Después de algunas semanas de retrasos y comienzos en falso, los equipos de SpaceX se encuentran preparados para realizar el lanzamiento de la nave espacial X-37B. Se trata de una plataforma no tripulada y secreta propiedad de la NASA que tiene previsto despegar este viernes a eso de las 2:07 de la madrugada hora de España peninsular. El encargado de poner en órbita a la nave es un cohete Falcon Heavy, el más potente de los que tiene en servicio la compañía espacial de Musk. Los datos sobre la órbita y el tiempo de la misión no se han revelado.
El lugar del despegue es el Centro Espacial Kennedy de la NASA, situado en Cabo Cañaveral (Florida). Este será el quinto lanzamiento y aterrizaje de los propulsores laterales —también conocidos como boosters— del Falcon Heavy, que anteriormente sirvieron en misiones de la Fuerza Espacial de Estados Unidos y otras de carácter científico como JUPTR 3 y Psyche.
Una serie de tres cuentas regresivas de lanzamiento se abortaron a principios de este mes de diciembre debido tanto al mal tiempo como a problemas técnicos no especificados por la NASA o SpaceX. Lo que llevó a los equipos de tierra a llevar la nave espacial de vuelta a su hangar antes de continuar con el último intento de lanzamiento.
Esta séptima misión tiene como objetivos la operación de la nave espacial reutilizable en nuevos regímenes orbitales, experimentar con futuras tecnologías de conocimiento del dominio espacial e investigar los efectos de la radiación en los materiales proporcionados por la NASA, tal y como explican desde la Fuerza Espacial del país norteamericano.
"Estamos entusiasmados de ampliar el alcance de las capacidades reutilizables del X-37B, utilizando el módulo de servicio ya probado en vuelo y el cohete Falcon Heavy para realizar múltiples experimentos de vanguardia para el Departamento de la Fuerza Aérea y sus socios", dijo el teniente coronel Joseph Fritschen, director del programa X-37B.
Uno de los pocos experimentos que van en la aeronave y se han hecho públicos es el Seeds-2 de la NASA. Se trata de una prueba de exposición a la radiación de semillas de plantas para comprobar cómo se comportan en los vuelos espaciales de larga duración. El desarrollo de la prueba se basará en anteriores ensayos, "allanando el comino para futuras misiones espaciales tripuladas".
La nave espacial tiene una longitud de 8,9 metros, una envergadura de 4,5 y una altura de 2,90. En su interior puede albergar hasta 227 kilogramos de carga que será la que emplee la Fuerza Espacial para llevar a cabo sus experimentos. El peso máximo al despegue asciende hasta los 5.000 kilogramos donde se incluye el combustible para su propulsor.
Está certificada para tener una velocidad orbital de 28.000 kilómetros hora en una órbita baja de la Tierra y una autonomía por diseño de 270 días, aunque en la sexta misión alcanzó 908 días en el espacio. Para alimentar a los sistemas a bordo dispone de paneles solares acoplados a una batería.