SpaceX trabaja a contrarreloj, China le pisa los talones a Estados Unidos en la carrera espacial y la NASA depende del éxito de Starship para conquistar la Luna en los próximos años. El último lanzamiento de este gigantesco cohete de Elon Musk tranquilizó ante los fallos del primer intento, pero aún queda mucho por conseguir en el tercer despegue para el que ya se están preparando. SpaceX muestra una espectacular prueba de encendido de motores de Starship esta semana.
La empresa espacial llevó a cabo una prueba conocida como "fuego estático" este miércoles 20 de diciembre con un prototipo de la etapa superior del cohete Starship, clasificado como Ship 28. La prueba consiste, como en anteriores ocasiones, en el encendido de los motores del cohete, mientras este permanece anclado a la plataforma de lanzamiento en la base de la compañía al sur de Texas.
La prueba solo dura 12 segundos en los que los motores se prenden y el vehículo espacial queda envuelto en una enorme nube como muestran los vídeos a vista de pájaro que SpaceX ha grabado con un dron y colgado en las redes sociales. "El vuelo 3 Starship completó un fuego estático de duración completa con sus seis motores Raptor", ha tuiteado SpaceX.
Es importante recordar que Starship se compone de dos etapas: la primera es un enorme propulsor llamado Super Heavy y la segunda, una nave espacial como etapa superior de 50 metros de altura conocida como Starship. Ambas están diseñadas para ser reutilizables y funcionan con el motor Raptor de próxima generación de SpaceX. Super Heavy tiene 33 Raptors y Starship funciona con seis de ellos, los que esta semana la compañía ha puesto a prueba.
En anteriores ocasiones se han visto otras pruebas de fuego estático en las que los 33 motores del Super-Heavy han sido los protagonistas. En este caso ha sido necesario diseñar un nuevo sistema de diluvio, con el objetivo de ayudar a mitigar los daños causados por las llamas de los propulsores Raptor. Un mecanismo que consiste en una serie de cañones que apuntan hacia arriba y disparan agua con nitrógeno a alta presión alrededor del anillo de la plataforma de lanzamiento. Así se palian los daños causados por las llamadas de los propulsores en el entorno.
Estas pruebas son habituales para comprobar el correcto funcionamiento de los motores que deben impulsar a la enorme nave hasta el espacio. Por lo tanto, suele ser sinónimo de que la compañía de Elon Musk se prepara para despegar en el que sería su tercer lanzamiento de Starship.
Esta inmensa nave ya ha conseguido volar en dos ocasiones, dos misiones de prueba en las que no ha alcanzado el objetivo último que era enviar la etapa superior alrededor de la Tierra y después aterrizar en el océano Pacífico cerca de Hawái. Con cada prueba SpaceX trata de corregir los fallos de la anterior y llegar más lejos en el perfeccionamiento del cohete que debe servir de transporte en futuras misiones a la Luna de la NASA.
No está claro cuándo se producirá el tercer lanzamiento, para comprobar hasta dónde llega Starship en ese momento. Aunque la empresa esté probando motores, todavía necesitaría contar con la licencia de la Administración Federal de Aviación. Pueden pasar meses, aunque está claro que sus ingenieros trabajan para que sea a principios de 2024.