SpaceX se acerca a un nuevo momento decisivo para su enorme cohete, Starship. Su cuarto vuelo, en el que debe demostrar que es capaz de sobrevivir a la reentrada en la atmósfera, está previsto para las próximas semanas. Es posible que antes Boeing consiga lanzar su nave Starliner, aunque los destinos de ambas naves son muy diferentes. Del éxito de SpaceX depende que el regreso de la NASA a la Luna se consiga en los próximos años con las misiones Artemis.
En el último mes, Starship ha puesto a prueba los seis motores de su segunda etapa y ha colocado ambas fases en posición alcanzando los 122 metros de altura que tiene en total este cohete. Ahora la empresa ha realizado lo que se conoce como ensayo húmedo, siempre dejando imágenes impresionantes de un cohete sin precedentes. No solo es el más grande, sino también la lanzadera más potente con alrededor de 7.590 toneladas de empuje en el momento del despegue.
El "ensayo general húmedo" es una prueba crucial, ya que hay que recordar que una fuga de combustible fue la causante de que la NASA entrara en una espiral de aplazamientos en su misión Artemis I. La tarea implicaba cargar de oxígeno líquido y metano líquido el propulsor de la primera etapa Super Heavy del cohete y la etapa superior de Starship.
Esta no es la última puesta a punto. Cuando ambas etapas se han llenado del combustible correctamente, le toca el turno a la ignición de los 33 motores Raptor de la primera etapa, el propulsor Super Heavy. Este alcanza los 69 metros de altura y los mismos 9 de diámetro, y es el responsable de esa fuerza de empuje para elevar la nave a la órbita.
El resto lo cubren Starship la segunda fase de este gigantesco cohete hasta alcanzar un total de 122 metros de altura, que puede cargar de 100 a 150 toneladas métricas de carga, llegando a poder extenderlas hasta las 250 toneladas. En las últimas semanas se han podido ver varias pruebas de fuego de los seis motores de esta parte de la nave como preparación para el cuarto y quinto vuelo.
Elon Musk, ha recordado por la red social X, de la que también es dueño, que el objetivo de este nuevo despegue es "superar el calentamiento máximo de la reentrada". "Vale la pena recordar que nadie ha logrado crear un escudo térmico totalmente reutilizable", insiste.
SpaceX en los siguientes intentos de prueba, debe completar lo ya conseguido en los anteriores, alcanzar la órbita y reentrar sin mayores daños, para poder superar una nueva fase del viaje: probar el amerizaje en el océano Índico, para demostrar que su nuevo cohete podrá reutilizarse en parte.
Para el cuarto lanzamiento, está previsto que este inmenso cohete haga una simulación de aterrizaje en un barco. Sería una simulación sin el barco, solo se pretenden marcar los pasos para que la primera etapa, la Starship, sobreviva a la reentrada y se coloque para posarse con cuidado de forma similar a como ya ocurre con otros cohetes de la empresa.
El medio especializado Space.com señala que la compañía ha solicitado una modificación de la licencia de lanzamiento de Starship a la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos. La solicitud aún estaría pendiente. Esta organización es la encargada de dar luz verde a cada nuevo despegue, es posible que este sea el motivo de que todavía no se sepa una fecha clara para el cuarto intento. Musk por su parte ha indicado que este nuevo despegue se daría en dos semanas.