"Servicio a la órbita terrestre, la Luna, Marte y más allá", este es el lema de Starship, el cohete más grande de SpaceX, que ya se prepara para su cuarto y quinto lanzamiento. Mientras Boeing se enfrenta a un nuevo retraso para poder llevar por primera vez astronautas a la Estación Espacial Internacional, la agenda de SpaceX rueda con más agilidad.
No solo lleva a astronautas a la ISS desde 2020, sino que lanza satélites al espacio con frecuencia y su ritmo de pruebas de Starship se acelera. La empresa de Elon Musk tiene previsto realizar seis o más vuelos de prueba este año, el último fue el 14 de marzo y los dos siguientes ya se están preparando.
La compañía espacial ha compartido en la red social X, también propiedad de Musk, unas imponentes imágenes de una nueva prueba de fuego de Starship. Los seis motores raptors se han encendido y envuelto el cohete en una nube de fuego de cara a al quinto vuelo, como ha indicado SpaceX.
Esta misma prueba para con la nave destinada al cuarto vuelo ya se pudo ver en marzo, pues la compañía trabaja con varios modelos al mismo tiempo hasta que su sistema de reutilización les permita ahorrar este coste. De esta forma, sin haber cumplido aún ese cuarto despegue, los técnicos de SpaceX ya miran a la quinta prueba, cada una con objetivos diferentes.
Nuevos retos
La nave de grandes dimensiones se ha diseñado para servir de transporte a la Luna para las misiones tripuladas de la NASA, cuyo programa Artemis sufre importantes retrasos y sobrecostes. Tras cumplir esta meta, Starship también podría realizar viajes interestelares como ha prometido Elon Musk recientemente. Pero para ello, con cada nuevo intento, SpaceX debe completar nuevos objetivos hasta acercarse a su viaje definitivo como transporte entre la Tierra y la Luna.
Hasta ahora se ha conseguido alcanzar la órbita en la última prueba, en la reentrada a la atmósfera la nave se rompió, impidiendo que se probara el amerizaje en el océano Índico como estaba planeado. Este sería el nuevo reto al que se enfrentaría la nave en su siguiente gran cita con la plataforma de lanzamiento.
Para el cuarto lanzamiento, está previsto que este inmenso cohete haga una simulación de aterrizaje en un barco. Sería una simulación sin el barco, solo se pretenden marcar los pasos para que la primera etapa, la Starship, sobreviva a la reentrada y se coloque para posarse con cuidado de forma similar a como ya hacer otros cohetes de la empresa.
Ida y vuelta en Mechazilla
Si este nuevo objetivo se cumple, para el quinto vuelo la prueba será mayor. Este será el momento de Mechazilla, su gigantesca máquina que atrapa cohetes. Este brazo de proporciones épicas se ha diseñado para una doble tarea: izar el cohete sobre la plataforma de lanzamiento antes del despegue y, más tarde, atraparlo cuando regrese en el descenso.
Starship es un gigantesco sistema de transporte reutilizable compuesto por el propulsor Super Heavy de 33 motores Raptor y la nave en sí, con seis motores. Esta prueba también se realiza con los motores del Super Heavy, la primera etapa que impulsa a la nave desde el suelo, pero esta prueba aún no se habría realizado de cara a un nuevo despegue.
Este cohete de grandes dimensiones cuenta con una altura de 122 metros y un diámetro de 8 metros, que puede cargar de 100 a 150 toneladas métricas de carga, llegando a poder extenderlas hasta las 250 toneladas. Estos son los dos siguientes pasos, peor faltan muchos más hasta demostrar a la NASA que están listos para alcanzar la Luna.