La NASA no es la única agencia enfocada en regresar a la Luna, China es uno de los países que más está apostando por el espacio y le pisa los talones al programa estadounidense de Artemis. El gigante asiático ha obtenido importantes avances en los sistemas de lanzamiento de cohetes por electromagnetismo y esta semana celebra la llegada de su satélite Queqiao-2 a la órbita de la Luna, un puente entre la Tierra y sus futuras misiones lunares.
El cohete Long March 8 lanzó la semana pasada el satélite Queqiao-2 que ha alcanzado el satélite a principios de esta semana, como ha informado la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA). Este viaje centrado en probar las comunicaciones entre la Tierra y el satélite allana el camino a un complejo programa espacial centrado en colocar taikonautas (astronautas chinos) en la superficie lunar para 2030.
La NASA se ha marcado ese mismo objetivo para 2026, pero los sucesivos retrasos que sufre Artemis hacen peligrar el calendario en favor de China. Mientras, China también da pequeños pero importantes pasos para construir su puente entre la Tierra y la Luna, en un incesante ritmo de viajes.
Queqiao-2 en la Luna
El Queqiao-2 inició un frenado de 19 minutos de duración el domingo a las 17:46 horas de España peninsular. Esto permitió que la nave espacial entrará en la gravedad de la luna. Los operadores alterarán aún más su órbita e inclinación para llevar al satélite a una órbita "congelada" altamente elíptica de 200 por 16.000 kilómetros.
En esa órbita más estable, dará vueltas de 24 horas, manteniendo la comunicación con las dos estaciones terrestres y la cara oculta de la luna. Queqiao-2 de 1.200 kilogramos, lleva una antena parabólica de 4,2 metros y es la primera piedra para la siguiente misión planteada para el mes de mayo cuando China lanzará la nave Chang'e-6 que recogerá muestras de la cara oculta de la Luna. En ese lado oscuro y que siempre da la espalda a la Tierra, necesita el apoyo de Queqiao-2 para seguir comunicándose con casa.
Queqiao-2 también lleva tres cargas útiles como parte de los objetivos científicos de la misión Chang'e-7 2026. Se trata de una cámara ultravioleta extrema y un generador de imágenes de átomos neutros. Un experimento de interferometría de línea de base muy larga (VLBI) de longitud Tierra-Luna que utiliza una antena grande.
Este pequeño satélite no viaja solo, dos naves espaciales Tiandu-1 y Tiandu-2 , también estaban a bordo durante el lanzamiento. Cada una se encuentra ahora en la órbita y su misión es realizar pruebas para verificar la tecnología de navegación y comunicaciones. Las pruebas incluirán métodos de medición por láser de satélite a tierra y por microondas entre satélites.
[El sistema clave para la estación espacial en la Luna se hace en Tres Cantos: así es el PMAD]
Estas naves son pioneras en la formación de una constelación de Queqiao para proporcionar servicios de comunicación. En comparación, Artemis plantea la creación de gateway, una estación lunar que servirá de puente de comunicaciones, laboratorio o módulo habitacional para futuras misiones.
En el futuro Queqiao-2 modificará su órbita para servir de enlace a otras misiones, Chang'e-7 de 2026 y posteriores Chang'e-8, cuyo objetivo es el polo sur lunar. Como ya hicieran otras agencias, entre ellas la NASA y la India, explorarán los recursos de esa zona como el regolito para producir ladrillos o las reservas de agua para vivir en el satélite.
Taikonautas en la Luna
China da menos detalles de sus planes que EEUU y otras naciones, pero recientemente ha mostrado cómo será ese viaje tripulado para habitar el satélite natural en 2030. sí La cápsula principal, donde viajarán tres tripulantes se llamará Mengzhou (Nave de sueños); mientras el módulo de descenso hasta la superficie, será Lanyue (abrazo a la Luna) que podría pasar hasta 15 días en el satélite gracias a la energía solar.
El Lanyue será el primero en colocarse dando vueltas a la Luna y espera a que un segundo cohete impulse el Mengzhou con sus tres taikonautas desde la Tierra hasta la órbita lunar. Allí amarrará con el vehículo de descenso, esta maniobra se inspira en las misiones Apollo. Dos taikonautas pasarán a través de una escotilla interna, las naves se separarán y se iniciará la maniobra de alunizaje.
El Lanyue solo dispone de un juego de motores, cuatro que consiguen un empuje de unas 3 toneladas, lo que supone poder levantar una carga de 15.000 kilos. En vez de dos para el descenso y posterior despegue a la órbita lunar, para devolver a los astronautas rumbo a la Tierra, como sí contaban las misiones Apollo.
Aún no está claro si el vehículo podría ser reutilizable, creando una vía de transporte permanente para varias misiones. Sería necesario reponer la carga de combustible en órbita, un reto al que también se enfrentará en adelante SpaceX, empresa de Elon Musk con su enorme cohete, Starship, encargado por la NASA.
El camino es el mismo, también los objetivos, establecer una base en el satélite natural y explorarlo, así como explotarlo. Sin embargo, el método utilizado en cada proyecto es único. China limita la información que aporta sobre sus planes, aún sin un calendario claro, mientras la NASA cuenta con el apoyo de hasta 35 países, entre ellos España, y empresas como SpaceX.