El que debía ser el rival de SpaceX y servir también de transporte espacial a agencias como la NASA, Boeing, vuelve a tener problemas para cumplir con su misión más importante. Este verano la cápsula Starliner debía completar su primera prueba tripulada con dos astronautas de la NASA. Sin embargo, tras aplazarla indefinidamente, la compañía y la agencia han informado a principios de esta semana que el lanzamiento se retrasa hasta el año próximo, unos 8 meses en principio, por fallos de seguridad en el diseño de la nave.
La NASA seleccionó a Boeing y SpaceX en 2014 para servir como transporte de mercancías y astronautas hasta la Estación Espacial Internacional, como recuerda Space.com, viajes que ya realizan las cápsulas Crew-Dragon de SpaceX, empresa de Elon Musk, desde 2020. Un trayecto para el que Boeing necesita aún muchos ajustes, mientras que para los de SpaceX es rutinario. Estos últimos se enfrentan a otros problemas de mayor magnitud con su supercohete Starship.
Boeing Starliner despegó por primera vez en mayo de 2022 en una prueba sin tripulación que fue un éxito y se pudo seguir en directo desde España, aunque también había sufrido importantes retrasos previos. Con el éxito de ese viaje demostraron que iban por el buen camino, pero ahora debían enfrentarse a la responsabilidad de transportar a dos astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, hasta la ISS.
Sucesivos retrasos
El lanzamiento se ha retrasado repetidamente: primero de diciembre de 2022 a febrero de 2023, luego a marzo, abril y julio. Su última fecha prevista era el pasado 21 de julio, pero a principios de junio, Boeing y la NASA anunciaron que esa prueba de vuelo tripulada (CFT, en inglés) se retrasaba indefinidamente debido a problemas con el sistema de paracaídas de la cápsula y el cableado. Se pensó que habría un nuevo intento en otoño, pero ahora se ha dado a conocer que necesita más de 8 meses para solucionar los fallos encontrados.
"Según los planes actuales, anticipamos que estaremos listos con la nave espacial a principios de marzo", ha dicho Mark Nappi, vicepresidente y gerente del programa Starliner de Boeing, durante una conferencia de prensa. Es solo una fecha estimada, el lanzamiento aún no está fijado en el calendario.
Diseño más resistente
Los ingenieros de Boeing han descubierto un fallo de resistencia en las líneas de suspensión de los tres paracaídas principales de la cápsula que deben activarse en la última fase de regreso a Tierra. Debido a esto, la empresa ha decidido modificar el diseño y el nuevo sistema más resistente se está fabricando ahora. Más adelante deberá demostrar su eficacia en una nueva prueba de caída planeada para mediados o finales de noviembre.
Otro detalle preocupante es que la cinta protectora que se ha utilizado para envolver los cables de la cápsula sería inflamable. Mark Nappi ha afirmado que los empleados están retirando la cinta de aquellos lugares donde el acceso es fácil y considerando diferentes soluciones, como nuevas barreras protectoras o revestimientos para aplicar en aquellos lugares donde es más complicado retirarla.
A pesar de los retrasos, la compañía mantiene su compromiso con la agencia estadounidense y asegura que cumplirá con sus obligaciones contractuales que implican al menos siete vuelos tripulados a la ISS, incluido CFT. La Estación Espacial Internacional dejará de estar operativa en 2030.