La NASA mira ya hacia nuevos objetivos en la Luna, después del éxito de la misión IM-1 con la empresa privada Intuitive Machines, cuyo módulo Odysseus se encuentra apagado en el satélite a la espera de que le llegue más luz solar. Otro de los retos lunares en la agenda de la agencia estadounidense para este año es VIPER ("Volatiles Investigating Polar Exploration Rover"), un rover fabricado en parte en España que buscará recursos. El proyecto encara las últimas fases antes de acercarse a la plataforma de lanzamiento.
La NASA ha informado que el 80% del rover está construido, teniendo todos sus instrumentos de vuelo instalados. Con este avance, la NASA se dispone a iniciar la fase de pruebas de confirmación, proceso clave para determinar la capacidad del rover para sobrevivir al lanzamiento, el aterrizaje, y el desafiante polo sur lunar.
Esta misión tiene sello español, siendo la empresa Thales Alenia, con sede en la localidad madrileña de Tres Cantos, uno de los contratistas de la NASA para el programa VIPER. Esta empresa se ha encargado de desarrollar y fabricar el módulo de comunicaciones del rover.
VIPER tiene la misión de aterrizar cerca del polo sur lunar y buscar agua helada. El objetivo final es recabar información sobre los recursos que podrían aprovechar los futuros astronautas que pisen la superficie lunar para pasar allí un tiempo, en la misión Artemis 3, prevista para 2026.
Para ello VIPER deberá recorrer este territorio sur durante 100 días recopilando datos para determinar dónde es más probable encontrar esas reservas de agua. En definitiva, VIPER se convertirá en la primera misión de mapeo de recursos que se ha realizado fuera de la Tierra.
Cada vez que se termina de instalar un sistema, se comprueba que este instrumento funciona. Por ejemplo, mandando un comando al instrumento NIRVSS para que realice una fotografía. Así se confirma que la imagen se toma correctamente, que el campo de visión de la imagen es el adecuado y que la imagen llega con precisión. "Tomamos estas determinaciones ahora porque no queremos descubrir ningún problema más adelante en el flujo de ensamblaje que pueda resultar en que tengamos que realizar algún desensamblaje para corregir los problemas", afirma Dan Andrews, director del proyecto VIPER.
Frente a misiones satelitales anteriores, VIPER permite acercarse e investigar el suelo a diferentes profundidades con su telescopio de 1 metro. La zona a explorar se compone principalmente de cráteres permanentemente en sombra, algunos de los puntos más fríos del sistema solar, por lo que el hielo que contengan, no habría sido alterado durante miles de millones de años. Esto también implica las duras condiciones a las que estará sometido este rover.
El rover VIPER debería pisar la superficie lunar a finales de año si todo sigue este ritmo de trabajo. Esta misión forma parte de un complejo grupo de proyectos que la NASA ha fijado para 2024 en los que pretende analizar la distribución del huelo y otros recursos lunares como la misión Polar Resources Ice Mining Experiment-1 (PRIME-1) que aspira a continuar con ese estudio utilizando un taladro en la superficie lunar.