El reciente fracaso de la misión Peregrino-1, que está a punto de hacer su reentrada a la atmósfera terrestre tras cancelarse su llegada a la Luna, ha demostrado lo difícil que es llegar al satélite natural. Eso no significa que las agencias espaciales de todo el mundo sigan intentándolo y estos días JAXA, el equivalente a la NASA en Japón, espera poder hacer historia con el aterrizaje de su módulo lunar SLIM, tras el éxito de su lanzamiento el pasado septiembre.
De conseguirlo, el país nipón se convertiría en el quinto que lo logra, tras la Unión Soviética, EEUU, China y el histórico "capítulo en la odisea espacial de la India". SLIM (siglas en inglés de Smart Lander for Investigating Moon, o módulo de aterrizaje inteligente para investigar la Luna) tiene como misión demostrar que es posible realizar alunizajes con una sonda liviana y de pequeña escala con gran precisión.
La reducción del peso de los equipos abre camino a futuras misiones más complejas y se sumaría a lo conseguido por India, al ser la primera nación en aterrizar en el polo sur de la Luna. En torno a la medianoche del viernes 19 de enero, comenzará una cuenta atrás de 20 minutos que marcarán el inicio de las maniobras de aproximación y aterrizaje del módulo a la superficie lunar.
Maniobras de aterrizaje
Las últimas informaciones compartidas por la JAXA muestran que todo progresa según lo previsto, tras una ruta larga y circular y una maniobra de posicionamiento de apoluna (el punto de órbita más alejado) que SLIM llevó a cabo el pasado domingo 14. Desde entonces, el módulo inició los pasos previos al aterrizaje, que culminarán cuando se encuentre a 15 kilómetros de altura sobre el objetivo marcado.
El punto elegido por la agencia espacial japonesa es el cráter Shioli, junto al ecuador del satélite, y la máxima desviación prevista es de 100 metros, lo que lo convertiría en el aterrizaje lunar más preciso hasta la fecha. SLIM mide solo 2,4 metros de alto, 2,7 metros de largo y 1,7 metros de ancho. Aproximadamente el 70% de su peso de 700 gramos corresponden al propulsor.
"Al crear el módulo de aterrizaje SLIM, los humanos realizaremos un cambio cualitativo para poder aterrizar donde queramos y no sólo donde sea fácil aterrizar, como había sido el caso antes", escribieron los funcionarios de JAXA en la descripción de la misión.
Una vez en la superficie lunar, se dedicará a analizar su entorno durante un mes. Para ello, cuenta con la ayuda de dos minisondas que se desplegaran para comprobar el estado del módulo tras el aterrizaje y tomarán fotografías del entorno, además de proporcionar un "sistema de comunicación independiente para la comunicación directa con la Tierra", según ha indicado la agencia nipona.
No es la primera vez que Japón intenta llegar a la Luna. Todavía está reciente el fracaso en el último momento de Hakuto-R, que hubiera sido la primera misión espacial privada en llegar a la Luna. También pesa en el ánimo de la industria aeroespacial del país asiático el lanzamiento fallido de su nuevo cohete insignia, el H3. Tras sucesivos retrasos, habrá un nuevo intento el próximo 15 de febrero, con la misión de poner en órbita el satélite DAICHI-3, que evaluará zonas afectadas por desastres naturales.
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