La respuesta de Israel a los ataques de Hamás tendrá una única vía: la guerra. El gobierno de Benjamin Netanyahu junto con las Fuerzas de Defensa se encuentran actualmente preparando una gran invasión sobre la Franja de Gaza. El objetivo es la movilización de todos los medios disponibles en un país donde el sector armamentístico es la enseña y sus filas están repletas de las aeronaves, los carros de combate y los misiles más avanzadas de cuantos hay en el mundo.
Los últimos reportes indican que Hamás ha matado a más de 900 personas en suelo israelí desde el sábado mediante los ataques a pie de calle y también con el lanzamiento de más de 7.000 proyectiles. Un número elevadísimo con el que consiguieron saturar al sistema antiaéreo Iron Dome (Cúpula de Acero, en español) que acumula años de experiencia derribando artillería palestina y cuyo correcto funcionamiento será esencial para proteger militares y civiles en los próximos días.
Con el escudo prácticamente fuera de juego y el inesperado ataque masivo vía terrestre, las fuerzas israelíes se vieron desbordadas y los atacantes consiguieron incluso hacerse con vehículos de guerra. Algunos de ellos blindados de gran tonelaje como el tanque Merkava que se ha consolidado como uno de los mejores del mundo.
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La contraofensiva, bautizada como Espadas de Hierro, se encuentra perfilándose como una operación a gran escala, pero las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no han perdido ni un minuto. Ese mismo sábado, tan sólo unas pocas horas después de que comenzaran los ataques de Hamás, y durante los días posteriores, efectivos del ejército de Jerusalén han llevado a cabo contrataques hacia objetivos de Hamás empleando drones y cazas. Un cóctel que va directo a "convertir Gaza en islas de escombros", en palabras del presidente de Israel Netanyahu.
Caza F-35
La joya de la corona de la rama aérea de Jerusalén es el caza estadounidense F-35. Se trata de una aeronave de quinta generación de las más avanzadas del mundo y especialmente efectiva contra los ataques aire-superficie. El ejército israelí, además, fue uno de los primeros operadores del mundo de este modelo fuera de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y ya acumulan varios años en servicio y diversas misiones.
Israel tiene en este momento un total de 50 F-35 en servicio y el pasado julio firmaron una orden de compra para adquirir otras 25 unidades. Este caza se aprovecha de su tecnología furtiva para atravesar las líneas enemigas sin ser detectado por los radares, ejecutar la misión asignada y regresar a su base de forma sigilosa.
El F-35 cuenta con una gran diversidad de armamento compatible con misiles de crucero aire-superficie como el AGM-158 con un radio operativo de más de 300 kilómetros y todo tipo de bombas guiadas con diferentes cargas explosivas. Estas últimas tendrán un papel clave en la contraofensiva israelí pues permite ejecutar incluso varios lanzamientos en un mismo sobrevuelo.
Asimismo, este modelo de caza se encuentra en la cúspide de la guerra electrónica. Además de los sistemas a bordo para la autoprotección de la aeronave, el F-35 puede dejar fuera de juego a elementos clave como radares enemigos. La versión israelí del caza —conocido como F-35I Adir— incluye algunos sistemas propios enfocados principalmente en esta guerra electrónica.
Tanque Merkava
Uno de los desarrollos de armamento más longevos en Israel es el que tiene como protagonista a la familia de tanques Merkava. Estos carros de combate comenzaron a diseñarse en los años 60 y han ido mejorándose a través de las décadas cristalizando una versión tras otra. La más nueva es Merkava IV que comenzaron a entrar en servicio a principios de los años 2000 y han conseguido erigirse como uno de los mejores de su especie.
En las imágenes publicadas en los últimos días se ha podido ver como miembros de Hamás consiguieron hacerse con varios de estos tanques —el último reporte contabiliza 6 unidades— en la mañana del sábado, matando a sus ocupantes. También se han publicado imágenes de largas columnas de Merkavas con personal israelí preparándose para entrar en combate.
El Merkava IV tuvo su primera gran contienda en 2006 en la Guerra del Líbano y desde entonces ha estado presente en todos los conflictos de Israel; ganando cada vez más protagonismo al incrementar el número de unidades disponibles. Los más de 400 tanques fabricados hasta la fecha tienen un peso de 65 toneladas con una longitud de barcaza de 7,60 metros por 3,72 de ancho.
Destaca su blindaje mejorado en zonas sensibles como la torreta así como la protección contra todo tipo de amenazas. En este último aspecto entra en juego el Trophy Active Protection System fabricado por la israelí Rafael y que genera una cúpula antiaérea alrededor del Merkava IV. Para ello emplea una matriz de radares con cobertura en los 360 grados y, cuando detecta la amenaza, calcula el mejor momento para lanzar la contramedida.
Esta capacidad de autoprotección se acompaña de un despliegue de armamento más tradicional. Dispone de un cañón de 120 milímetros compatible con un amplísimo rango de munición que va desde perforante —para atravesar blindajes— hasta alto explosivo.
