SpaceX ha concluido de forma satisfactoria una de las pruebas más importantes antes de ejecutar el segundo lanzamiento del cohete Starship. En la tarde-noche de España, el Super Heavy Booster 9 se encontraba anclado en vertical a una estructura metálica en el centro de ensayos Starbase en Boca Chica (Texas) cuando los ingenieros iniciaron la ignición de los 33 motores Raptor.
Una intensa humareda mezclada con el fuego que salía de las toberas y el agua del sistema de contención inundaron la escena. Unos cuatro segundos de encendido que serán claves para el devenir de la exploración espacial mundial. Durante este tiempo, el personal de la compañía espacial de Elon Musk evaluó el funcionamiento del sistema y el rendimiento de los motores. De los 33, tan sólo 2 tuvieron que apagarse de forma prematura. Todo un éxito para SpaceX.
"El ensayo produjo aproximadamente 3.600 toneladas de empuje", aseguran desde la compañía. De continuar con el plan original establecido, el siguiente paso será la integración de una nave espacial Starship en la parte superior; al igual que ocurrió en el anterior lanzamiento —el primero— realizado el pasado abril.
En esa anterior ocasión el despegue fue exitoso, pero la alegría duró menos de 4 minutos. Un procedimiento falló cuando se iba a ejecutar el desacople del Super Heavy Booster de la nave espacial Starship. Se superó la velocidad prevista y el conjunto giró más de lo calculado conduciendo al colapso. El plan original contemplaba la separación y que el cohete hubiera amerizado en el Golfo de México, mientras que la Startship tendría que haber encendido sus propios motores para integrarse en vuelo orbital.
Más allá de la pérdida de la nave y el cohete, el impulso que generaron los Raptor sobre la plataforma de lanzamiento fue tal que provocó la práctica destrucción de la infraestructura inferior. Un número incontable de cascotes de todos los tamaños salieron despedidos a cientos de kilómetros por hora, causando daños en los alrededores de la Starbase.
Desde entonces, SpaceX ha estado realizando más de 1.000 cambios en la nave y en el cohete para que a la hora de lanzarse, no provoque tanta destrucción y sea más factible. Los nuevos motores Raptor están siendo examinados junto a un sistema de contención del fuego, ya visto en las últimas pruebas de encendido estático.
La fecha del próximo lanzamiento todavía no se ha revelado, aunque seguramente haya que esperar varias semanas en las que el equipo de ingenieros y científicos de SpaceX evalúen todos los datos al mismo tiempo que se realizan los trabajos para la reutilización de todos los sistemas probados. Lo que sí parece claro es que Musk quiere terminar el 2023 logrando que su Starship consiga establecerse en vuelo orbital y aterrizar de forma controlada como aperitivo a la misión Artemis III de la NASA.