El turismo espacial es una realidad desde hace unos años, pero cada vez hay más compañias y proyectos en todo el mundo que pretenden facilitar el acceso al espacio exterior. Lo que hasta hace muy poco parecía reservado a los multimillonarios, como los que han viajado a bordo del VSS Unity de Virgin Galactic, el New Shepard de Blue Origin o la cápsula Crew Dragon de SpaceX para ir a la ISS, parece cada vez más asequible gracias a iniciativas como la de la empresa estadounidense Space Perspective.
Esta compañía anunció a principios de esta década su intención de utilizar cápsulas presurizadas, izadas hasta más de 100.000 pies (unos 30 km) gracias a globos espaciales de grandes dimensiones, para realizar viajes de 6 horas por un precio de unos 100.000 euros. En 2021 ya consiguieron enviar con éxito una cápsula no tripulada al espacio y, desde entonces, han trabajado en mejorar el diseño y la presurización de la Spaceship Neptune. Ahora acaban de desvelar las primeras imágenes reales de esta nave espacial esférica, tomadas durante la fase de construcción del vehículo.
Aún así, este prototipo ya terminado sigue sin ser el que se usará en los viajes tripulados. Está previsto que sea el protagonista de los próximos vuelos sin tripulación de Space Perspective, diseñados para garantizar la seguridad del viaje y recopilar datos cruciales para el desarrollo de la cápsula comercial que, si todo va bien, acogería a sus primeros pasajeros a principios de 2025.
Fuera de la atmósfera
La propuesta de Space Perspective es muy distinta a las de la mayoría de firmas que apuestan por el turismo espacial y eso es lo que les permite ahorrar costes y ofrecer un precio tan 'barato' para un viaje espacial. En lugar de depender del lanzamiento de un cohete o de un avión tan exclusivo como el VMS Eve de Virgin Galactic, aquí el encargado de elevar la cápsula al espacio es el gigantesco SpaceBalloon, propulsado por hidrógeno.
El compartimento de la tripulación no se separa del propulsor en ningún momento ni hay transiciones bruscas, ya que Neptune y el globo espacial permanecen unidos durante todo el trayecto. En vez de un despegue brusco, la cápsula se alza a unos 20 km/h gracias a una tecnología que ya ha sido probada numerosas veces por la NASA y otras agencias espaciales, encargándose de elevar telescopios y otros instrumentos sensibles y pesados al espacio.
El despegue se realizará desde el Centro Espacial Kennedy o desde el barco MS Voyager, un puerto espacial marítimo que puede aprovechar condiciones ideales de lanzamiento gracias a su movilidad. Esto permite evitar el excesivo viento y aumentar la frecuencia de los lanzamientos, incluidos los vuelos nocturnos para la observación de estrellas.
El interior de la cápsula está pensado para que los ocho pasajeros puedan disfrutar de una experiencia de lo más lujosa. Además de los asientos ergonómicos, Neptune dispondrá de bar, aseo totalmente equipado y unos grandes ventanales que para lograr una visibilidad de 360 grados. Tampoco faltará la conexión Wi-Fi de alta velocidad.
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En principio, los viajes a bordo de Neptune están pensados para contemplar la salida del Sol y cómo éste baña la esfera terrestre. El ascenso culmina a 30 km de altura, por encima del 99% de la atmósfera terrestre, desde donde se puede contemplar la curvatura de la Tierra y la inmensidad del espacio.
Tras dos horas de fase de despegue y dos horas en el apogeo, se inicia de un descenso de otras dos horas que coincide con la salida del Sol. El objetivo final es un suave amerizaje en el océano, gracias al cono antisalpicaduras situado en la base de Neptune. Una vez en el agua, lanchas rápidas se acercarán a la cápsula para estabilizarla y llevar a los pasajeros de vuelta al MS Voyager.
En cualquier caso, Space Perspective aclara que la experiencia es personalizable si un mismo grupo adquiere el pasaje completo. "Desde el menú y los cócteles a bordo, hasta la banda sonora y la iluminación, sus preferencias individuales pueden incorporarse a su vuelo", señalan en su página web. Así, también se pueden realizar cambios en la configuración de los asientos e incorporar elementos adicionales.
Los asientos ya se pueden reservar, previo pago de 1.000 dólares (unos 900 euros) y el coste final del billete es de 125.000 dólares (114.000 euros), lo que lo convierte en el más asequible de los viajes espaciales comercialmente disponibles en este momento.
La versión española
Space Perspective no es la única compañía que ha apostado por este método para llevar turistas al espacio, pero sí la que parece más adelantada. De hecho, la pionera en ese sentido fue la española Zero 2 Infinity, "la primera empresa en el mundo en proponer la experiencia de la vista desde el espacio cercano subiendo en globo". También, según aclara su fundador José Mariano López Urdiales a EL ESPAÑOL-Omicrono, es la única que ha llevado a cabo un vuelo presurizado de un prototipo a escala 1/2.
Otras dos firmas que están intentando acortar plazos para llevar a los primeros pasajeros más allá de la atmósfera terrestre en una cápsula son españolas: EOS X Space, con sedes en Emiratos Árabes y Sevilla, y HALO Space. Ambas firmas se han enzarzado recientemente en una batalla legal todavía pendiente decidir.
El ambicioso objetivo de EOS X Space es llevar al menos a 15.000 personas al espacio en la próxima década, para lo que está estableciendo una instalación de ensamblaje final para sus naves espaciales NAO V cerca del aeropuerto de Sevilla, en el Polo aeronáutico de la capital hispalense.
Para llevar a cabo sus vuelos, un globo inflado con helio será el encargado de alzar la cápsula presurizada con capacidad para transportar a 7 personas junto a un piloto. El objetivo es que se eleven a 40.000 metros de altura en un viaje de unas 5 horas. Para el descenso, la cápsula se valdrá de una serie de paracaídas que ralentizarán la caída hasta posar la NAO V de nuevo en tierra.
Según los cálculos de la compañía, el coste del viaje podría estar en torno a los 150.000 euros. Su objetivo inicial era realizar los primeros viajes tanto desde Sevilla como desde Abu Dhabi en 2023, pero ahora su calendario está fijado en llevar a cabo el trayecto inaugural a finales de 2024.
Por su parte, HALO Space aspira a convertir sus viajes espaciales en realidad a partir de 2025. De momento, ya ha realizado una serie de vuelos en EEUU para poner a prueba el sistema de descenso y aterrizaje. Su cápsula, con un diámetro de 5 metros y una altura de tres metros y medio, tiene capacidad para ocho personas y ascenderá a una altitud similar a las de sus competidores.
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