Iskander y Kinzhal, así son los misiles nucleares tácticos que Rusia ya está probando en la frontera con Ucrania
Las maniobras ordenadas por el Kremlin tienen el objetivo de entrenar a los soldados en el uso de armas radiactivas y mostrar su capacidad a la OTAN.
23 mayo, 2024 02:31Putin redobla su presión internacional y cumple con su promesa de realizar ejercicios militares con armamento nuclear táctico cerca de la frontera de Ucrania. El Ministerio de Defensa de Moscú ha publicado una serie de vídeos e imágenes donde se puede apreciar el inicio de la primera fase de las maniobras que pretenden simular la preparación para el lanzamiento de misiles con esta capacidad.
Moscú ha vinculado estos ejercicios con lo que llama "declaraciones militantes" de funcionarios occidentales tras declaraciones como la de Macron que acusó a Rusia de crear amenazas a la seguridad. Según recoge Reuters, los analistas nucleares dicen que los ejercicios están diseñados como una señal de advertencia por parte de Putin para disuadir a Occidente de profundizar más en la guerra en Ucrania; principalmente con el envío de nuevos materiales.
Por parte del Ministerio de Defensa ruso, el objetivo es garantizar que las unidades y el equipo estén listos para "el uso de combate de armas nucleares no estratégicas para responder y garantizar incondicionalmente la integridad territorial y la soberanía del Estado ruso". También indican que se trata de una respuesta a las "declaraciones provocativas y amenazas de funcionarios occidentales contra el gobierno" del país.
En los ejercicios están participando fuerzas de misiles pertenecientes al Distrito Militar Sur de Rusia, que se encuentra adyacente a la frontera de Ucrania y también incluye partes de este último país controladas actualmente por Moscú tras la invasión iniciada en febrero de 2022. A la ecuación se incorpora Bielorrusia, donde el Kremlin desplegó el año pasado armamento nuclear.
Las armas nucleares tácticas son menos potentes que las estratégicas y están indicadas para ejecutar ataques quirúrgicos en suelo enemigo, aunque igualmente son más destructivas que las convencionales equivalentes y generan elevadas tasas de radiación. Rusia lleva anunciando su uso en territorio ucraniano desde pocos meses después de la invasión a Ucrania. La respuesta por parte de la OTAN fue que lanzarían un ataque convencional que destruiría la totalidad de las tropas rusas desplegadas en Ucrania, Crimea y el Mar Negro.
Rusia tiene alrededor de 1.558 ojivas nucleares no estratégicas, según la Federación de Científicos Estadounidenses, aunque existe una elevada incertidumbre en el dato. Los protagonistas de esta maniobra militar son los misiles Iskander y Kinzhal (Daga, en castellano), a los que se ha integrado la capacidad nuclear táctica mientras las tropas avanzan "encubiertamente a la posición designada en preparación para el lanzamiento de misiles", según Rusia.
"Los ejercicios son, obviamente, una señal en respuesta a la discusión sobre las tropas de los países de la OTAN en Ucrania", señaló Nikolai Sokov, exfuncionario de control de armas soviético y ruso, a Reuters. El presidente francés Macron anunció en febrero la intención de desplegar soldados franceses en Ucrania, aunque sin apenas apoyo internacional.
Iskander
El desarrollo del Iskander comenzó en 1988 pocos meses después de que Estados Unidos y la Unión Soviética firmaran el Tratado sobre las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio. En él, se prohibió el uso de armas nucleares con un radio de entre 500 y 5.500 kilómetros lanzadas desde tierra firme y necesitaban renovar los vetustos misiles Scud producidos durante la Guerra Fría.
Más allá de ralentizarse, la caída de la Unión Soviética aceleró todo el desarrollo del Iskander debido a que los Scud —con tecnología de los 50— eran poco más que sistemas obsoletos. El primer lanzamiento oficial de un misil Iskander se produjo en 1996, pero no entró en la cadena de producción hasta mediados de los 2000 y en servicio para el 2006. Tuvo su primera operación documentada en escenario real en la guerra contra Georgia en 2008 y se ha usado más recientemente en la guerra de Siria.
