En los últimos meses, el espectacular despliegue de la IA está monopolizando conversaciones, titulares y portadas. Lo más comentado tiene que ver con los trabajos que desaparecerán por culpa de la inteligencia artificial, el éxito brutal de ChatGPT o la afirmación "apagad la IA o moriremos todos", el aviso de uno de los mayores expertos en la materia. Sin embargo, más allá de generar imágenes divertidas del Papa o decidir cuál el monumento más bonito de España, uno de los sectores que más está aprovechando esta tecnología para desarrollar todo tipo de equipos y software es el de defensa.
Algunas de aplicaciones militares de la inteligencia artificial ya se utilizan en el campo de batalla en conflictos como el que enfrenta a Ucrania y Rusia. Está teniendo una importancia crucial en la ciberseguridad, uno de los frentes más activos de la guerra, pero la IA también está presente en el armamento de última generación, desde drones hasta robots como GNOM o Marker, el 'terminator' ruso que elige y dispara contra objetivos a 15 km de forma autónoma.
Sin embargo, pocas cosas producen tanta impresión como ver en acción una IA basada en largos modelos de lenguaje (LLM) asistiendo a un operador en un despliegue militar como si se tratara de un videojuego de estrategia. La última demostración de Artificial Inteligence Platform (AIP) de Palantir, lanzada recientemente en vídeo, es la mejor muestra de cómo la IA puede cambiar radicalmente la velocidad, efectividad y trazabilidad de las operaciones militares.
ChatGPT con fines militares
Desde sus inicios, Palantir ha estado rodeada de polémicas. La empresa especializada en big data cofundada en 2004 por el magnate tecnológico Peter Thiel, que amasó buena parte de su fortuna gracias al éxito de Paypal junto a Elon Musk, tiene estrechos lazos con la CIA y el Departamento de Defensa de EEUU desde sus inicios.
Sus productos más conocidos, Foundry y Gotham, son los utilizados por el ejército y la inteligencia estadounidenses, y también están ayudando a las fuerzas ucranianas desde el inicio de la guerra, como se detallaba en este artículo de The Washington Post. Su proyecto más controvertido involucra al Departamento de Inmigración de los EEUU, ya que se encarga de rastrear y registrar información personal de inmigrantes, tanto legales como ilegales.
El nuevo producto en el que trabaja Palantir no es otro que AIP, del que la semana pasada se publicó una primera demo muy ilustrativa en la que se insiste en "un uso responsable, eficaz y que cumple las normas". Una manera de poner la venda antes de la herida que asombra y aterra a partes iguales.
En el vídeo se muestra cómo funciona el sistema, diseñado para integrar grandes modelos lingüísticos en el diseño de operaciones militares de forma "ética y legal", según Palantir. La gran aportación de este nuevo software estriba en la posibilidad desplegar estas IAs en cualquier red privada, incluidas las redes clasificadas de alta seguridad y los dispositivos tácticos que se utilizan en combate.
[Cazas que vuelan sin piloto: así es el proyecto ACE que ya prueba EEUU]
La AIP se encarga de conectar los datos de inteligencia altamente sensibles y clasificados para crear una representación en tiempo real del entorno en cuestión. Luego, sus funciones de seguridad permiten a sus operadores definir el nivel de acceso de las IAs a los datos y el tipo de cosas que se le permiten hacer. Sobre el papel, son herramientas para "controlar, gobernar y confiar en la IA", con un humano siempre presente en la toma de decisiones, aunque es casi imposible no sentir un escalofrío viéndola en acción.
Prueba en Europa del Este
El operador, que la narradora del vídeo sitúa en una misión ficticia en Europa del Este, interactúa con el software como lo haría cualquiera al utilizar ChatGPT o Bard, la IA de Google: preguntando y dando órdenes muy concretas, a las que el software responde directamente u ofreciendo alternativas.
Al recibir una alarma sobre posibles fuerzas enemigas sin identificar a 30 km de las tropas amigas, el operador usa la IA para tener un mayor conocimiento de la situación. Todo funciona a través de preguntas rápidas y sencillas. Ante la petición de mejores imágenes del destacamento enemigo, AIP sugiere el despliegue de un dron de reconocimiento MQ-9 Reaper, como el que resultó dañado recientemente tras una peligrosa maniobra de un caza ruso.
