Manuel Fernández Izan González

En 2018, el mundo vio con recelo y algo de sorna la fundación de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump. Se trata de una unidad que, como su nombre indica, es la encargada de responder a conflictos bélicos ubicados en el espacio. Ahora, la propia Fuerza Espacial ha creado su primer escuadrón dedicado exclusivamente a apuntar a satélites de otras nacionesasí como sus estaciones terrestres aliadas.

Estados Unidos ha dado a conocer el 75º Escuadrón de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISRS), perteneciente a Space Delta 7, un segmento dentro de la Fuerza Espacial de los EE.UU pensado para misiones de reconocimiento e inteligencia. La idea de este Space Delta 7 es la de ofrecer inteligencia sobre las capacidades espaciales de las naciones enemigas.

De esta forma, el ISRS se encargará principalmente de analizar las capacidades de estos objetivos potenciales, ubicarlos y rastrearlos, además de participar "en el compromiso de objetivos", según cita Space.comUna expresión militar para referirse a destruir estos objetivos o, como mínimo, impedir su funcionamiento y desempeño habituales.

Guerra antisatélites

Un comunicado de la Fuerza Espacial firmado por el teniente coronel Travis Anderson expresó que la creación de una unidad dedicada únicamente a estas cuestiones ha sido un proceso que ha llevado años, catalogándolo como un momento "monumental" en la reciente historia de la Fuerza Espacial.

La propia unidad militar ha revelado el logo de este escuadrón: una calavera, representada como la muerte, ubicada dentro de un triángulo con forma de delta. Según este comunicado, el símbolo delta representa los "lazos históricos con los primeros días de la comunidad espacial" de la Fuerza Aérea de los EE.UU.

Evento de presentación del escuadrón ISRS Dvids Omicrono

El escuadrón ISRS se dedicará a revisar todas las capacidades del adversario, incluyendo las que supongan una amenaza contra el propio escuadrón. Y es que el comunicado da a entender que ante un ataque, podrían aparecer las llamadas "fuerzas contraespaciales", es decir, sistemas destinados a que EE.UU utilice sus propios satélites en un conflicto bélico.

Esta expresión abarca todo sistema que, en efecto, pueda afectar a la infraestructura de satélites bélicos de EE.UU, como láseres terrestres que cieguen a sus satélites o bloqueadores de señal. También se contempla la idea de los ciberataques para dar de baja a los sistemas satelitales enemigos.

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Tanto es así, que Space.com cita la realización de ejercicios militares basados en entrenamientos que busquen ensayar sus propias interferencias satelitales, incluyendo un "entrenamiento de combate simulado en órbita", además de la simulación de "fuego real" en terreno espacial. Algo que parece complicado dado lo costoso que sería llevar armamento al espacio.

La guerra en el espacio

Todo esto puede sonar un poco a ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad. Y es que, lejos de lo que en un momento se consideró como un delirio más de Trump, el mundo ha dejado claro que las naciones esperan conflictos bélicos en el espacio, y se están preparando a conciencia para ello.

Geneal en el evento explicando las tareas del recién nombrado escuadrón 75. Dvids Omicrono

Es el caso de Rusia, que este mismo año ha anunciado que se encuentra trabajando en aeronaves equipadas con armamento para atacar satélites en órbitas bajas. Junto a Moscú se encuentran la propia Estados Unidos y China, que también se prepara para una guerra de las galaxias en la vida real.

Hasta la fecha, esta clase de misiones se limitaba al lanzamiento de misiles para impactar satélites, algo que ya vimos de la mano de China en numerosas ocasiones. La tecnología láser, avanzadísima hoy en día gracias a los desarrollos tecnológicos de los últimos años, será la principal baza en estos conflictos, ya que países como Rusia la quieren aprovechar para crear armas láser antisatélite.

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Lo hará además con varios formatos y aproximaciones tecnológicas diferentes, pero todos ellos móviles e integrables en diferentes plataformas militares. "El sistema de combate láser A60 Sokol-Eshelon basado en el avión de transporte Il-76 y el sistema de combate Peresvet" que ya se encuentra desplegado en Rusia, según declaró Yuri Borisov, vice primer ministro a cargo del desarrollo militar, en mayo de 2022.

A esta clase de armamento láser se le suman los sistemas de defensa antiespacial, como los misiles Kontakt, basados en los cazas interceptores pesados Mikoyán MiG-31. Esta información coincide con algunos reportes de inteligencia emitidos por el Pentágono en los últimos años que citan a Moscú como una de las naciones más avanzadas en esta tecnología junto a China.

MiG-31 con el supuesto misil antisatélite Global Security

Rusia se refiere al uso de misiles aire-espacio lanzados desde estos cazas. No es un misterio que mencionen el Mikoyán MigG-31, usado como banco de pruebas en Rusia para el desarrollo de todo tipo de armamento, incluyendo el de misiles hipersónicos Daga, actualmente en servicio. La creación de estas armas antisatélite en Moscú, eso sí, se remonta directamente a la época soviética, con la fabricación de cazas modificados para llevar misiles Kontakt.

Tal y como recoge Sputnik, en 2018 aparecieron en internet fotos de un avión basado en el MiG-31 con un misil negro desconocido bajo el fuselaje y que algunos medios apuntaron como un posible arma antisatélite. Desde Moscú no se confirmó ni desmintió este hecho.

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