Así es la fragata Navarra, el buque que España manda al Índico para luchar contra los piratas
Será la representación española durante los próximos meses dentro de la operación Atalanta, junto a un dron Scan Eagle y un helicóptero AB-212.
13 junio, 2023 03:16Desde el comienzo de la operación Atalanta en 2008, España ha tenido un papel clave en la protección de buques contra la piratería. Actuaciones como la liberación del pesquero vasco Alakrana o las que han conseguido repeler los abordajes recaen en gran parte en los buques de la Armada. El último de ellos en marchar rumbo a las aguas del océano Índico ha sido la fragata Navarra, que el pasado viernes partió de la base naval de Rota (Cádiz) y tiene previsto llegar en los próximos días a su destino.
Esta embarcación dará relevo a la fragata Reina Sofía que lleva activa en la misión desde el pasado mes de febrero y ostenta el cargo de buque de mando de la Operación de la Unión Europea. Por su parte, la Navarra contará para el desarrollo de la misión con una Unidad Aérea embarcada, compuesta por un helicóptero AB-212 de la Tercera Escuadrilla junto con un dron Scan Eagle de la Undécima Escuadrilla y un equipo de seguridad de la Fuerza de Infantería de Marina.
La fragata Navarra es la quinta de las seis que forman la 41ª Escuadrilla de Escoltas de la clase Santa María. Fue construida por la Empresa Nacional Bazán —hoy Navantia— en Ferrol sobre la clase estadounidense Oliver Hazard Perry y se entregó a la Armada en 1993. Desde entonces, ha participado en numerosas operaciones, misiones y ejercicios tanto en el extranjero como en aguas nacionales.
Fragata veterana
Las embarcaciones pertenecientes a la clase Santa María se corresponden con una de las más veteranas dentro de la Armada española. La primera unidad, que da nombre a la propia clase, entró en servicio en 1986 como parte de un primer lote que se autorizó en 1977.
Tras algunos cambios de planificación y la cancelación de un programa de desarrollo que se estaba llevando en paralelo, se encargaron 2 unidades más que recibieron el nombre de Navarra y Canarias. Estas últimas, entregadas ya a mediados de los 90, incorporaron algunas modificaciones y mejoras tecnológicas respecto a la primera hornada.
Entre las variaciones se incluye la incorporación de unas aletas estabilizadoras de popa, la integración del sistema de cañones antiaéreos Meroka y la modificación de algunos equipos electrónicos clave como el radar de vigilancia aérea, el sonar o el sistema de guerra electrónica. Estos extras también se traducen en unas especificaciones algo diferentes, principalmente en las toneladas de desplazamiento, que llegan a las 4.000 toneladas a plena carga en los modelos nuevos y a 3.982 toneladas en los antiguos.
Por otro lado, las cotas sí se comparten. La fragata Navarra tiene una eslora de 138 metros, una manga de 14,3 y un calado de 7,5 metros, un espacio donde pueden trabajar hasta 207 tripulantes. El sistema de propulsión corre a cargo de dos turbinas de gas de 40.000 caballos cada una, que mueven una sola hélice de paso variable y le confieren una autonomía de 9.800 kilómetros a una velocidad de 22 km/h.
La fragata Navarra también incorpora un sistema de lanzamiento de misiles, un cañón Oto Melara, el Meroka mencionado anteriormente, dos ametralladoras y otro par de tubos lanzatorpedos para ejecutar ataques contra submarinos. Se acompaña todo por un ecosistema de sensores con un radar aéreo avanzado que consigue una cobertura de 457 kilómetros, un sonar y un radar de superficie.
Este tipo de embarcaciones están diseñadas específicamente para realizar dos tipos de misiones. En primer lugar, las operaciones de interdicción marítima, que consisten en el control del tráfico marítimo en un área determinada mediante la identificación, abordaje y detención de buques sospechosos, según indican desde la Armada.
El otro pilar corresponde con la protección de las unidades valiosas. "Es el tipo de misiones para el que inicialmente estaban diseñadas las fragatas" y que consistían en la escolta oceánica de grupos de combate y de buques mercantes en aguas abiertas, donde la principal amenaza era el submarino. Actualmente, al trasladarse los escenarios hacia un entorno litoral, las fragatas como la Navarra realizan misiones junto con buques de proyección, principalmente portaviones y buques anfibios.
La fragata Navarra cuenta con un dilatado historial de operaciones exitosas a sus espaldas. El 21 de abril de 2019, durante su despliegue en la misma operación Atalanta, apresó a 5 piratas tras un ataque sobre el pesquero Adria —de bandera coreana y dotación española— y el pesquero de bandera española Txori Argi.
También ha participado en otras misiones internacionales como la Operación Libertad Duradera, donde tuvo un papel exitoso al interceptar y abordar un carguero norcoreano que transportaba una carga de 15 misiles Scub, 15 cabezas de guerra convencionales con 250 kg de alto explosivo cada una, 23 depósitos de combustible de ácido nítrico y 85 bidones de productos químicos.
Equipo a bordo
Dentro de la embarcación también irá un helicóptero AB-212 de la 3ª Escuadrilla con base en Rota (Cádiz). Se trata de una aeronave polivalente especialmente dedicada a servir desde buques en misiones tan diferentes como el transporte táctico de tropas, la escolta, apoyo mediante el fuego, apoyo a desembarcos, reconocimiento armado, salvamento marítimo o inserción y extracción de equipos operativos.
El Bell 212 tiene 17,4 metros de largo, un peso cargado de 4.700 kilogramos y una autonomía de hasta 3,5 horas. La dotación de la versión particular de la armada llega a 5 personas, que viajan a una velocidad máxima de 220 km/h con un techo de vuelo de 5.305 metros. Incorpora una ametralladora Dillon Aero M-134D de calibre 7,62 y una cadencia de 3.000 balas por minuto.
En el apartado de aeronaves no tripuladas, la fragata Navarra lleva a bordo el dron Scan Eagle de Boeing especializado en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento mediante la recolección de imágenes en alta resolución y en tiempo real.
El sistema Scan Eagle se convirtió en 2014 en la primera adquisición de este tipo de aeronaves para la Armada, como parte del programa PESANTE (Programa de Empleo de Sistema Aéreo No Tripulado Embarcado). Fue incorporado por primera vez a bordo del Buque de Asalto Anfibio Galicia en 2015, en el marco de la Operación Atalanta, y desde entonces ha sido uno de los fijos en este tipo de misiones.
Es relativamente pequeño (longitud de 1,71 m y envergadura de 3,11 m) y ligero, con un peso máximo al despegue de 22 kg. Su planta motriz de dos tiempos alimentada con gasolina tiene solo 1,12 kW (1,5 CV), pero gracias a su ligereza y su perfil aerodinámico alcanza una velocidad máxima de 148 km/h.