En el mundo del vuelo a vela, el remolque entre aeronaves con motor y otras sin él se ha consolidado como el método más común para el despegue. Una vez se alcanza cierta altitud y se encuentran las corrientes, el planeador se suelta de la nave nodriza y emprende su viaje en solitario sin más capacidad de generar sustentación que el viento ascendente. Se puede ver, en España, en el lado segoviano de la Sierra de Guadarrama que separa la Comunidad de Madrid con Castilla y León, pero hasta ahora muy pocos han sido los que se han aventurado a otros tipos de aplicaciones.
En una antigua base aérea militar en Estados Unidos, la compañía Aerolane está probando un plan de negocios que pretende revolucionar el mercado de la carga aérea incorporando pequeños aviones planeadores. El hilo central de la idea es que los operadores logísticos puedan emplear dos plataformas de carga por cada vuelo y sólo una de ellas contará con un sistema de propulsión.
"Estamos simplemente desempolvando algunos de los conceptos más probados de la historia de la aviación y modernizándolos con tecnología actual", según explicó Todd Graetz, uno de los cofundadores de Aerolane, a Bloomberg. "Es mucho menos radical de lo que cualquiera puede pensar".
El cálculo al que ha llegado la compañía es que se podría ahorrar hasta un 65% en consumo de combustible cuando los planeadores están diseñados específicamente para este método de vuelo. De cumplirse, se trataría de una reducción tan drástica que podría suponer un punto de inflexión en la logística mundial, máxime cuando las mejoras de eficiencia en el sector aeronáutico se suelen mover por debajo del 10%.
Dos aviones por uno
La idea de aviones cargueros remolcados por otros no es realmente una idea nueva. Tal y como recoge New Atlas, ya en la Segunda Guerra Mundial se llenaban —tanto de tropas como de equipo y material— planeadores rumbo a las zonas de combate. Una vez llegaban a un punto establecido, se realizaba la suelta de la eslinga para efectuar un aterrizaje sin motor.
La gran diferencia que pretende introducir Aerolane en este campo es la de los planeadores autónomos, algo impensable en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. El propósito el doble: reducir al máximo los costes operativos al mismo tiempo que se gana espacio y capacidad de carga para llevar mercancía.
La compañía, con sede en Texas, lo denomina Aerocarts —Aerocarros, en español— y serán simples plataformas de carga equipadas con lo mínimo necesario para incorporar el sistema de vuelo autónomo. En cuanto a la operativa que plantean, Aerolane indica que despegarán de un aeródromo de la misma forma que lo hacen los aviones a motor tirando de los veleros de recreo.
Durante todo el proceso de crucero permanecerán unidos y el planeador utilizará la estela dejada por el avión líder a efectos de rebufo y ofrecer menos resistencia aerodinámica. A partir de este punto, la compañía texana deja abiertas dos posibilidades: la primera es que ambas aeronaves permanezcan unidas durante toda la maniobra y la segunda pasa por programar una suelta cuando el planeador todavía se encuentra en el aire.
Una de las incógnitas que Aerolane no menciona es el diseño de los motores del avión líder del grupo, principalmente en la maniobra de despegue donde a los propulsores se les exige más. Dependiendo del peso y de las condiciones meteorológicas —como el calor y la humedad— y la ubicación geográfica —principalmente la altitud respecto al nivel del mar— muchos aviones ya despegan al límite de sus capacidades en algunas circunstancias. Por lo que podrían quedarse por debajo del umbral permitido al arrastrar una aeronave extra.
Aprovecha los vórtices
"Los planeadores de carga remolcados son conceptualmente capaces de volar detrás de cualquier avión", explican desde Aerolane. "El Aerocart aprovecha esto para ser una verdadera actualización directa capaz de aumentar de forma instantánea la capacidad de las flotas de aviones existentes".
También indican que están diseñando varios tamaños de Aerocart para acomodarse detrás de "una amplia gama de aeronaves". Este punto del remolque es quizá uno de los más complejos.
Las estelas turbulentas entre aeronaves, principalmente las más grandes y pesadas, pueden crear problemas de sustentación derivados del aire caliente y agitado. De ahí que la separación mínima actual entre aeronaves sea de 5,5 kilómetros para evitar problemas. Aerolane no indica la longitud del cable que unirá ambos aviones, aunque sí que han pensado en ello.
"Los Aerocarts se desplazan sobre las estelas atmosféricas de los aviones que tienen delante", según detallas. "La tecnología de piloto automático patentada de Aerolane permite a los Aerocarts navegar a través de complejos vórtices de estela, posicionándose de forma segura para un vuelo suave con extrema eficiencia".
Esta metodología, que tiene su origen en el vuelo de las aves migratorias, es una de las grandes promesas de la aviación a medio plazo. Compañías como Airbus ya han presentado algunas propuestas que pretenden emplear estas estelas para generar una sustentación extra a aeronaves seguidoras y en vuelos gregarios. "La física está a nuestro favor", dijo Graetz. "Mira los pájaros. Ellos lo hacen. Podemos aprender mucho de las aves".
Comienzo en 2025
Aerolane lleva realizando vuelos de prueba con estrecha relación con la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos desde el año 2022. "Estamos planeando una disponibilidad inicial en 2025", aseguran en su web.
Si la compañía consigue la luz verde de la FAA, planea diseñar y fabricar un planeador con capacidad para transportar 3 toneladas de carga. Si este formato tiene éxito, emprenderá un nuevo desarrollo de una aeronave de 10 toneladas de capacidad, tal y como explicó Graetz a Bloomberg.
Por el momento, Aerolane no tiene clientes y se enfrenta a un periodo complejo en una FAA desbordada en la actualidad con el caso de los aviones Boeing. Al que se suma la normal carga de trabajo para aprobar nuevas y revolucionarias tecnologías.
Se encuentran trabajando en la autorización de la Administración para iniciar operaciones con aviones usados a los que han retirado los motores hasta convertirlos en meros planeadores. Algo que juega en su contra porque estos veleros cuentan con aerodinámicas muy diferentes respecto a un avión tradicional despojado de propulsores.
El primer objetivo comercial de la compañía es inciar las ventas a operadores regionales de carga aérea de Estados Unidos. Muchos de ellos trabajan con pequeñas aeronaves para grandes operadores logísticos como pueden ser FedEx o UPS, que mueven una parte importante del comercio online. En el país americano es muy común la operación de aviones de carga —generalmente turbohélices— en aeródromos municipales que cubren los trayectos desde y hacia otros hubs logísticos más grandes.