La retirada del lanzacohetes Teruel a finales de 2011 provocó que el Ejército de Tierra de España se quedara sin este tipo de armamento en sus filas. Más de una década después, el Ministerio de Defensa ha publicado en la Plataforma de Contratación la adjudicación a Escribano M&E y a Rheinmetall Expal Munitions la fabricación de su propuesta para el Sistema Lanzador de Alta Movilidad (SILAM) basado en el PULS de la israelí Elbit Systems.
Este tipo de armamento permite a las unidades de artillería ejecutar ataques a superficie a media y larga distancia, dependiendo de las necesidades del momento y de la operación. La larga lista de municiones compatibles con el próximo SILAM español es una de las ventajas más importantes respecto a la competencia, más restrictiva en este aspecto.
En cuanto al reparto del trabajo, la compañía de Alcalá de Henares Escribano se encargará de los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica del sistema lanzacohetes; así como de la integración de los sistemas blindados y las estaciones de armas. Expal, por su parte, se encargará de la parte de la munición. Según indicaron en la presentación el pasado mayo, la transferencia tecnológica acordada permite adaptar PULS a los requerimientos y especificaciones particulares del Ejército de Tierra.
La dotación presupuestaria para el SILAM es de 22 millones de euros para este año 2023 como una primera aportación. Sin embargo, el programa completo está valorado en más de 575 millones de euros y tiene una duración de cuatro años. Uno de los pilares que destacan desde las compañías adjudicatarias es la cohesión territorial, ya que el desarrollo y ejecución del proyecto estará repartido en varias localizaciones de la geografía española. Se espera que las primeras unidades de entrenamiento se entreguen en 2024 y la munición real a partir del siguiente año.
El Ministerio de Defensa adquirirá un total de 12 lanzadores, un demostrador, vehículos de municionamiento con grúa, 2 vehículos de recuperación, 6 de reconocimiento de alta movilidad, 10 de puestos de mando y todo el equipo necesario para poner en funcionamiento el SILAM. En la misma línea, también comprarán 680 cohetes guiados de diferentes modelos y alcances que fabricará Expal.
De los cohetes de menor alcance, denominados Accular, el Ejército de Tierra dispondrá de 288 unidades —144 con cabeza de guerra de fragmentación y otros tantos de penetración— que podrán lanzar a una distancia de 40 kilómetros. Se suman 112 cohetes del modelo Extra con 150 kilómetros de rango —56 de fragmentación y 56 de penetración— y 64 cohetes Predator Hawk —también mitad y mitad— que consiguen 300 kilómetros de alcance.
El PULS en el que se basa el SILAM tiene capacidad para integrar dos pods (cápsulas de cohetes) de diferente munición. De esta forma, un mismo vehículo lanzador puede llevar en un sólo pod hasta 18 cohetes Accular de corto radio y, en el otro, 4 unidades de Extra. Los que demandan más espacio a bordo son los Predator, que sólo puede llevar 2 de ellos en cada pod.
La española GMV se encargará de integrar TALOS en el SILAM. Se trata de un sistema de mando y control distribuido cuyas funciones incluyen el planeamiento de la maniobra y del apoyo de fuego. Emplea "herramientas de apoyo a la decisión para la selección de línea de acción, la conducción de la maniobra, el seguimiento de fuerzas propias y la ejecución y observación de tiro". Por su parte, IVECO proporcionará los camiones 8x8 donde se integra el sistema lanzador.
El PULS (Precise & Universal Launching System) es la versión modernizada del lanzador Lynx desarrollado por la otrora Israel Military Industries que compró Elbit System en 2018. Desde entonces, esta solución de lanzacohetes ha ido popularizándose y ejércitos como el de Dinamarca y Países Bajos se encuentran esperando recibir las primeras unidades.