SpaceX, la compañía del magnate Elon Musk, realizó el sábado 18 de noviembre el segundo lanzamiento de Starship, el cohete más grande jamás construido. Sobre las 14:03 horas de España peninsular, la gigantesca nave despegó con éxito desde las instalaciones de Boca China, en Texas (Estados Unidos), logrando separarse del propulsor Super Heavy en la segunda etapa, aunque acabó explotando en el aire, el mismo final que el vuelo de abril. Aun así, la empresa considera esta prueba un éxito y nuevo paso para cumplir su objetivo: marcar un hito en la industria aeroespacial.
Esta prueba comenzó con buen pie tras siete meses desde la explosión en el aire del primer test a unos cuatro minutos de su despegue, lo que obligó a la empresa de Elon Musk a provocar su explosión en esta ocasión. Después de sufrir un retraso de un día obligado por la necesidad de tener que cambiar un componente de última hora, Starship despegó ayer por la tarde impulsada por los 33 motores Raptor del propulsor Super Heavy encendidos, superando las etapas de separación con éxito. Pero, era muy posible que este vuelo terminara en otra bola de fuego como la última vez. Y así sucedió.
"¡Fue realmente mejor que el lanzamiento anterior!", señaló aun así SpaceX en su cuenta de Twitter (X), sin llegar a mencionar en ningún momento de una explosión. No obstante, la compañía ya había anticipado que el reto era la separación de ambas etapas, momento en el que la nave estalló.
De hecho, la empresa confirmó tras la prueba que el propio propulsor experimentó una desintegración no programada y rápida después de la separación de etapas y la quemadura de retorno; mientras que los motores del cohete funcionaron durante varios minutos en su camino hacia el espacio, alcanzando una altitud de 145 kilómetros.
Se consiguió separar
A pesar de tener que realizar una pequeña pausa para que los técnicos de SpaceX resolvieran unos pequeños problemas de presurización, Starship despegó en pocos segundos desde la base de Boca Chica. Un ensayo que también sirvió para probar un nuevo método de separación en caliente y un sistema electrónico de control vectorial de empuje (TVC) para los motores Super Heavy, así como para evaluar el nuevo sistema de apagado de la ignición del lanzamiento para evitar destruir la plataforma de lanzamiento, algo que sucedió en la primera ocasión.
Estaba previsto que el monumental cohete diera una vuelta casi completa a la Tierra, en el plazo de una hora y media, antes de caer en el Pacífico, cerca de Hawái. Sin embargo, y a pesar de que Starship avanzó hoy en el proceso, terminó sufriendo un percance cuando se encontraba a unos 145 kilómetros de la Tierra.
Después de la separación de la primera etapa, el Super Heavy se estropeó antes de caer en las aguas del Golfo de México; y aunque la gigantesca nave de Elon Musk consiguió continuar su camino, fue poco lo que avanzó antes de explotar.
Una explosión que sucedió poco después de poner a prueba el nuevo sistema de separación en caliente, en el cual los motores de la segunda etapa de Starship se encenderán para alejar la nave del propulsor. No sólo eso, sino que en la segunda etapa, cuando volaba a 24.000 kilómetros por hora y estaba a punto de apagar sus motores -aproximadamente cuando llevaba unos 9 minutos de vuelo, los técnicos de SpaceX perdieron el contacto con el enorme cohete, a lo que en ese momento siguió un enorme humo. La compañía de Elon Musk no llegó a lograr su meta de alcanzar una órbita cercana con este lanzador, incluso considera que podría estar perdida.
A pesar de la explosión, la prueba ha sido valiosa al superar el despegue -una fase crítica del vuelo- y confirmar el funcionamiento de los nuevos motores. "¡Felicitaciones a todo el equipo de SpaceX por una emocionante segunda prueba de vuelo integrada de Starship! Si bien no sucedió en un laboratorio, ni en un banco de pruebas, fue absolutamente una prueba. Lo que hicimos proporcionará datos invaluables para continuar su desarrollo rápidamente", escribió la compañía en su página web, donde tampoco detalla por el momento los pormenores del fallo.
El pasado mes de abril, el cohete realizó su primer lanzamiento, que terminó con la nave explotando en el aire pasados los tres minutos de vuelo, y superando los 1.700 kilómetros por hora, justo cuando realizaba el primer giro en el que debían separarse Starship y el propulsor Super Heavy, momento en el que fallaron algunos motores Raptor; algo que se ha logrado superar en esta segunda prueba. Aquel ensayo también fue considerado un éxito por parte de la compañía, ya que aseguraron haber "aprendido mucho" de él. Incluso Bill Nelson, administrador de la NASA, llegó a felicitar a la compañía de Elon Musk por la gesta conseguida; algo que volvió a realizar en esta ocasión.