Cada uno de los misiles está equipado un equipo de propulsión de combustible sólido de una sola etapa y su sistema de vuelo le permite maniobrar en todas las fases del vuelo. Esto último le confiere cierto grado de protección a ciertas contramedidas realizando maniobras evasión si necesita librarse de misiles interceptores; además de poder reorientar el objetivo en caso de ser vehículos en movimiento.
Los lanzadores de Iskander pueden acarrear un total de dos misiles y los puede lanzar con menos de 1 minuto de diferencia. Una vez agotada la munición, el sistema tiene que ser recargado. En cuanto al alcance, oficialmente tiene un radio de 415 kilómetros aunque algunos reportes indican que puede alcanzar los 500 —justo el límite del Tratado firmado en 1987—.
Cuenta con una velocidad máxima entre 6 y 7 veces la del sonido (7.400 a 8.600 kilómetros por hora) y una altitud de vuelo que va desde los 6 a los 50 kilómetros, dependiendo de las necesidades de alcance.
Otro de los puntos esenciales del Iskander es la variedad de cabezas de guerra que puede emplear. Desde su creación, los rusos lo han posicionado como uno de los misiles más flexibles en cuanto a tipos de carga que puede acarrear. Oficialmente se conoce que puede llevar ojivas nucleares, bombas termobáricas, de fragmentación explosiva, de penetración y de pulso electromagnético.
La Daga hipersónica
El Kinzhal (Daga, en castellano) es una de las últimas y más modernas incorporaciones en el Ejército de Rusia. Su desarrollo responde a las necesidades de crear un misil aire-tierra capaz de penetrar en las defensas aéreas de las fuerzas de la OTAN y poder desplegar al mismo tiempo cabezas nucleares.
El sistema de lanzamiento de este modelo de misil comparte la primera etapa de propulsión con el Iskander, otro de los misiles con el que Rusia lleva bombardeando Ucrania desde el inicio de la guerra. Que se une a una apariencia externa muy similar y a que ambos pueden acarrear ojivas nucleares, según la agencia gubernamental Tass.
Rusia eligió al Mikoyán MiG-31 como plataforma de lanzamiento de referencia del Kinzhal y lo lleva utilizando desde finales de 2019, cuando oficialmente se llevó a cabo el primer lanzamiento de prueba en el Ártico. Más recientemente y poco antes de comenzar la invasión de Ucrania, Rusia movió varias unidades de MiG-31 a una base aérea en Kaliningrado.
Precisamente, el MiG-31 ha sido el objetivo reciente de una serie de ataques ejecutados por Ucrania a una base aérea cerca de Crimea. El Ejército de Zelenski, empleando armamento ATACMS, consiguió destruir dos unidades de este caza que se erige como la aeronave militar más rápida de cuantas Rusia tiene en su flota actualmente. Según la ficha técnica, puede alcanzar los 3.000 kilómetros por hora de velocidad punta con unos 2.500 km/h de crucero sostenido.
El Kinzhal tiene la capacidad de acarrear hasta 480 kilogramos de ojiva con versiones nucleares y convencionales. Sus 8 metros de longitud y por 1 de diámetro alcanzan un rango entre 1.500 y 2.000 kilómetros por una altitud máxima de 20.000 metros. Cuenta con sistema de guiado tanto satelital como por inerciales y una velocidad máxima situada entre 10 y 12 veces la del sonido (de 12.300 a 14.700 kilómetros por hora).
La combinación de aeronave y misil convierte al tándem en una de las armas más avanzadas de Putin, capaz de volar rapidísimo, lanzar el Kinzhal hipersónico y regresar a un lugar seguro. Y es que, desde que se desveló su existencia en 2018, el propio presidente ruso se ha referido a este arma como un misil invencible que escapa a cualquier interceptor de las baterías antiaérea occidentales. Sin embargo, esta cualidad tan ventajosa parece que no se refleja en el campo de batalla y Ucrania ya ha conseguido derribar varias unidades. Mientras Moscú niega este hecho.