El incremento significativo del narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar supone un reto mayúsculo para la Guardia Civil. El material del que disponen es, a todas luces, insuficiente para conseguir detectar y neutralizar cada uno de los intentos de introducir estupefacientes en suelo europeo.
Más allá del plano puramente naval, el Servicio Aéreo del Instituto Armado (SAER) cuenta con aviones, helicópteros y drones. De estos últimos tienen previsto incorporar un nuevo modelo en los próximos meses, según se puede ver en la Plataforma de Contratación del Estado.
La licitación recoge la adquisición "un sistema de observación aéreo de alta autonomía" —se desconoce si cada sistema lo componen más de un dron— por un valor de 210.000 euros a la compañía alemana Quantum Systems. Tampoco se deja claro en la documentación oficial de qué modelo en concreto se trata, aunque por las especificaciones que indican lo más probable es que sea el Vector.
"Uno de los principales problemas existentes en la actualidad en la zona del Estrecho de Gibraltar y su área de influencia es la delincuencia organizada y el narcotráfico, así como la vinculación de estos con el terrorismo yihadista", explican desde la Guardia Civil en la memoria justificativa. "Combatir estas formas de criminalidad es una prioridad y un objetivo estratégico de todas las Unidades implicadas en el 'Plan de Seguridad del Campo de Gibraltar'".
También indica que, dadas las numerosas competencias atribuidas a la Guardia Civil, el uso de drones se emplea cada vez más para multitud de escenarios, "permitiendo realizar aquellos cometidos encomendados de una manera más especializada y eficiente". Por ejemplo, mediante el acceso visual remoto a lugares de gran dificultad al mismo tiempo que se reduce el riesgo personal y aumenta el ahorro de costes respecto a la aviación convencional.
Dron contra el narco
"El desarrollo tecnológico ha permitido un gran avance en los sistemas de aeronaves de control remoto de ala fija, siendo un instrumento fundamental para su implementación como medio técnico de investigación", prosigue la Guardia Civil en su informe. Indican que este tipo de equipamiento permite su uso en todo tipo de escenarios y es "difícilmente detectable" debido a las largas distancias a las que trabaja respecto a los objetivos.
En la misma Plataforma de Contratación del Estado se indica que se trata de un dron de ala fija, de gran autonomía y con la capacidad de despegue y aterrizaje vertical. Se trata de una característica clave para mejorar la flexibilidad y la operación de la plataforma en un entorno tan exigente como la lucha contra el narcotráfico.
El Quantum Systems Vector es un dron que permite "a sus usuarios beneficiarse de la tendencia emergente de la captura de datos aéreos altamente automatizada", tal y como lo describe el propio fabricante. Dispone de una arquitectura de sistema abiertos que permite la "expansión continua de las capacidades y las funcionalidades del sistema".
En el corazón de la aeronave no tripulada se encuentra el Quantum Skynode, un sistema informático que proporciona todo tipo de capacidades aplicando inteligencia artificial. Tal y como indican, los sensores a bordo podrán detectar, clasificar y seguir objetivos. "El operador sólo recibe información relevante en forma de mensajes o advertencias", al mismo tiempo que no es necesario que realice un seguimiento constante del vídeo en directo.
Con estas funciones, los operadores de la Guardia Civil podrán despegar el dron y que sean los sistemas integrados a bordo los que se encarguen de detectar narcolanchas u otro tipo de embarcaciones no autorizadas empleando la sensórica correspondiente. A todo lo anterior se añade que Vector es un dron que mantiene una huella sonora reducida que evita despertar sospechas, haciéndolo "perfecto para una amplia gama de misiones de seguridad e inteligencia, vigilancia y reconocimiento".
El dron está construido con materiales reforzados con fibra de vidrio y dispone de la clasificación IP54 contra agua y polvo. Su batería integrada es autocalentable por lo que podría también operar en climas muy fríos y la "configuración modular" hace que el mantenimiento y la reparación sean rápidos y sencillos; un aspecto clave para garantizar la disponibilidad de la plataforma en el Estrecho y alrededores.
El tiempo en el que se prepara Vector para misión es de tan sólo 3 minutos. No se requieren herramientas para montar el sistema ni para cambiar los sensores que puede equipar. Además, si se combina con el software de gestión de vuelo, el dron puede realizar misiones de una "manera altamente automatizada mientras el piloto automático toma decisiones críticas".
Hasta 3 horas de vuelo
Uno de los puntos que más ha destacado la Guardia Civil en todo el informe de idoneidad es la autonomía de vuelo. El Vector alcanza las 3 horas en el aire de forma ininterrumpida gracias en gran parte a que cuenta con un par de alas que le permiten generar cierta sustentación sin que todo este trabajo recaiga únicamente en los propulsores, como ocurre en otros tipos de drones.
El dron cuenta con un total de 3 motores —uno en cada ala y otro en el estabilizador vertical en la cola— que son rotativos. Cuando está en modo despegue, las hélices se colocan de forma horizontal respecto a la superficie y comienzan a girar para lograr iniciar el vuelo sin requerir pista. De hecho, un soldado puede sujetarlo por la panza durante esta maniobra.
Una vez ha alcanzado cierta altitud, los propulsores se rotan 90 grados y se colocan en la posición de vuelo tradicional para avanzar. Con esto consigue combinar las mejores capacidades del segmento de los drones multirrotores —que se comportan más parecidos a un helicóptero— y los que apuestan únicamente por un tipo de motor que debe despegar en una pista.
El peso total del dron en el momento del despegue es de 8,5 kilogramos y cuenta con un rango de comando y control de 35 kilómetros desde el punto de la estación. En cuanto al sensor, el Vector puede equipar dos modelos: el HD40-LV y el Raptor, este último es el más avanzado. Se desconoce por cuál de ellos ha optado la Guardia Civil.
El Raptor ofrece "conciencia situacional" en un módulo ligero, compacto y potente al operador del dron. Cuenta con sensores electroópticos —en el espectro visible— e infrarrojos para situaciones diurnas que se completan con hasta un zoom 80x combinando óptico y digital.