La operación Atalanta es uno de los principales despliegues marítimos internacionales de la Armada de España, cuyo objetivo principal es proteger del ataque de los piratas el tráfico marítimo en la parte más occidental del océano Índico. Supone también una de las misiones más sostenidas en el tiempo y la más efectiva repeler innumerables intentos de secuestro de embarcaciones. La última, hace sólo unos días.
Según recoge la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR), con base en Rota, el pasado día 10 de mayo el buque mercante Chrystal Artic experimentó una "aproximación sospechosa" a 185 kilómetros al norte de Bossaso (Somalia). Los momentos más delicados incluyeron el intercambio de disparos por parte del equipo de seguridad de la embarcación y un esquife con los posibles piratas a bordo.
Tras repeler el ataque, una embarcación de guerra perteneciente a la misión Atalanta se acercó a la ubicación del mercante, que cuenta con bandera de las Islas Marshall. La fragata se hizo cargo de los 6 sospechosos "asegurando su integridad física debido a las condiciones de inseguridad del esquife y tratando las heridas de algunos de ellos".
La fragata a la que hace referencia la Fuerza Naval es la F-86 Canarias, perteneciente la clase Santa María y en servicio en la Armada española, que se encargó de llevar a los 6 atacantes a Seychelles. "Seychelles es una de las naciones del Área de Operaciones con las que la Operación Atalanta tiene un acuerdo legal que permite el juicio de presuntos piratas arrestados por buques de guerra", señalan.
En las imágenes publicadas por la EUNAVFOR se puede ver la pequeña embarcación con los atacantes del mercante y la fragata Canarias. Así como la participación activa en la operación del helicóptero SH-60 que la española lleva a bordo para incrementar su capacidad de proyección.
F-86 Canarias
La Canarias es la sexta y última embarcación de la clase Santa María. Se construyó en las instalaciones de Navantia —antes Empresa Nacional Bazán— y se botó a mediados de 1993, casi una década después de la primera de la serie. Su diseño se basa en la clase estadounidense Oliver Hazard Perry que datan de los años 70 y 80 del pasado siglo XX.
La clase de embarcaciones a la que pertenece la Canarias mide 137,7 metros de eslora por 14,3 de manga y 7,5 de calado, cotas que se mantienen en todas las unidades. Sin embargo, tanto la F-85 como la F-86 contaron en origen con algunas modificaciones importantes como la instalación de unas aletas estabilizadoras en la popa, un nuevo montaje de la torreta Meroka y equipos electrónicos más avanzados.
En particular, sistemas clave para la fragata como un mejor radar de vigilancia aérea, sónar más avanzado o un sistema de guerra electrónica más capaz y moderno. Buena parte de estos componentes provienen de Estados Unidos, concretamente de la compañía Raytheon que está especializada en el desarrollo y fabricación de sensórica.
El radar aéreo cuenta con un alcance de 457 kilómetros, combinándose con otro enfocado a la superficie y otros dos radares de tiro. La combinación de todos ellos sirve de referencia para el armamento antiaéreo y antiembarcación integrados a bordo. Dentro de la primera categoría están presentes los RIM-66 también de fabricación estadounidense, mientras que del apartado de superficie se encargan misiles Harpoon.
En el apartado de la guerra electrónica, la F-86 integra lanzadores de señuelos y bengalas para confundir a los sensores infrarrojos del armamento enemigo. Dispone de un equipo propio de guerra electrónica que también sirve para inteligencia y otro para interceptar comunicaciones, este último fabricado por Indra. Además, poco antes de su partida hacia el Índico el pasado febrero, incorporaron armamento antidrones.
De la propulsión se encargan un par de turbinas de gas que desarrollan 41.000 caballos de potencia y mueven una hélice principal junto a dos unidades auxiliares en proa. Tiene una autonomía de 9.800 km a 22 kilómetros por hora y tiene espacio para llevar dos helicópteros SH-60B.
La fragata Canarias pertenece a la 41ª Escuadrilla de Escoltas con base en Rota (Cádiz), la misma que la EUNAVFOR. "A pesar de su veteranía, mantienen sus capacidades plenamente operativas y mantienen una presencia continuada en la operación Atalanta", según recogen desde la Armada.