Así ha conseguido India llegar al polo sur lunar con un presupuesto 20 veces inferior al de la NASA
El éxito de la misión Chandrayaan-3 supone un gran hito, sobre todo teniendo en cuenta las grandes limitaciones presupuestarias de un país como India.
24 agosto, 2023 03:15"Un nuevo capítulo en la odisea espacial de la India". Con estas palabras celebraba Narendra Modi, primer ministro de la India, el éxito de la misión Chandrayaan-3, que ayer a las 14.30 (hora peninsular de España) consiguió un hito histórico: alunizar en el polo sur de la Luna, algo en lo que han fracasado países con mayor experiencia y músculo financiero para este tipo de misiones como China, EEUU o, más recientemente, Rusia.
En la carrera por recursos vitales como el agua, que los científicos esperan encontrar en esa región inexplorada de la Luna, India se ha adelantado contra todo pronóstico en su tercer intento desde 2008. La Indian Space Research Organisation (ISRO), el equivalente a la NASA del país asiático, ha visto cómo su presupuesto aumentaba discretamente bajo la administración Modi en un país marcado por las desigualdades sociales. Se da la paradoja de que el pionero en pisar el polo sur lunar sea el país con mayor nivel de pobreza del mundo, con un 30% de la población -420 millones de personas- sin recursos.
Los contrastes son abrumadores. Recientemente, EEUU hizo público el presupuesto de la NASA para el año fiscal 2024, que suma 27.200 millones de dólares (unos 25.000 millones de euros). Eso sin contar con las cifras que manejan empresas como SpaceX, que cada vez ganan más terreno en la industria aeroespacial internacional. India aparece en el octavo lugar entre los países que más aportan a sus programas espaciales, según datos de Access Partnership, con una inversión de unos 1.540 millones de euros anuales. Eso lo sitúa por detrás de potencias como China y Rusia, pero también países como Japón, Francia o Alemania.
Mientras algunos critican un gasto que se considera desorbitado teniendo en cuenta las necesidades básicas de la población india y la falta de infraestructuras o el estado ruinoso de las ya existentes, los responsables del sector aeroespacial indio confían en que el logro de la Chandrayaan-3 sea la primera piedra de una industria que puede aportar grandes beneficios a largo plazo.
De hecho, India ha utilizado buena parte de su investigación espacial de los últimos años en desarrollar tecnologías de satélites, comunicaciones y teledetección. Estas han servido, entre otras cosas, para medir los niveles de agua subterránea y predecir el tiempo en el país, con frecuentes ciclos de sequía e inundaciones que tienen gravísimas consecuencias para la población.
Apuesta por el espacio
Lo que ha hecho la ISRO en los últimos años es definir una hoja de ruta muy precisa y con un gasto muy ajustado, que supone el 0,33% del gasto total del gobierno indio. De hecho, el presupuesto para 2023, con misiones como Chandrayaan-3 incluidas, se ha visto reducido en un 8% con respecto al del año anterior (aunque es un 19% superior a la estimación revisada del último ejercicio fiscal).
El mayor recorte corresponde a la tecnología espacial, una partida que engloba los gastos de los distintos centros de la ISRO, incluido el Centro de Vuelos Espaciales Tripulados, así como "proyectos de desarrollo y explotación" de satélites y vehículos de lanzamiento. Y, a pesar de todo, los esfuerzos de la agencia espacial han dado sus frutos, con un hito histórico que supone todo un puñetazo sobre la mesa en un sector tan competitivo a nivel internacional como el espacio.
Desde hace años, a los programas públicos se añaden las iniciativas privadas, cada vez más pujantes. Aún así, la mayor parte del presupuesto está totalmente centrada en las grandes misiones, como la misión no tripulada Gaganyaan, el lanzamiento de satélites y otras iniciativas operativas y de desarrollo.
"Estamos entusiasmados con el aumento de la asignación en el presupuesto a las compañías privadas y esperamos ver cómo esto cataliza el ecosistema de tecnología espacial. Es un sector en crecimiento y está destinada a contribuir aún más este año y convertirse en vital para el desarrollo del país", afirmó Awais Ahmed, CEO de Pixxel, en declaraciones recogidas por Geospatial World.
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Es el ejemplo del tipo de empresas e investigaciones que están recibiendo apoyo por parte del gobierno indio: Pixxel opera una red de satélites hiperespectrales de imágenes de la Tierra y un conjunto herramientas analíticas de software para extraer información vital sobre fenómenos globales.
Programa espacial indio
La consecución de este último hito científico y tecnológico coloca a la agencia espacial india, ISRO, en una posición privilegiada dentro del ecosistema mundial de la exploración espacial avanzada. Tal y como se ha podido demostrar con el caso ruso de hace tan solo unos días, colocar un módulo en el polo sur de la Luna es de todo menos sencillo.
