Mantener las capacidades operativas de la Armada de España requiere de la continua incorporación de helicópteros de guerra. La cadenciosa jubilación de los modelos más antiguos junto obliga al Ministerio de Defensa a cerrar adquisiciones para reemplazar las bajas en ramas tan esenciales como la lucha antisubmarina y la antisuperficie. Los últimos elegidos son un total de 8 unidades del Sikorsky MH-60R, que acaban de recibir la orden de compra al fabricante en lo que supone el último trámite administrativo. Así, España tendrá una de las aeronaves más avanzadas de su tipo compatibles con buena parte de las embarcaciones actualmente en servicio y con capacidades tácticas avanzadas.
La Armada retiró los últimos 18 Sikorsky SH-3 Sea King el pasado 2022 tras más de medio siglo de servicio —seis de ellos se vendieron a Perú por el simbólico precio de 100 euros la unidad — recayendo actualmente el grueso de las misiones en los también Sikorsky SH-60B, adquiridos entre 1988 y 2001. Mantener una flota homogénea es esencial para reducir los costes y desde Defensa apuestan como pilar central por esta familia de helicópteros fabricada por la filial de Lockheed Martin.
"El nuevo MH-60R mejorará los sistemas de misión y los sensores de la flota de SH-60B, elevando a la Armada al nivel más alto de capacidad de guerra antisubmarina y antisuperficie", ha comentado desde la propia rama naval de las Fuerzas Armadas. "Esperamos una transición fluida desde el SH-60B al MH-60R".
"La confianza de España en el MH-60R es una prueba de nuestro compromiso compartido con la seguridad nacional y la de nuestras naciones aliadas", ha declarado el capitán William Hargreaves, director del programa de helicópteros multimisión H-60 de la Marina de Estados Unidos. "Estamos comprometidos a apoyar a España durante todo este proceso, desde la adjudicación del contrato hasta la entrega, al tiempo que solidificamos aún más nuestra asociación global".
Lucha antisubmarina
El programa de adquisición de los 8 Sikorsky MH-60R comenzó su etapa final hace ya dos años cuando la Agencia de Cooperación en Seguridad y Defensa —el organismo estadounidense que supervisa las exportaciones de material militar— dio el visto bueno a la solicitud española de los helicópteros. Un año después, ya en abril de 2022, el Consejo de Ministros aprobó la partida presupuestaria y no ha sido hasta ahora, con todos los trámites completados, cuando se ha dado la orden de compra a Lockheed Martin.
Sikorsky, hoy dentro de Lockheed Martin, desarrolló la versión MH-60R a partir de 1993, realizó su vuelo inaugural en 1999 y entró en servicio por primera vez en 2006 encuadrado dentro de la Marina estadounidense. Siendo también uno de los grandes éxitos de exportación y acumulando ventas a Australia, Dinamarca, Grecia, India, Israel o Corea del Sur, entre otros.
Una de las particularidades de esta plataforma es el LAMPS (Sistema Multipropósito Aerotransportado Ligero, de sus siglas en inglés) que incorpora y que también está presente en los SH-60B actuales. Se trata de una tecnología de intercambio de información que permite al buque —que sirve de centro de operaciones— ver en tiempo real todos los datos recogidos por los sensores del helicóptero, tanto por los radares como por las sonoboyas desplegadas en el mar.
Para las tareas de búsqueda de submarinos combina precisamente las anteriores tecnologías. En el lado del radar se encuentra un APS-153 con un alcance que rompe la barrera de los 300 kilómetros e incorpora tecnologías de detección y descriminación de periscopios en la superficie del agua. También incluye un identificador que le permite distinguir si se trata de un sumergible amigo o enemigo.
Por su parte, las sonoboyas se lanzan desde el propio helicóptero y sirven de micrófonos que captan el ruido bajo el agua. Gracias a ellas se pueden detectar movimientos de submarinos que se comunican inmediatamente con el helicóptero y, de ahí, al centro de mandos a bordo del buque.
Tiene un peso máximo al despegue de casi 11 toneladas y, cada uno de ellos, dispone de un par de motores T700 firmados por la también estadounidense General Electric y capaces de generar 1.900 caballos de potencia cada uno. Dispone de una velocidad máxima de 270 kilómetros por hora con una autonomía en operación antisubmarino de 3 horas y media.
Los MH-60R adquiridos por España son una evolución directa de los anteriormente mencionados SH-60B, a los que viene a sustituir. Estos últimos tienen su base en Rota (Cádiz) desde que se conformó la Décima Escuadrilla de Aeronaves de la Armada en 1988, coincidiendo con la llegada de las primeras unidades. Durante estos 35 años los helicópteros han servido en misiones tan importantes como ATALANTA, que lucha contra la piratería en el océano Índico.
Misiles y torpedos
Los misiles Hellfire que van dentro del lote de la Armada española son una de las municiones más importantes de los últimos años por su flexibilidad y su capacidad. Están presentes en una gran variedad de helicópteros y de drones para ataques aire-superficie con los que dominar este escenario de guerra.
Dependiendo de la versión, tienen un peso que va de los 45 a los 49 kilogramos que se reparten en 1,6 metros de largo por 18 centímetros de diámetro. En el apartado de la propulsión recurren a un cohete con combustible en estado sólido que le confiere una velocidad máxima de 1.600 km/h y un radio operativo de entre 500 metros y 11 kilómetros gracias al sistema de guiado.
Los APKWS de los que España tiene planeado adquirir 100 unidades son una adaptación de los cohetes Hydra 70 a los que se ha incorporado un sistema de guiado, convirtiéndolos en una munición mucho más capaz. Llevan operativos desde el 2012 y cuenta con 15 kilogramos de masa con 1,87 metros de largo por 7 centímetros de diámetro.
Cuenta con una velocidad máxima que supera los 2.500 kilómetros por hora que se complementa con un alcance de hasta 5 kilómetros. El sistema de guiado se basa en un buscado láser semiactivo y está especialmente diseñado para atacar a vehículos en tierra de blindaje ligero.
El MH-60R, por su faceta de guerra antisubmarina, también puede integrar torpedos Mark 54 MKO. Estos últimos serán clave en la estrategia naval española pues también serán los que se integren en las fragatas F-110 que actualmente se están fabricando en las instalaciones de Navantia en Ferrol. Este tipo de arma, que se encuadra dentro de los torpedos ligeros, tiene un radio de operaciones de unos 9 kilómetros, una velocidad máxima de hasta 74 km/h y una cabeza de guerra con 43 kilogramos de explosivo.
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