El pasado 25 de marzo, Rusia ejecutó uno de los ataques contra Kiev más importantes de los últimos meses. Para tal empresa, emplearon un número no desvelado de misiles hipersónicos Zircón que lograron traspasar los escudos antiaéreos de la capital ucraniana e impactar contra varias infraestructuras.
Sin embargo, algunas unidades fueron víctimas de los interceptores de Ucrania y no llegaron a explotar. Estos restos en relativo buen estado han sido objeto de análisis por los ingenieros al servicio de Zelenski con el fin de recopilar información de primer nivel.
La sorpresa ha aparecido cuando estos mismos técnicos se han dado cuenta de que el temido misil Zircón ya no lo es tanto. Tal y como recoge el medio ucraniano Defense Express, los análisis realizados a la cabeza de guerra de la munición han revelado "la mayor estafa conocida en la industria de la defensa rusa, orquestada por el contratista JSC y su cliente, el Ministerio de Defensa" del país.
Estas acusaciones provienen directamente porque "sus especificaciones se adaptaron lo más posible a los requisitos establecidos por el Ministerio, pero esto sólo se logró a costa de transformar el arma en desarrollo en un misil totalmente indefenso", explican. También acusan a la cartera de Defensa del Kremlin de aceptar el resultado y "hacer la vista gorda sin hacer preguntas".
Uno de los aspectos más destacados del informe al que ha tenido acceso el medio es sobre el peso de la cabeza de guerra. El Zircón cuenta con una de entre 100 y 150 kilogramos de los cuales sólo 40 kilogramos corresponden a explosivo de fragmentación. El dato que se manejaba hasta ahora indicaba que su ojiva oscilaba entre los 300 y los 400 kilogramos, por lo que su poder destructivo real es muy inferior a lo estimado.
"La disonancia entre su velocidad y su potencia de fuego real es evidente, considerando que es objetivamente la más avanzada de todas las armas de misiles que tiene Rusia con un alcance declarado de 1.000 km a velocidades hipersónicas gracias a su estratorreactor", explican. "Esto hace que el Zircón sea un misil muy costosa de producir" y que su poder real sea muy inferior al de otras municiones con cabezas de guerra —contrastadas— de 400 kg.
La comparación más cercana teniendo en cuenta las especificaciones publicadas por Ucrania sería con los misiles Kh-31 y Kh-35, con ojivas de 150 y 135 kilogramos respectivamente. "Con esa cantidad de explosivos, el Zircón debería tener la garantía de eliminar sólo buques acorazados de 4.000 a 4.500 toneladas de desplazamiento", similares a una corveta.
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Un tipo de embarcación que se aleja mucho de los objetivos declarados de Rusia para este tipo de arma, que son los grandes portaviones con los que cuentan algunos países de la OTAN. Esta última clase de navío se acerca o incluso sobrepasa las 100.000 toneladas de desplazamiento, 25 veces más de lo que el misil podría ser capaz de hundir.
La razón de haber recortado el peso de la cabeza de guerra es la necesidad de cumplir con los 1.000 kilómetros de rango operativo. A menor masa que propulsar, se puede llegar más lejos con el mismo motor y cantidad de combustible. Lo que no descartan desde Ucrania es su "capacidad nuclear" ya que una ojiva estándar de este tipo de arma radiactiva se sitúa alrededor de los 150 kilogramos, exactamente lo mismo que puede llevar el Zircón.