Hace una semana la NASA se despedía de Odysseus, el módulo de aterrizaje privado estadounidense no ha superado su primera noche lunar. Una serie de problemas acortaron la misión más de lo previsto, algo que no ha detenido a JAXA, la agencia espacial japonesa. Desde el país nipón han celebrado un nuevo contacto con su sonda SLIM que, después de una segunda gélida y oscura noche lunar ha mandado nuevas imágenes.
La sonda japonesa SLIM ejecutó el alunizaje más preciso de la historia a finales de enero, accidentado, pero preciso. Este hito espacial se vio empañado por la pérdida de un motor que impidió posarse en la superficie de la luna en una posición correcta para que el sol alcanzara plenamente sus paneles solares. A pesar de todas estas complicaciones, la agencia espacial japonesa sigue trabajando con SLIM meses después, tras dos noches lunares.
Alcanzar la Luna con precisión, sobre todo el polo sur, sigue siendo un reto al que se están enfrentando la mayoría de agencias espaciales en busca de nuevos recursos y datos sobre el satélite natural. Son varios los retos a los que se enfrentan por el camino, pero una vez allí, muchas de estas naves no superan la oscuridad y las bajas temperaturas que sufre la Luna durante semanas.
"La sala de control de SLIM normalmente está tranquila y serena sin importar lo que suceda, pero en el momento en que SLIM respondió, se llenó de fuertes vítores", afirma el comunicado. El jueves pasado los responsables de esta misión volvieron a contactar con la sonda que despertaba de su segundo letargo con energía suficiente para enviar nuevos datos sobre su estado.
El momento de la celebración en el control se puede ver en un vídeo de 360 grados publicado en la web de la agencia, así como algunas de las imágenes enviadas por SLIM que reflejan la inclinación con la que se posó en la superficie en enero.
"Después de dos noches en la superficie lunar y un día caluroso, ese día restablecimos la comunicación con SLIM" afirman desde la JAXA. Los operadores han confirmado que la batería y algunos sensores de temperatura están empezando a fallar por culpa de las bajas temperaturas a las que se enfrentan.
Tras las operaciones de comprobación en las que se ha detectado el deterioro de algunos instrumentos, el sábado 30 de marzo el módulo volvía a quedar inactivo. Quién sabe si será capaz de volver a despertar en las próximas semanas o no superará otra noche lunar. Aún así lo conseguido hasta ahora ya supone un avance para futuras misiones.