El basto frente de batalla en el que se enfrentan Ucrania y Rusia hace que la detección de potenciales amenazas suponga un verdadero dolor de cabeza. De esta necesidad surge el ingenio de los mandos militares y los servicios de inteligencia de Zelenski, los cuales han ido tejiendo una densa red de micrófonos por todo el territorio en disputa con Moscú.
El objetivo de estos sensores acústicos es poder detectar y rastrear a los drones rusos que se internan dentro del territorio ucraniano. De esta forma, se puede alertar con la suficiente antelación a los equipos encargados de las defensas aéreas tradicionales, que permanecen activos durante las 24 horas del día. También para enviar equipos especializados en derribar drones empleando todo tipo de armamento y sistemas electromagnéticos.
Tal es el éxito de este despliegue sonoro que los estamentos militares estadounidenses "están buscando probar esta capacidad", según explica James Hecker, jefe de las Fuerzas Aéreas de EEUU en Europa, a TheWarZone. Con el fin de "ver si podría ayudar a satisfacer sus propias demandas de formas adicionales de monitorizar y combatir las amenazas de los drones".
"Sin entrar en información clasificada, Ucrania ha hecho algunas cosas bastante sofisticadas para obtener una imagen persistente de ISR de amenazas que vuelan a baja altitud", explicó Hecker. ISR son las siglas en inglés de inteligencia, vigilancia y reconocimiento; un campo en el que las fuerzas de Zelenski se han especializado —forzosamente— en los últimos tiempos y que se ve reforzado con los micrófonos desplegados por todo el territorio.
Red de escucha
La matriz de sensores acústicos desplegada por Ucrania se ha desarrollado poniendo el foco en la detección de los drones que sobrevuelan la zona. "Hay 6.000 en todo el país, han tenido éxito en poder detectar vehículos aéreos no tripulados unidireccionables como los Shahed 136".
Este tipo de aeronaves no tripuladas, a pesar de tener un motor relativamente pequeño, producen una cantidad significativa de ruido que los sensores se encargan de recopilar. El ejército ucraniano tiene la capacidad de rastrearlos y trasladar la información al equipo móvil más cercano. Estos pequeños grupos de soldados disponen de artillería antiaérea de fácil empleo. "Enseñan a usarlo a una persona en 6 horas", apuntó Hecker.
Los detalles sobre la red de sensores acústicos ya se han trasladado "a varias personas, incluida la Agencia de Defensa de Misiles". Se trata de un órgano perteneciente al Departamento de Defensa de Estados Unidos que es responsable del desarrollo de sistemas defensivos contra misiles a varios niveles. "Estamos considerando hacer algunas pruebas para ver si es algo que podemos exportar a la OTAN", aseguró el militar.
También dijo que este tipo de capacidad podría tener aplicaciones fuera de la OTAN y "potencialmente contra otras categorías de amenazas aéreas más allá de los drones". Por ejemplo, la detección de misiles, aviones o helicópteros.
A pesar de parecer una tecnología novedosa, durante la Segunda Guerra Mundial muchos países utilizaron sensores acústicos para la identificación de las aeronaves. Después de la finalización de la contenida y con el auge de los radares, estos sistemas quedaron en desuso.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos se encuentra esperando la llegada de los primeros aviones E-7A especializados en alerta temprana de amenazas que vuelan a baja altitud. Hasta entonces, según Hecker, el Departamento de Defensa puede "buscar alternativas interinas" para cubrir esa parte de la detección aérea.
Con la información recopilada por los sensores se puede "predecir qué tan rápido van y en qué rumbo enfilan" las amenazas, tal y como explica el militar. "Entonces podemos utilizar herramientas que nos coloquen en el lado correcto de la curva de costes, como la artillería antiaérea". Que supone una fórmula "muy rentable de derribar este tipo de cosas", haciendo referencia a los drones kamikaze.
Globos militares
Una de las últimas incorporaciones a las filas ucranianas han sido los aeróstatos. Este tipo de plataformas aéreas no tripuladas acaban de llegar a las tropas hace escasos días tras año y medio de desarrollo por parte de una compañía ucraniana.
Apuestan por dos vertientes muy diferentes de aplicaciones. La primera de ellas es la de repetidor de comunicaciones para ampliar la cobertura de los drones. Gracias a una antena instalada a bordo y que se mantiene elevada a una cierta altitud, el piloto puede volar más lejos la aeronave y así poder recopilar más información sin ponerse en riesgo.
El otro pilar pasa por emplear al propio globo como una plataforma de espionaje. Aerobavovna, la compañía detrás del programa de aeróstatos, ha desarrollado una carta de sensores avanzados para integrarlos a bordo. Según han explicado, una de estas herramientas es una cámara con un zoom óptico de 40 aumentos.
Los globos al servicio de Zelenski pueden alcanzar los 500 metros de altura y cargar con hasta 5 kilogramos en su pequeña góndola. Son resistentes a los vientos debido a su forma de cometa y permanecen enganchados a un vehículo en tierra, que le proporciona energía eléctrica. Si no hay percances, puede permanecer en el aire más de 20 días de forma ininterrumpida.
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