El pasado 1 de julio, un cohete Falcon 9 de SpaceX lanzado desde Cabo Cañaveral se encargó de llevar el telescopio espacial Euclid hasta L2, la región de la Vía Láctea donde también se encuentra el James Webb. Pasada la fase inicial de pruebas y calibrado de sus instrumentos científicos, la Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de publicar las primeras imágenes en color obtenidas por este portento de la ingeniería, en el que España tiene un papel importante: su información se transmite a la antena instalada en Cebreso (Ávila), antes de llegar a la sede de la ESA en Villanueva de la Cañada (Madrid).
Este "detective del universo oscuro", como lo describe la propia agencia espacial, tiene como misión una de las grandes asignaturas pendientes de la astronomía: investigar la 'telaraña cósmica' que generan la materia y la energía oscuras y su desconocido papel en la formación del universo. Para ello, Euclid pasará seis años estudiando miles de millones de galaxias, con una distancia máxima de 10.000 años luz, para crear el mayor mapa cósmico en 3D que existe.
Estas primeras imágenes reveladas hoy son sólo una muestra de las increíbles capacidades del telescopio espacial. Una de las más impactantes supone toda "una revolución para la astronomía", según sus responsables. La imagen, con una resolución de 8K, muestra las 1.000 galaxias pertenecientes al Cúmulo de Perseo, además de otras 100.000 galaxias como fondo, cada una de ellas con hasta cientos de miles de millones de estrellas. Es la primera vez que pueden observarse muchas de estas galaxias, cuya cartografía permitirá saber cómo la materia oscura modeló el universo tal y como lo conocemos.
Velocidad y amplitud
Algunas de las ventajas de Euclid sobre otros telescopios espaciales, como el James Webb o el Hubble, son su velocidad y la amplitud que consigue en cada sesión. Es algo particularmente evidente en imágenes como la de la nebulosa Cabeza de Caballo, también conocida como Barnard 33, situada en la constelación de Orion.
Localizada a 1.375 años luz de la Tierra, es la región de formación de estrellas gigantes más cercana a nuestro planeta. Aunque otros telescopios ya la habían capturado en todo su esplendor, ninguno hasta ahora había conseguido una visión tan nítida y amplia, pero sobre todo, tan rápida: Euclid fue capaz de capturar esta imagen en tan sólo una hora.
"Estamos especialmente interesados en esta región, porque la formación estelar se está produciendo en unas condiciones muy especiales", explica en un comunicado de prensa Eduardo Martín Guerrero de Escalante, del Instituto de Astrofísica de Canarias, en Tenerife.
Estas dos imágenes, junto a las del cúmulo globular NGC 6397, la galaxia irregular NGC 6822 y la galaxia espiral IC 342, forman parte de este grupo inicial de imágenes, sólo un primer atisbo de lo que Euclid es capaz de hacer. Para obtener estos resultados, utiliza un telescopio de espejo de 1,2 metros, que se encarga de recoger la luz. Un filtro dicroico situado detrás la divide en luz visible e infrarroja, que se transmite a los dos instrumentos de a bordo: el instrumento VISible (VIS) y el espectrómetro y fotómetro de infrarrojo cercano (NISP).
Gracias a estos instrumentos de alta tecnología, Euclid es capaz de ver áreas del cielo 100 veces más anchas que la NIRCam del James Webb de la NASA. Por ejemplo, recopilará datos de 40.000 campos del cielo, y cada porción abarcará dos lunas llenas y almacenará 10 GB de datos con imágenes con resoluciones de hasta 28K, según ha explicado la ESA.
"Euclid supondrá un salto en nuestra comprensión del cosmos en su conjunto, y estas exquisitas imágenes demuestran que la misión está preparada para ayudar a responder a uno de los mayores misterios de la física moderna", ha señalado la directora científica de la ESA, Carole Mundell.
Por su parte, René Laureijs, científico neerlandés participante en el proyecto, asegura que "nunca antes habíamos visto imágenes astronómicas como éstas, con tanto detalle. Son aún más bellas y nítidas de lo que podíamos esperar, y nos muestran muchas características nunca antes vistas en zonas bien conocidas del universo cercano. Ahora estamos preparados para observar miles de millones de galaxias y estudiar su evolución a lo largo del tiempo cósmico".
Ahora, el equipo responsable de la iniciativa sigue realizando los últimos ajustes de la nave, meses antes de que empiecen las observaciones científicas rutinarias, cuyo inicio está previsto para principios de 2024. Hasta el año 2030, Euclid se encargará de explorar hasta un tercio del cielo, una labor cuyos resultados se publicarán una vez al año y estarán a disposición de la comunidad científica de todo el mundo a través de los Archivos Científicos de Astronomía del Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA, localizado en Villanueva de la Cañada (Madrid).
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