Cúpula de Hierro
El Iron Dome (Cúpula de Hierro) es un desarrollo de la compañía israelí Rafael Advanced Defense System que se ha convertido en la piedra angular de la defensa del país contra los ataques de Palestina. "Es el sistema de defensa antimisiles más desplegado del mundo, con más de 2.000 interceptaciones [en su historia] y una tasa de éxito superior al 90%" de media, según recoge la propia compañía. Números que pueden dar una idea de lo inabarcable del ataque perpetrado por Hamás este fin de semana.
"La trayectoria de la amenaza se analiza rápidamente y se estima un punto de impacto. Si esa trayectoria estimada se traduce en una amenaza crítica, se ejecuta un comando y un cohete interceptor se lanza contra ella", según recoge Rafael en la ficha del producto. El proceso completo desde que se detecta hasta que el interceptor elimina la amenaza dura unos 15 segundos, por ese motivo su efectividad no es total si los palestinos lanzan sus proyectiles muy cerca de la frontera.
Los encargados de terminar con la amenaza son los misiles Tamir, también de fabricación israelí. Tienen una longitud de unos 3 metros, un diámetro de poco más de 15 centímetros y una masa situada alrededor de los 90 kilogramos. Estas municiones también están equipadas con todo tipo de sensores electroópticos y cuentan con guiado gracias a unos alerones instalados.
Israel tiene desplegadas una serie de baterías —más de 10— por la zona capaces de cubrir unos 150 kilómetros cuadrados y, cada una de ellas, dispone de 20 misiles interceptores Tamir. Las baterías pueden equiparse a bordo de camiones si se plantean como sistemas móviles o también como estaciones fijas ancladas a la superficie.
Drones espías y de ataque
Si hay algo en lo que Israel es especialista es en el diseño, desarrollo y fabricación de drones. El país cuenta con algunas de las compañías más importantes del mundo de las aeronaves militares no tripuladas y sus creaciones están desplegadas en un buen número de países de todo el mundo; España incluida con el IAI Searcher.
Entre los drones de espionaje destacan en IAI Heron que levantó el vuelo por primera vez a mediados de los años 90 y se integró en el servicio activo en 2005. Desde entonces, este modelo de aeronave no tripulada ha estado presente en prácticamente todas las misiones y operaciones de inteligencia llevadas a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel.
Esta versión dispone de una longitud de 9,3 metros, una envergadura de 16,6 metros y un peso máximo al despegue de 1.250 kilogramos con más de 300 de carga útil. Todo ello propulsado por un motor Rotax de 115 caballos de potencia. Dispone de espacio interno para sistemas de inteligencia de objetivos móviles, comunicaciones satélite o como designador a distancia mediante láser. Para que luego un caza pueda disparar con certeza.
Aunque se tiene constancia de decenas de operaciones de ataque ejecutadas con drones, Israel no es muy dada a proporcionar información sobre qué modelos de plataforma son capaces de montar misiles. Algunos como el IAI Eitan —desarrollo directo del IAI Heron— se conoce que pueden ejecutar misiones armadas con especialidad en ataques a largo radio. Todo ello sin perder su esencia de dron de inteligencia y reconocimiento.
Cúpula Arrow 3
Otro de los sistemas de defensa antiaérea presentes en Israel es el Arrow 3. Esta cúpula se encarga de desbaratar las amenazas de misiles balísticos de largo alcance, un armamento que Hamás no tiene disponible directamente, pero que podría ser clave si Irán continúa alineándose con los palestinos y proporcionando armamento.
Arrow 3 entró en servicio por primera vez en 2017 y forma parte del "primer sistema de defensa ATBM (Misiles Balísticos Anti Tácticos) operativo y autónomo del mundo", según IAI. Este sistema modular de defensa aérea se encarga de detectar, rastrear, interceptar y destruir los misiles que se aproximan en un radio superior a los 900 kilómetros, gracias a los potentes radares Green Pine y a lanzaderas móviles con capacidad para seis misiles.
Lo más llamativo de este sistema, a diferencia de la Cúpula de Hierro que protege Israel de las amenazas de corto alcance, es que es exoatmosférico. Eso quiere decir que está diseñado para transportar los interceptores cinéticos Arrow 2 y Arrow 3 fuera de la atmósfera terrestre, para que estos se estrellen físicamente contra el objetivo, destruyéndolo en su fase intermedia de vuelo, a una altura máxima de 100 kilómetros.
Así, el sistema parece especialmente pensado para hacer detonar los misiles balísticos con cabezas de destrucción masiva (nucleares, químicas o biológicas), ya que la distancia de la explosión permite proteger con seguridad los activos estratégicos y los centros de población, y que no se vean afectados por la radiación o las nubes tóxicas. El sistema se basa en plataformas móviles, pero según IAI también podría adaptarse a buques, y podría servir en un futuro para derribar no sólo misiles, sino satélites enemigos.