De hecho, esta ha sido la tercera vez en la historia que el país intenta alunizar una nave en el cuerpo celeste. La primera ocurrió en 2008 y el resultado fue catastrófico: se estrelló contra la superficie debido a una serie de problemas técnicos. Sucedió lo mismo en 2019 cuando, a la altura de 2,1 km sobre la superficie lunar, la sala de control en India perdió total contacto con el aterrizador Vikram, que acabó destruido cerca del lugar designado para su alunizaje.
El programa espacial indio dio el pistoletazo de salida en los años 70. La anterior edad de oro espacial fue el germen para que muchos países impulsaran sus respectivos proyectos y en la India no fue diferente. De la puesta en órbita del primer satélite de fabricación nacional se encargó la otrora Unión Soviética en 1975 y fue todo un éxito que se mantuvo en el espacio hasta 1992.
El siguiente paso se ejecutó en 1979 cuando se produjo el primer lanzamiento desde su base espacial de Sriharkota, que todavía hoy se encuentra en activo. A partir de ese momento, el país ha ido realizando varios despegues al año con un balance muy positivo. A agosto de 2023 acumula un total de 93 con un porcentaje notable de satélites como protagonistas y algunas misiones tan complejas como la que llevó un orbitador a Marte en 2014.
En cuanto a proyectos futuros, uno de los más ambicioso de los llevados a cabo por ISRO es el desarrollo de la nave espacial tripulada Gaganyaan. La aprobación del programa se produjo en 2007 y sólo 7 años después se realizaron las primeras pruebas experimentales. Tal y como explicaron, en 2019 el diseño del módulo ya se había concluido y en un principio tenían la intención de lanzar la primera misión con astronautas este mismo 2023.
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Una serie de retrasos y cambios de planificación en la instrucción de los astronautas han retrasado todos los planes. Lo último que se conoce es que ISRO tiene planeado el primer vuelo de prueba sin tripulación para el próximo 2024 y la misión con personal a bordo en 2025.
Del éxito del programa Gaganyaan dependen otros proyectos posteriores, como el que tiene planeado construir la ISRO Space Station (ISS o Estación Espacial de ISRO). En un primer momento tenía planeado ponerse en órbita en 2030, aunque nuevamente ha sufrido un aplazamiento hasta, por lo menos, 2035. Según recoge Outlook India, esta estación tendrá un peso de unas 20 toneladas y se emplazará a 400 km de altura sobre la superficie de la Tierra. En ella los astronautas podrán estar de 15 a 20 días y se empleará como laboratorio científico.
Muy al hilo de este programa se encuentra el desarrollo el cohete desde donde se lanzará. El HLVM3 será el encargado de volar las naves Gaganyaan en las diferentes misiones y el responsable de que lleguen a capturar la órbita deseada para establecer la ISS. En paralelo, ISRO se encuentra trabajando en otros dos cohetes espaciales —uno reusable y otro para satélites pequeños— y en un estratorreactor para impulsar vehículos hipersónicos.
Viajes interplanetarios
Igual que la India, que ha sido la primera, Estados Unidos y China se encuentran trabajando en diferentes programas espaciales con el fin de explorar el polo sur. Hace años que la NASA anunció la presencia de grandes masas de hielo en esa región del satélite y, desde entonces, las investigaciones científicas han ido acotando posibles aplicaciones.
Los datos recogidos por la sonda Chandrayaan-3 y su posterior análisis serán claves para conocer y evaluar mejor la calidad del hielo para su posible explotación. Una de las más inmediatas es el consumo por parte de los astronautas que algún día vivirán en colonias permanentes en la Luna. En esa línea están trabajando las agencias espaciales más punteras del mundo como la NASA estadounidense o la CNSA china.
Otro de los pilares clave pasa por el empleo del hidrógeno y oxígeno —elementos que forman la molécula de agua— como combustible. Un buen número de motores de cohetes espaciales emplean estos dos elementos para funcionar por lo que tenerlos disponibles en la Luna y poder aprovecharlos supondría un cambio total en el paradigma de los viajes interplanetarios.
Sería como tener una estación de servicio para cohetes y naves espaciales tripuladas en un astro con una gravedad 6 veces menor. Descendiendo notablemente la complejidad de las misiones Tierra-Marte con una sencilla parada en la Luna y también reduciendo el precio por kilogramo lanzado.
"La mayor limitación técnica para la extracción de hielo de agua en la Luna es el proceso de purificación", según explicó Phil Metzger, tecnólogo espacial de la Universidad Central de Floria, a MIT Technology Review. "Y como no tenemos muestras lunares reales para probar periódicamente estas tecnologías, es difícil desarrollar membranas para filtrar contaminantes específicos de la Luna". Algo en lo que trabajarán los científicos indios. Esas impurezas podrían "inutilizar el oxígeno líquido y el hidrógeno líquido o, pero aún, volverlos inestables y explosivos".
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