Ante este segundo lanzamiento, SpaceX había realizado más de 1.000 cambios en la nave para evitar su destrucción. El primer vuelo de prueba proporcionó a la compañía de Elon Musk numerosas lecciones que contribuyeron a mejorar vehículo y la infraestructura terrestre con el objetivo de aumentar la probabilidad de éxito en futuros vuelos de Starship. Para esta ocasión, la empresa había implementado mitigaciones para las fugas y pruebas mejoradas tanto en el motor como en el hardware del propulsor. Incluso expandió significativamente el sistema preexistente de supresión de incendios de Super Heavy para mitigar futuros incendios en el compartimento del motor.
[En la mente de Elon Musk: 4 momentos que muestran que es un visionario y un peligroso megalómano]
SpaceX también realizó mejoras en el rendimiento del Sistema Autónomo de Seguridad en el Vuelo (AFSS, por sus siglas en inglés), como el nuevo método de separación de etapas en caliente o un nuevo sistema electrónico de Control de Vector de Empuje (TVC, por sus siglas en inglés) para los motores Raptor de Super Heavy. Utilizando motores completamente eléctricos, este sistema tiene menos puntos potenciales de falla y es significativamente más eficiente en energía que los sistemas hidráulicos tradicionales.
Objetivo: la Luna
Starship está diseñado para marcar un hito en la industria aeroespacial, ya que se ha diseñado para llevar tanto a tripulación como carga a la órbita terrestre, regresar a la Luna y viajar a Marte y más allá. El cohete de Elon Musk se convertirá en el más poderoso de la historia cuando vuele con éxito por primera vez. Se trata de un sistema de transporte totalmente reutilizable que se compone de dos elementos: el propulsor Super Heavy, encargado de la propulsión para el lanzamiento hasta la órbita, y la propia nave, donde se situarán los tripulantes y la carga útil.
Con una altura de 120 metros y un diámetro de 9 metros, este gigantesco cohete de SpaceX puede cargar hasta 250 toneladas a la órbita baja terrestre en una configuración prescindible o 150 toneladas con recuperación del vehículo. La parte superior de Starship mide 50 metros de altura y cuenta con una capacidad de 1.200 toneladas de propelente, además de un empuje de 1.500 toneladas-fuerza. La nave deja la propulsión en órbita en manos de seis motores optimizados para usar en el espacio: tres Ratpor y tres Raptor Vacuum (RVac), diseñados para su uso en el vacío.
Por su parte, el propulsor Super Heavy tiene 69 metros de altura y los mismos 9 metros de diámetro; mientras que su capacidad para el propelente llega a las 3.400 toneladas y su empuje de despegue es de 7.590 toneladas-fuerza. Esto se debe a que cuenta con 33 motores Raptor, 13 situados en el centro y los 20 restantes en el perímetro de la popa del propulsor. Una vez que Starship esté totalmente lista se utilizará para una variedad de misiones.
La primera de ellas, si finalmente sale adelante, sería dearMoon, un viaje que realizará una trayectoria alrededor de la Luna en un espacio de una semana y en la que participará el magnate japonés Yusaku Maezawa junto a siete tripulantes, entre los que se encuentran el DJ Steve Aoki, artistas y youtubers. Un vuelo que estaba previsto para hacerse este mismo año, pero del que aún se necesita más tiempo. La segunda, y la más importante, es la misión Artemis de la NASA, que llevará al ser humano de nuevo a la Luna.
De hecho, hasta ya se conoce a los austronautas que volverán al cuerpo celeste 50 años después. Pero el objetivo inicial que la compañía de Elon Musk tiene en mente es convertir a la gigantesca nave en un vehículo capaz de realizar vuelos constantes entre la Tierra y la Luna. No sólo eso, sino que SpaceX también tiene el propósito de llevar a los seres humanos a Marte y mucho más allá, y, en caso de lograrlo, este hito supondrá el inicio de una nueva era en la exploración espacial.
También te puede interesar...
- Foxconn lanza sus primeros satélites en un cohete de SpaceX para dar internet desde el espacio
- Astronautas de la ISS pierden una bolsa de herramientas: caerá contra la Tierra
- El primer avión espacial capaz de llegar a la ISS es oficial: es reutilizable y podrá volar en pista
- Lucy, la misión de la NASA que estudia el origen de los planetas, completa con éxito su primer vuelo