Tras un mes lleno de retrasos y complicaciones, la nave Starliner de Boeing tiene autorización para volver a intentar despegar. Este viaje debería ser el primero que realiza con tripulación, dos astronautas que pasarán una semana en la Estación Espacial Internacional (ISS) antes de regresar. El vuelo debía haberse producido el pasado 7 de mayo, en plena madrugada en España, pero diferentes problemas han obligado a posponerlo hasta este fin de semana.

El lanzamiento se realizará, si todo sale según lo planeado, el próximo sábado, 1 de junio. La ventana se ha fijado para las 12:25 pm EDT desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida. Desde España se podrá seguir en directo a las 18:25 hora peninsular. 

Los líderes del equipo "verificaron la preparación para el lanzamiento, incluidos todos los sistemas, instalaciones y equipos que apoyan el vuelo de prueba", afirma el comunicado que emitió la NASA este miércoles por la tarde.los dos astronautas ya han regresado a las instalaciones, después de semanas de incertidumbre.

Nave Starliner integrada en el cohete Atlas V NASA

Si vuelve a surgir un contratiempo, la empresa tiene disponible otras oportunidades el domingo 2 de junio, e incluso el miércoles 5 y el jueves 6 de junio. El miércoles próximo también tiene planeado despegar Starship, el gigantesco cohete de SpaceX que probaría su cuarto vuelo de prueba sin tripulación. 

Mientras SpaceX parece rodar con más fluidez tanto en los vuelos oficiales a la ISS, como en los de prueba, Boeing ha sufrido numerosos contratiempos. Si este fin de semana despega, con los astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, el éxito de esta misión podría suponer que la agencia estadounidense considere a Boeing como otro de sus servicios de transporte privado para futuras misiones. Un trabajo que SpaceX desempeña desde 2020.

Williams (izquierda) y Wilmore, los astronautas que viajarán en la Starliner NASA

A principios de mes, fue el cohete Atlas V de la compañía ULA (United Launch Alliance) el responsable del primer retraso, a pocas horas de la cuenta atrás el lanzamiento se canceló al detectar una válvula defectuosa. El cohete regresó a las instalaciones para el reemplazo de la válvula y cuando parecía ponerse en marcha de nuevo la preparación para el despegue, se encontró una fuga de helio en la nave Starliner de Boeing.

Las opciones eran seguir adelante con el lanzamiento, si la fuga no supone un riesgo para la seguridad del viaje, o devolver la nave a las instalaciones para realizar una reparación profunda. Esta última opción supondría esperar prácticamente todo el verano para volver a la plataforma de lanzamiento. El resultado de las deliberaciones ha sido continuar con el plan inicial, según detalla el comunicado.