alcanza los 69 metros de altura y los mismos 9 de diámetro. Su capacidad para el propelente llega a las 3.400 toneladas, y su empuje de despegue a las 7.590 toneladas-fuerza gracias a sus 33 motores Raptor, 13 en el centro y los 20 restantes en el perímetro de la popa del propulsor.