En 10 días, el próximo miércoles 5 de junio podría volver a despegar el cohete más grande de la historia, Starship. La empresa espacial SpaceX ha estado preparándose en las últimas semanas y ahora se confirma la fecha de su siguiente intento, el cuarto vuelo de esta inmensa nave cuyo destino es la Luna, pero que en este vuelo de prueba tiene como meta un complejo paso de su viaje.
El evento se podrá ver desde España en directo a través de los canales oficiales de la compañía. La ventana de lanzamiento se ha establecido para las 7 am CT (las 14:00 en el horario de España peninsular). La transmisión comenzará 30 minutos antes del despegue. No obstante, todavía están a la espera de aprobación oficial que debe otorgar la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos para esa ventana.
Si todo sale según lo previsto, Starship debería completar lo ya conseguido en anteriores pruebas y afrontar nuevos desafíos. Debe demostrar que puede regresar para que la Starship y el propulsor Super Heavy se reutilicen en próximo viajes, de la misma manera que ocurre con otros cohetes de la marca como los Falcon 9.
Para lograr esto, explica SpaceX en el comunicado que se han realizado varias actualizaciones de software y hardware teniendo en cuenta lo aprendido durante el tercer intento. Por ejemplo, se han agregado propulsores para controla el balanceo provocado por la obstrucción de las válvulas responsables de ese control.
El equipo también implementará cambios operativos, como la eliminación de la etapa caliente del Super Heavy después del despegue para reducir la masa del propulsor de cara a la fase final del vuelo. Gran parte del desafío está en evitar el sobre calentamiento que sufre el vehículo al reentrar en la atmósfera. En el anterior vuelo "el barco experimentó un calentamiento mucho mayor de lo previsto tanto en áreas protegidas como desprotegidas", explica la empresa.
Del impulso inicial se encargan los 33 motores Raptor de la primera etapa, el propulsor Super Heavy. Este alcanza los 69 metros de altura y los mismos 9 metros de diámetro que tiene la segunda fase, la nave Starship. Esta cuenta con 6 motores que se activan para llevar la nave hasta la órbita y regresar a tierra. En total son 122 metros de altura.
La trayectoria será similar a la de la prueba anterior, pero con el añadido de tener que simular un aterrizaje en el océano Índico. Se ha escogido este punto para "maximizar la seguridad pública". Será una simulación sin un barco donde posarse, solo para marcar los pasos para que en el siguiente vuelo, el quinto, se pueda completar el aterrizaje.
Este nuevo viaje no deja de ser una prueba de la que se esperan detectar errores que poder corregir en adelante y perfeccionar el sistema de cada a los futuros viajes tripulados a la Luna. Este inmenso cohete se diseñó como en cargo de la NASA para utilizarlo como transporte a la Luna en las misiones Artemis que aspirar a devolver al ser humano al satélite vecino y por primera vez, vivir un tiempo allí