Es tremendamente importante, tanto en España como en el resto del mundo, saber qué acontece en el espacio. En el vasto espacio del firmamento no es raro encontrarnos con fenómenos que pueden afectar enormemente a la vida diaria de los ciudadanos. Un ejemplo de ello son las erupciones solares, o eyecciones de masa coronal que ocasionalmente recibimos del Sol. Ahora, la ESA advierte de una eyección tan gigantesca que se extendió incluso por Marte.
La Agencia Espacial Europea explicó recientemente cómo recogieron una masiva erupción solar en el año 2021, que tuvo un área de extensión tan gigantesca que tanto la Tierra como Marte recibieron afluencia de partículas energéticas, incluso estando a una distancia de 250 millones de kilómetros.
Esta es, según la ESA, la primera vez que un evento solar de este tipo se mide simultáneamente en las superficies de la Tierra, la Luna y Marte. Afortunadamente, la presencia de esta erupción solar podría tener efectos beneficiosos en la comprensión del impacto que tienen estos estallidos solares sobre los cuerpos del sistema solar. Lo mismo ocurre con la forma en la que la atmósfera de un planeta, así como su campo magnético, pueden servir de escudo ante ellos.
Un estallido solar inmenso
El evento fue descubierto por una flota de naves y módulos espaciales de carácter internacional. Esta flota incluía al rover Curiosity Mars, el módulo de aterrizaje lunar chino Chang'e-4, el ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) de la ESA o el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA. No falta el orbitador terrestre de la DLR, el EU:CROPIS. El descubrimiento se detalló en la Geographical Research Letters.
Se cree que la erupción tuvo lugar el pasado 28 de octubre de 2021, y provocó la expulsión de una masa de gas, plasma y partículas energéticas por la ya mencionada distancia de 250 millones de kilómetros, o lo que es lo mismo, una importante porción del sistema solar. El evento, de hecho, fue tan poderoso que partículas del propio sol lograron penetrar el campo magnético de la Tierra.
De esta forma, el estallido solar se pudo detectar en la superficie terrestre, constituyéndose en lo que la ESA llama como una 'mejora a nivel de suelo'. En estos eventos, las partículas del Sol son lo suficientemente potentes como para atravesar el campo magnético de la Tierra, y solo se han registrado 73 a nivel de la superficie terrestre desde que se tienen registros. Registros que comenzaron en la década de 1940, siendo este el primero en detectarse desde dicha época.
Esto no ocurre así con la Luna y Marte. Ninguno de estos cuerpos cuenta con campos magnéticos capaces de protegerlos de estos fenómenos, por lo que las partículas energéticas del Sol pudieron llegar fácilmente a sus respectivas superficies. Según la ESA, incluso llegaron a "interactuar con el suelo para generar radiación secundaria".
Marte, por su parte, cuenta con una atmósfera ciertamente delgada, pero que es capaz de detener "la mayoría de las partículas solares de menor energía", relanzando las que están cargadas de más energía. Dada la importancia y el interés científico de ambos cuerpos, es importante para la humanidad comprender cómo funcionan dichos estallidos, especialmente en el caso de uno tan masivo como el que nos atañe, y cómo afectan estos al cuerpo humano.
La ESA pone el foco en el riesgo de los astronautas en misiones oficiales, que pueden sufrir enfermedad por radiación. Una dosis muy alta de este tipo de energía (la ESA habla de 700 miligrays (mGy)) es suficiente para inducir la enfermedad por radiación a través de la destrucción de la médula ósea. Esto puede provocar problemas tan graves como hemorragias internas o infecciones.
Radiación en astronautas
Es fácil imaginar que con estos eventos, las misiones para devolver al ser humano a la superficie de la Luna pueden estar condicionadas. Es lo que desentraña la ESA en su comunicado. Durante el estallido solar del 28 de octubre de 2021, la dosis de radiación recibida en la órbita lunar se pudo medir en 31 miligray (mGy). Esto, a ojos de los expertos, podría poner en aprietos a los astronautas si los eventos se dan con cierta asiduidad.
Es lo que cree Jingnan Guo, científico que pudo investigar el estallido solar del 2021. Sus cálculos muestran que "en promedio, un evento cada 5,5 años podría exceder el nivel de dosis segura en la Luna si no se hubiera proporcionado protección contra la radiación". Guo prosigue explicando que comprender estos eventos "es crucial para futuras misiones tripuladas a la superficie de la Luna".
Esta medición fue realizada por el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, y posteriormente fue comparada con las recogidas en Marte por el ExoMars TGO y el rover Curiosity TGO. Las mediciones presentadas en el Planeta Rojo fueron tremendamente reveladoras; el TGO midió 9 miligrays, mientras que en la superficie el Curiosity recogió 0,3 miligray, unas 30 veces menos.
Este estallido tuvo otro lado positivo; otras tantas misiones de la ESA como el Solar Orbiter o el BepiColombo también 'sufrieron' la explosión de la erupción solar, lo que permitió recoger más datos y mediciones. Marco Pinto, investigador de la ESA que actualmente trabaja en detectores de radiación de la Agencia, cree que actualmente estamos en una "edad de oro de la física del sistema solar" gracias, precisamente, a estos detectores a bordo de las misiones ya mencionadas.