Hace escasos días saltaba la noticia en España: reportes afirmaban que Rusia estaba usando terminales Starlink en territorios ocupados en Ucrania. Una tecnología que, según Elon Musk, no debería estar en sus manos. Ni siquiera debería funcionar, aseguraron tanto el magnate como SpaceX. Tras las declaraciones de ambos negando esta situación, Ucrania se ha reafirmado en sus reportes, asegurando que este "es un mercado abierto".
Así lo cuenta el principal oficial de la inteligencia militar de Ucrania, el teniente general Kyrylo Budanov en una entrevista con el The Washington Post. Budanov deja claro que no solo las informaciones sobre el uso de Starlink por parte de los rusos son ciertas, sino que va más allá. Detalla que Rusia estaría usando no cientos, sino miles de sistemas Starlink.
Tanto, que la escala a la que se estarían adquiriendo estos terminales podría suponer una importantísima desventaja para Ucrania en su batalla contra Rusia. El oficial explica que pese a todo lo dicho por Musk, este "es un mercado abierto", y que el hecho de que Starlink no sea un "artículo militar" ha facilitado enormemente su comercialización mediante empresas privadas rusas.
Ucrania se reafirma en sus reportes
En la entrevista se extrae cómo empresas privadas rusas estarían adquiriendo estos terminales a intermediarios externos. Estos estarían camuflando las compras de los dispositivos como si fueran para uso personal para facilitar la adquisición y, posteriormente, entregarían los equipos a través de países vecinos de Rusia.
Budanov asegura que desde unidades dentro de las fuerzas militares rusas hasta empresas privadas rusas estarían buscando adquirir estos terminales, realizando campañas de recaudación de dinero para financiarlas. Y no faltan ejemplos, ya que usando el motor de búsqueda ruso Yandex.ru es posible encontrar distribuidores que comercializan estos equipos Starlink.
Estos distribuidores no están ubicados únicamente dentro de Moscú, sino que se extienden a los territorios ucranianos ocupados por Rusia en su invasión. Prometen la venta de estos sistemas e incluso su instalación, dando un gran abanico de facilidades para hacerse con uno de estos terminales. Por ejemplo, la web strlnk.ru promete, al menos sobre el papel, el uso de Starlink en zonas como Crimea, Donetsk o Luhansk.
Los precios por adquirir estos productos e instalarlos en estas zonas comienzan en aproximadamente 100 euros al mes, y algunas de estas webs proporcionan contactos de distribuidores que se encargan de comprar estos terminales. En algunos casos la venta de estos terminales puede alcanzar los 3.000 euros de precio.
Pero ¿qué ocurre con el funcionamiento de estos terminales? SpaceX aseguró que Starlink, su servicio de conexión a Internet vía satélite, no estaba disponible en Rusia. Más aún: detallan que ni han enviado equipos ni han comercializado el servicio en territorio ruso, hasta el punto de afirmar que no se podía conectar Starlink en el país. "Si las tiendas rusas afirman vender Starlink para ofrecer servicio en ese país, están estafando a sus clientes".
Budanov se limita a decir que Starlink lleva funcionando en estos territorios ocupados "bastante tiempo", aludiendo a sus experiencias personales. Unas declaraciones que contrastan con las de Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, que aseguraban que Starlink no se estaba usando en Rusia. Por otro lado, SpaceX dijo poco después de que aparecieran estos informes que si detectaban actividad no autorizada, desactivarían los terminales afectados.
De ser cierto lo que cuenta el oficial, esta sería una situación increíblemente tensa para Ucrania. Y es que Starlink es la base de todas las comunicaciones tanto militares como de consumo dentro del país. Desde empresas hasta organizaciones de ayuda se valen del servicio para poder acceder a Internet, proveniente de unos 42.000 terminales presentes gracias a SpaceX y al Pentágono.
A esto hay que sumarle la constante negativa de Elon Musk de usar Starlink para fines militares, llegando a criticar su uso por parte de las fuerzas militares ucranianas. De hecho, Musk se enemistó enormemente con el gobierno ucraniano debido a los seguidos cortes y limitaciones que SpaceX provocó en Starlink poco después.
Finalmente, medios como Defense One recuerdan cómo en la biografía de Elon Musk escrita por Walter Isaacson se revela cómo el magnate se negó a que los ucranianos usaran Starlink para realizar ataques con drones contra barcos rusos en Sebastopol. En la obra, se da a entender que Musk temía que dicho ataque se respondiera con una represalia nuclear por parte de Putin.