Hoy, martes 18 de julio, ha tenido lugar la misión número 39 de Rocket Lab, 'Baby Come Back', que pretendía desplegar mediante su cohete Electron hasta 7 satélites en el espacio. Esta misión, que se ha podido presenciar desde España, tenía otra característica principal; buscar recuperar la primera etapa del cohete Electron después de que este cayera al océano. Y así ha sido; lo han conseguido.
Después del lanzamiento exitoso del cohete en el Lauch Complex 1 de Mahia, Nueva Zelanda, Rocket Lab ha conseguido recuperar con éxito la primera etapa de su cohete Electron al caer al océano. Cuando Electron despegó, su primera etapa se separó unos dos minutos y medio después, provocando que se hundiera en el océano Pacífico.
El propulsor del Electron descendió a la Tierra a más de 9.000 kilómetros por hora, consiguiendo alcanzar una temperatura de 2.400 grados Celsius. Pudo desplegar su paracaídas principal al menos 8 minutos después del despegue, lo que permitió que la inmersión en el agua fuera controlada y segura. Usando embarcaciones, Rocket Lab consiguió recuperar el propulsor.
Rocket Lab lo vuelve a hacer
Rocket Lab consiguió recuperar la primera etapa usando una plataforma de captura especialmente diseñada para este fin. La idea de esta misión es sencilla; descubrir el mejor método para reutilizar los propulsores de sus cohetes para futuras misiones. El portavoz de Rocket Lab, Morgan Bailey, ha hablado para el medio The Verge, explicando que el proceso ha ido "mejor de lo esperado".
El año pasado Rocket Lab saltó a la fama después de lograr todo un hito: capturar en pleno aire la primera etapa de un Electron usando un helicóptero. Con esta iniciativa, la compañía quería comprobar cuán factible era esta forma de recuperar la tecnología de sus propios lanzamientos. El proceso fue similar; el cohete Electron desacopló su primera etapa, cayendo en paracaídas. En este caso, fue un helicóptero Sikorsky S-92 que consiguió llegar a la etapa y 'pillarla'.
¿Por qué Rocket Lab no ha llevado a cabo este procedimiento? El propio Morgan Bailey deja claro el porqué: simplificación. Esta operación ha permitido al equipo de Rocket Lab "simplificar la operación al eliminar el helicóptero y simplemente recoger la etapa del océano". De esta forma, usarán todos los datos para realizar análisis futuros que determinen "futuras misiones de recuperación".
Hace un tiempo que la firma aeroespacial entendió que recoger las etapas de su Electron en pleno vuelo no era lo más idóneo. En noviembre, Rocket Lab falló al intentar atrapar la etapa en el aire, con esta cayendo al mar sin remedio. En mayo, un helicóptero consiguió nuevamente atrapar el propulsor de su cohete en el aire, pero acabó soltándose en el océano a petición de los pilotos.
En definitiva, todo apunta a que la compañía ha decidido sencillamente limitarse a recoger las etapas del océano debido a la complejidad que supone interceptar las etapas en pleno vuelo. Este lanzamiento incluía la puesta en órbita de cuatro satélites CubeSats de la misión Starling de la NASA; trabajarán en conjunto para probar el "posicionamiento, la creación de redes, las maniobras y la toma de decisiones autónomas".