El regreso de los dirigibles parece estar más cerca que nunca. Estos colosos del aire que tanta fama acumularon durante las primeras décadas del pasado siglo XX pueden instaurarse ahora como una alternativa más a los medios de transporte tradicionales jugando la baza de su escaso impacto ambiental. Los varios proyectos e iniciativas actualmente vigentes tienen, además, respaldo de inversores tan importantes como el cofundador de Google Sergey Brin.
El magnate de la industria tecnológica —también— fundó en 2015 la compañía LTA Research para la fabricación de un dirigible en California. Y lo ha conseguido. Tanto es así que la aeronave, bautizada como Pathfinder 1, ha recibido la autorización para ejecutar su primer vuelo dentro de los límites de Moffett Field y el espacio aéreo del vecino aeropuerto de Palo Alto, tal y como recogen en IEEE Spectrum. Eso sí, sin ascender más allá de los 460 metros.
La reserva de esta zona para las primeras pruebas aéreas del dirigible le permite operar en una de las zonas con más congestión de tráfico aéreo del mundo, como es la Bahía de San Francisco. "El programa de pruebas de vuelo experimental del Pathfinder 1 tiene como objetivo demostrar y establecer la envolvente de vuelo del dirigible", según publicaron en la solicitud.
"El plan de pruebas de LTA está diseñado para incluir pruebas sustanciales en tierra tanto en interiores como en exteriores, utilizando un enfoque de preparación para aumentar gradualmente la envolvente de vuelo", recalcan. Durante el transcurso de las primeras pruebas el dirigible permanecerá amarrado a un mástil al aire libre y ejecutará una serie de pequeños despegues a bajo nivel en los que acumulará 50 horas de vuelo.
El vuelo del gigante
El interior del Pathfinder 1 lo compone una megaestructura compuesta de 10.000 tubos de fibra de carbono reforzada con polímero y 3.000 uniones de titanio que dan forma a la aeronave. En su interior y como método de sustentación primario, se llenará de helio no inflamable —en lugar de hidrógeno, mucho más inestable— gracias a la gran ligereza del conjunto.
Cuenta con una longitud de 124 metros y servirá a LTA como banco de pruebas para desarrollar la tecnología necesaria con el fin de fabricar dirigibles todavía más grandes. "El Pathfinder 1 ha sido diseñado para soportar una capacidad de elevación masiva en relación con su propio peso", apuntan desde Kilwell Fibrelab, la compañía encargada de la estructura interna.
"Cuando se trataba de encontrar los materiales ligeros y rígidos necesarios para la estructura de la aeronave [...] los tubos de fibra de carbono de grado aeroespacial eran la elección obvia". El sistema se completa con un total de 20 propulsores eléctricos desarrollados en colaboración por Pipistrel, que proporcionan un manejo direccional total gracias a que pueden girar.
"Creemos que la tecnología más ligera que el aire tiene el potencial de revolucionar los esfuerzos de ayuda humanitaria con su capacidad para llegar a lugares remotos que tienen poca o ninguna infraestructura", según comentó Alan Weston, CEO de LTA y exdirector de programas de la NASA. "Podremos construir aeronaves que sean más rápidas, más seguras, más respetuosas con el medioambiente y que tengan mayores capacidades que cualquier aeronave construida antes".
El único detalle aportado sobre el propulsor es que, en un primer momento, estará alimentado con batería a bordo. Pero la intención de LTA es la de instalar un sistema de celdas de hidrógeno en el futuro, lo que reducirá considerablemente los tiempos de recarga.
En cuanto al control, se realizará mediante un sistema fly-by-wire que consiste en el control electrónico de las superficies de vuelo así como la dirección de los propulsores en el caso del dirigible. Un método empleado en las aeronaves comerciales convencionales y que ha demostrado fiabilidad a la vez que ligereza.
Después de finalizar el extenso programa de pruebas, el Pathfinder 1 se trasladará hasta el muelle aéreo Goodyear en Akron (Ohio). Esa localización fue clave en la era dorada de los dirigibles y de él salieron algunas de las aeronaves más importantes de su tipo hasta los años 60. LTA Research tiene allí otra línea de producción más capaz que la ubicación californiana y será la cuna del Pathfinder 3.
El Pathfinder 3 contará con 183 metros de longitud por 30 de diámetro y será la primera gran prueba de fuego de LTA. En este modelo aplicarán todo lo aprendido con la primera aeronave para comenzar su vida operativa oficialmente.
El dirigible español
La aerolínea valenciana Air Nostrum, especializada en viajes regionales y que opera los vuelos de corto radio de Iberia, se comprometió el pasado 2022 a integrar dirigibles dentro de su flota de aviones comerciales convencionales. Una solución más ecológica que actualmente puede tener mucho más sentido con la intención de prohibir algunas conexiones aéreas dentro del país.
Para llevar este programa a buen puerto, la compañía valenciana se ha aliado con el fabricante de dirigibles británico Hybrid Air Vehicles (VAH), que está detrás del desarrollo del Airlander 10 como una de las plataformas más avanzadas de su clase. El objetivo último del proyecto es emplear aeronaves lo más eficientes y versátiles posibles para trayectos donde una velocidad máxima alta no es prioritaria.
Según los cálculos de Air Nostrum, el Airlander 10 puede suponer un ahorro del 90% respecto a los aviones de reacción comerciales. Todo ello con la misma seguridad y certificados que necesitan cumplir todas las aeronaves de pasajeros del mundo.
Otro de los pilares más fuertes de esta tecnología es la versatilidad y flexibilidad para operar allá donde haya una mínima superficie plana. "Dado que necesita una velocidad menor para maniobrar y teniendo en cuenta su casco lleno de helio (gas no inflamable) puede despegar y aterrizar en diferentes lugares sin necesidad de pista de aterrizaje".
El resto de especificaciones técnicas se complementan con una velocidad de 130 kilómetros por hora, con una autonomía de vuelo que alcanza los 3.700 kilómetros. "Estas características hacen de la aeronave una herramienta ideal para cubrir muchas de las rutas más importantes en todo el territorio español".
El esquema interno que ha planteado Air Nostrum para el Airlander 10 tiene una capacidad para unos 100 pasajeros, exactamente el mismo número que se encuentra en el modelo de avión más numeroso de su flota actual. "Irán acomodados en una espaciosa cabina que no necesita ser presurizada al volar mucho más bajo que los aviones".