Poco a poco comienza a desvelarse la jugada maestra de Hamás y las ayudas extranjeras en el ataque masivo a Israel. Las últimas noticias indican que el grupo armado palestino recibió ayuda de Irán en la planificación y organización de todo el despliegue en una serie de reuniones llevadas a cabo en el Líbano durante las últimas semanas. Pero las buenas relaciones entre ambos van mucho más allá que una mera asistencia en temas como la inteligencia o el soporte logístico.
Los lazos entre Teherán y Hamás —con sus altibajos por el conflicto de Siria— se remontan a los años 80 y se mantienen hasta la actualidad en ramas estratégicas como la económica, militar y tecnológica. Y es que, buena parte del arsenal que hoy en día guarda Hamás proviene directamente de Irán que podría redoblar el envío de armamento si, como parece que será, Israel responde con fuerza atacando la Franja de Gaza.
El país persa cuenta con una de las industrias de defensa más prolíficas de cuantas hay en esa región con desarrollos armamentísticos en prácticamente todos los sectores clave. Aviación, drones o misiles en cualquiera de sus formatos son sólo algunos en los que se ha especializado en los últimos años. Por el momento, se desconoce hasta dónde está dispuesta a llegar la república islámica de Alí Jameini, pero lo que parece claro es que no dejarán de proporcionar armas a Hamás.
Artillería de cohetes
El empleo de la artillería de cohetes es la especialidad de Hamás para ejecutar ataques desde la Franja de Gaza. Quedó patente durante el pasado sábado con el lanzamiento de más de 5.000 proyectiles hacia suelo israelí en una operación que consiguió saturar la Cúpula de Hierro, una de las defensas antiaéreas más efectivas del mundo.
El Fajr-3 es uno de los proyectiles no guiados más populares que Irán ha proporcionado directamente a Hamás. Lleva en servicio desde el año 1996 y pertenecen a la categoría de cohetes de artillería de lanzamiento múltiple (MLRS) que normalmente se integran en la parte trasera de un camión.
Este modelo tiene un peso de 15 toneladas en el momento del lanzamiento con un calibre de 240 milímetros y un rango de tiro situado alrededor de los 40 kilómetros. En el interior de la cabeza de guerra se integran hasta 45 kilogramos de material explosivo.
Irán también ha proporcionado el Fajr-5, el hermano mayor del Fajr-3. Cuenta con calibre de 333 milímetros con una velocidad transónica y un rango efectivo de hasta 75 kilómetros. Tiene un método de lanzamiento muy similar y cada camión puede albergar hasta 4 cohetes al mismo tiempo. A pesar de que se trata de una munición no guiada, Teherán anunció en 2017 que había incorporado un sistema GPS a la última versión del arma.
El esquema del binomio Irán y Hamás de los últimos años ha pasado por formar a personal palestino para el desarrollo y fabricación propia de material militar de primer orden. Pasando de sistemas no guiados y poco fiables —muchos de ellos explotaban dentro de la propia Gaza— a otros más modernos y con sistemas GPS que permiten atacar a posiciones programadas. Por el momento se desconoce si Hamás cuenta con sistemas guiados.
Drones kamikazes y espías
Estas aeronaves no tripuladas también han tenido un papel clave en los ataques de Hamás ejecutados contra Israel. Fuentes de inteligencia de código abierto han conseguido desvelar, gracias a los diferentes vídeos publicados, que el modelo elegido es el dron Ababil-2.
Se trata de un sistema con mucha experiencia en el campo de batalla. Su primer vuelo lo realizó en 1997, aunque hay fuentes que indican que realmente ocurrió en 1992, y se dio a conocer públicamente en 1999. Dispone de un fuselaje cilíndrico, una aleta vertical y un par de alas situadas en la parte trasera, donde también se encuentra el propulsor.
El Ababil-2 tiene un alcance superior a los 100 kilómetros y puede despegar desde un lanzador neumático o bien con asistencia de cohetes. Esta munición puede adaptarse según las necesidades del operador, convirtiéndose en kamikaze incorporando una cabeza de guerra de 30 kilogramos —como ya emplearon los Hutíes de Yemen— o bien como plataforma de espionaje.
Otra serie de vídeos publicados indican el empleo de más modelos de drones, mucho más pequeños, pero de los que se desconoce su origen. Hamás lleva varios años fabricando sus propios aviones no tripulados basándose principalmente en tecnología extranjera.
Más allá de drones de ataque suicida, Irán también dispone de una larga lista de plataformas tácticas y de espionaje de gran envergadura que podrían trasladarse hasta la Franja de Gaza. Se sabe que Hamás emplea pequeños drones comerciales ligeramente modificados para sus tareas de ataque ligero —como la suelta de granadas sobre objetivos— y espionaje de corta distancia y persistencia. Pero se desconoce si cuenta con aeronaves más capaces que puedan permanecer horas en al aire a varios miles de metros mientras recopila información.
Irán podría enviar a la Franja de Gaza varios modelos que no necesitan de pistas de despegue para operar y que pueden lanzarse simplemente desde una catapulta integrada en un remolque. Este es el caso del Yasir, un pequeño dron espía creado mediante ingeniería inversa del estadounidense ScanEagle de Boeing —que también operará la Armada de España— y que puede permanecer hasta 24 horas de vuelo a 6.000 metros con un radio operacional de unos 750 kilómetros.