Los vehículos aéreos no tripulados son un arma de doble filo en materia de seguridad. Por un lado, en España se están desarrollando modelos como Sirtap, el primer dron militar español, diseñado para volar en las condiciones más duras y para vigilar y espiar durante 20 horas sin parar. Por otro lado, los drones también suponen un desafío a la hora de defender el espacio aéreo de aeropuertos, eventos multitudinarios o cumbres internacionales como la de Granada, en la que participaron los integrantes de la OTAN.
Para contrarrestar estas amenazas, existen desde soluciones caseras como las que se vieron en los primeros compases de la invasión rusa en Ucrania hasta plataformas de alta tecnología como Zadira, el cañón láser que Rusia utiliza para quemar drones en pocos segundos. Entre las soluciones más efectivas se encuentra el nuevo Enforce Air 2, fabricado por D-Fend Solutions y utilizado, por ejemplo, por los servicios de seguridad del Vaticano para proteger al Papa Francisco I en sus visitas internacionales.
Ahora, la empresa Target Tecnología, encargada de comercializar en nuestro país este potente sistema basado en radiofrecuencia, acaba de anunciar la firma de un contrato con el Ejército del Aire y del Espacio español. Esta versión mejorada de la plataforma, que el año pasado recibió el premio Intersec Homeland Security/Service of the Year, no basa su efectividad en destruir o inutilizar los drones hostiles, sino en tomar su control y hacerlos aterrizar, lo que evita la posibilidad de que se produzcan daños colaterales.
Sistema antidrones
Los escudos antidrones son una solución a gran escala, pero suelen ser equipos muy pesados, como el Epirus Leonidas, que emplea pulsos de radiación en el espectro de las microondas para desactivar electrónicamente los drones, inutilizándolos y haciéndolos inservibles. Estos escudos también pueden apuntar a un solo objetivo en un área abarrotada de otras aeronaves, sean o no tripuladas.
Tanto en el caso de los cañones antidrones como en el de algunos escudos, pueden ser métodos peligrosos en entornos sensibles ya que, además de derribar el elemento hostil, pueden interferir con las comunicaciones cercanas o afectar al desarrollo de las actividades cotidianas de una ciudad, relacionadas con el transporte o el comercio.
Sin embargo, el funcionamiento y las características del Enforce Air 2 son completamente distintos. Para empezar, su arquitectura es mucho más versátil, hasta el punto de poder llevarse en una mochila para misiones que requieren sigilo. La versión estacionaria o la direccional de largo alcance se pueden instalar en la cubierta de edificios o en espacios abiertos, pero también hay posibilidad de utilzarlo en vehículos, lo que añade un importante factor de movilidad.
Según sus responsables, Enforce Air 2 es "el único sistema antidrón en el mundo capaz de tomar el control de un dron amenazante, desconectarlo de su piloto y aterrizarlo sin daños colaterales". Su sistema de detección, que puede funcionar tanto en modo autónomo como manual y alcanza los 4,5 km, sirve para localizar e identificar los posibles drones hostiles presentes en su espacio aéreo. Eso permite neutralizar la amenaza y hacerla descender de manera segura a su lugar de despegue o a una zona predefinida.
Esta nueva versión del Enforce Air incorpora mejoras con respecto a la primera iteración. En primer lugar, hay un importante aumento tanto en la capacidad de detección de drones hostiles en entornos más variados, como en su potencia para desconectarlos de su piloto. Pero lo que realmente lo diferencia de su predecesor es su reducido tamaño, que permite incluso llevarlo en una mochila para llevar a cabo operaciones tácticas.
"En un mundo donde cada vez proliferan y se sofistican más las amenazas de UAS (siglas en inglés de sistemas aéreos no tripulados), es necesario avanzar al mismo ritmo en soluciones en materia de defensa y seguridad que nos permitan hacer frente a estas amenazas", afirma Luis Rolandi, director adjunto de Target Tecnología en un comunicado de prensa.
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"En este sentido, Enforce Air 2 se presenta como el sistema antidrón más sofisticado del mercado, capaz de detectar, mitigar y controlar la amenaza de drones hostiles sin inhibir otros UAS 'benignos' con los que comparten espacio aéreo". Rolandi también destaca su "flexibilidad, portabilidad y potencia", que aportan una versatilidad única en este tipo de plataformas.
Aeropuertos sin drones
La primera versión de Enforcer Air ya opera en muchas bases de operaciones avanzadas, fronteras, puertos y aeropuertos internacionales, un ambicioso despliegue que D-Fend Solutions espera aumentar notablemente con la segunda iteración del sistema, adquirida ahora por el Ejército del Aire. De momento se desconocen más detalles del contrato, como la cantidad de unidades y su coste.
A la hora de operar, el sistema escanea y detecta de forma pasiva y continua señales de comunicación únicas utilizadas por los drones comerciales en un amplio radio. Una vez detectada una señal, el sistema puede distinguir si se trata de un dron autorizados o no.
En el segundo caso, se encarga de localizarlo y rastrearlo, además de obtener la posición del piloto remoto y del lugar de despegue, sin necesidad de depender de la recepción de señales en tierra. La plataforma proporciona además seguimiento de localización en tiempo real con precisión GPS.
Durante el proceso de mitigación, disponible entre 1,2 y 4 km dependiendo de las condiciones de la línea de visión y los niveles de inteferencia RF, Enforce Air transmite una señal precisa y corta que toma el control del dron no autorizado. Así, el piloto de la aeornave hostil pierde todo el control, incluida la información de vídeo y telemetría, y no puede recuperarlo.