Las minas marinas se han erigido como una de las amenazas más importantes del plano naval en los últimos años. Las crecientes y complejas tensiones geopolíticas que han ido sucediendo tienen un peso muy importante en el terreno naval. El mar Rojo, el mar de la China Oriental o el mar Negro son sólo algunos de los enclaves donde se están desarrollando operaciones y maniobras militares con mucha frecuencia.
En el vasto e inexplorado terreno submarino es donde, de forma discreta, este tipo de armamento cuenta con un poder destructivo todavía mayor. De ahí que se necesiten de sistemas y sensores especializados para trabajar en ese entorno tan exigente. Uno de los más modernos es el Barracuda, un dron submarino semiautónomo especializado en destruir minas.
Raytheon, la encargada de Barracuda, acaba de anunciar que han completado el paquete de datos técnicos para el "destructor de minas marinas" —como se llama técnicamente al Barracuda— para la Navy estadounidense. "Al mismo tiempo que continúan con el programa de pruebas", según comentó la compañía a Seapower.
En el año 2018, la compañía consiguió un contrato del Departamento de Defensa del país por 75 millones de euros para "diseñar, probar y desplegar el sistema de neutralización de minas Barracuda". Desde entonces, Raytheon ha continuado con sus trabajos de forma satisfactoria y en mayo del pasado 2023 comenzó a fabricar 128 unidades para el desarrollo preliminar, 65 para los ensayos con la Navy.
Destructor de minas
El sistema Barracuda trabaja codo con codo con el sonar AQS-20C de la misma compañía. Este último dispositivo utiliza "sensores de alta resolución para proporcionar una imagen más clara y menos abarrotada del entorno", según explica Raytheon."Su avanzado reconocimiento automático de objetivos proporciona indicaciones para la identificación de contactos". También dispone de una parte de detección acústica que le permite la identificación de los objetivos sin tener que visualizarlos a través de un sensor electroóptico como podría ser una cámara.
Cuando el AQS-20C trabaja junto con el Barracuda, el sistema permite la eliminación de las amenazas en una sola operación ya que combina la capacidad del sonar para rastrear e identificar y la del dron para los trabajos de limpieza. "Hemos aplicado nuestra experiencia en sónares y nuestra comprensión del complejo entorno submarino a Barracuda", tal y como declaró en 2018 Paul Ferraro, vicepresidente de Raytheon.
Es un dispositivo compacto de algo menos de 12 kilogramos 121 centímetros de largo que se integra en un tubo equivalente al tamaño de una sonoboya, por lo que puede desplegarse desde una gran variedad de plataformas. Existen en la actualidad algunas aeronaves que son compatibles con este formato de sonoboyas, aunque este término no se ha confirmado.
Una vez en acción, el Barracuda cuenta con cuatro pequeños chorros de agua para impulsarse hasta el punto de referencia donde se encuentra la supuesta mina, previamente localizada e identificada por el sónar AQS-20C. Una boya de enlace que se mantiene flotando en la superficie acuática sirve nodo de comunicaciones entre el puesto de mando y el propio dron submarino, lo que facilita el envío de órdenes actualizadas y la asignación de nuevas coordenadas GPS.
El propio sistema también cuenta con un sonar y una cámara de vídeo en el morro, lo que permite a un operador confirmar la identificación de la mina antes de dirigir y detonar el Barracuda contra ella. Cada uno de los dispositivos es de un único disparo.
Dan Seamans, director de guerra contra minas de Raytheon, ha comentado que la Navy tiene que decidir todavía cuáles serán las plataformas de lanzamiento del Barracuda. Entre los candidatos que ya se han postulado se encuentran los buques de combate de litoral junto con los barcos de contramedidas no tripulados.
Wise, versión española
La compañía madrileña Perseo Techworks lleva trabajando varios años en Wise, un dispositivo con un concepto muy similar al Barracuda estadounidense. Desde que firmó un acuerdo de colaboración con Navantia, el desarrollo ya ha tenido varias oportunidades de participar en maniobras y operaciones de entrenamiento con buenos resultados.
Cuenta con 2,3 metros de eslora por un diámetro de 200 milímetros que se reparten los 80 kilogramos de peso y una capacidad de inmersión a 80 metros. Un modelo inmediatamente mayor está previsto que mida 4 metros de eslora con una tonelada de desplazamiento. Por último, el más grande de todos alcanzará los 8 metros y hasta 9 toneladas.
Las misiones encomendadas a Wise responden a "las necesidades más inmediatas que pueda tener la Armada", señaló Sergio Olmos, director de Perseo, a EL ESPAÑOL - Omicrono. "Sobre todo en la parte de minas" en la que el submarino no tripulado podrá analizar zonas en busca de estos explosivos.
"También estamos trabajando para que sea munición de merodeo". Este tipo de arma son los conocidos submarinos kamikazes que ya están presentes en otras fuerzas navales del mundo. Sería la primera vez que la Armada española podría contar con ellos.
Para ello, aprovecha el sistema de visión artificial que "puede ver, clasificar y contar objetos de determinado tipo", al mismo tiempo que mide la distancia y diseña una ruta hasta su objetivo. El ataque kamikaze del submarino contempla el acercamiento a gran velocidad y la detonación de una carga explosiva que llevaría a bordo con el fin de anular la amenaza.