El mapa, que estará disponible tanto en el centro de mando como en el dispositivo que utilice el operador, muestra el despliegue del dron y la información obtenida a través de geolocalización e imágenes de vídeo, que confirman una amenaza potencial: un tanque T-80 enemigo. Y aquí llega lo más sorprendente: el operador pide a la IA que genere tres posibles cursos de acción y los envía a la cadena de mando para que tomen una decisión.
El sistema se encarga de destacar automáticamente la información clave de cada uno de los cursos de acción, con la idea de ayudar en la toma de decisiones. Para ello, ofrece datos como el tiempo requerido para cada una de las opciones o el estado de los suministros.
El mando militar decide aprobar el curso de acción número tres, después de que AIP haya establecido qué unidades amigas están más cerca del carro de combate de las fuerzas armadas rivales. Pero, antes de proceder, el comandante puede evaluar el campo de batalla llevando a cabo un análisis del terreno para que AIP sugiera la ruta óptima.
Luego, el comandante desea interrumpir las comunicaciones enemigas para que las fuerzas terrestres puedan maniobrar con mayor seguridad. AIP se encarga de identificar automáticamente todos los nodos de comunicación enemigos que pueden ser interrumpidos, para que un especialista en guerra electrónica pueda iniciar la operación de interferencia de manera rápida y eficaz.
Rastrear los datos
Desde Palantir, además de las capacidades operativas de AIP, que incluyen visión por ordenador, posición y navegación avanzadas, emparejamiento de efectivos y simulación, lo que destacan es que todo el proceso de recopilación de datos y toma de decisiones se puede evaluar a posteriori. Y es que, a medida que el operador plantea preguntas, el modelo de lenguaje utiliza distintas bases de datos, tanto de fuentes públicas como clasificadas. La información se etiqueta y protege automáticamente, para que cada respuesta del sistema pueda investigarse si es necesario.
El de Palantir no es ni mucho menos el único sistema de IA en el que está trabajando EEUU. El Pentágono ya presentó en agosto de 2021 el Global Information Dominance Experiment (Experimento de dominio de la información global, en español) o Gide, un conjunto de tecnologías basadas en el tratamiento de datos con inteligencia artificial para impulsar su capacidad predictiva.
Así, Gide recibe en tiempo real información de satélites, radares marinos y sensores terrestres de todo el mundo, tanto militares como civiles. Sus ordenadores se encargan de recopilar y analizar estos datos en busca de una serie de factores. Si detectan algún patrón significativo, generan una alarma para que el ejército decida qué actuación es la más adecuada. Así, el Pentágono puede ganar un tiempo crucial para adelantarse y preparar junto a sus aliados las posibles ofensivas, dependiendo de la situación que se presente.
Más recientemente, la IA también se ha usado para manejar cazas de combate durante horas y, presumiblemente, se encargará también de operar los enjambres de drones que protagonizarán los próximos conflictos armados. El programa Skyborg del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL) tiene el objetivo de desarrollar una arquitectura que permita la construcción de cazas totalmente autónomos, como el X-62 VISTA. De esta forma, las aeronaves de combate tripuladas pasarán a un segundo plano en las misiones más arriesgadas mientras el piloto coordina y ordena al resto de aviones comandados por inteligencia artificial.
Allá por 2017, el propio Vladímir Putin ya advertía de la importancia de la IA en el ámbito militar: "La inteligencia artificial es el futuro, no sólo para Rusia, sino para toda la humanidad. Viene con oportunidades colosales, pero también con amenazas difíciles de predecir. Quien se convierta en el líder en esta esfera se convertirá en el gobernante del mundo", señaló en declaraciones a la televisión estatal rusa RT. Parece que en EEUU han tomado nota.
También te puede interesar:
- Drones, perros robot e inteligencia artificial para evitar nuevos tiroteos masivos en EEUU
- La inteligencia artificial toma el control de un satélite chino: se dedica a buscar enemigos del país
- Ion, la inteligencia artificial que entra por primera vez como consejera en un Gobierno
- Así es Heron TP, el dron espía que Alemania está armando con misiles ante la amenaza rusa