El invento inspirado en 'Cazafantasmas' que bloqueará cualquier vehículo eléctrico: así lo usará la Policía
Un dispositivo en desarrollo en Reino Unido lanza un pulso electromagnético para apagar el motor de patinetes, bicicletas y hasta coches eléctricos.
1 junio, 2024 01:10La creciente presencia en las ciudades de España de todo tipo de vehículos eléctricos, desde patinetes y bicicletas hasta coches, ha cambiado la manera en la que se desplazan miles de personas, facilitando una movilidad más sostenible. Pero no todo son ventajas: según varios estudios, los coches eléctricos causan hasta un 50% más de atropellos que los diésel y gasolina, debido principalmente a su funcionamiento silencioso. Además, patinetes y bicicletas eléctricas también se están utilizando por parte de delincuentes para llevar a cabo robos y huir rápidamente del lugar, algo que preocupa especialmente en el Reino Unido.
Allí, los también llamados e-scooters se han visto implicados en 20.000 delitos de todo tipo en los últimos tres años, según un informe del bufete de abogados Fieldfisher. Además, no figuran en ningún registro y son relativamente fáciles de trucar, elevando la velocidad máxima permitida de 25 km/h a 70 km/h. Esto ha llevado al Consejo Nacional de Jefes de Policía (NPCC) de Reino Unido a solicitar el desarrollo de un arma que emite pulsos electromagnéticos para paralizar los vehículos. Un dispositivo que recuerda poderosamente a la mochila y el lanzador de rayos de protones que ha acompañado a los Cazafantasmas desde sus inicios en 1984 hasta la última entrega de la franquicia, estrenada hace apenas unas semanas.
El arma, una especie de taser para vehículos eléctricos que se inspira en la tecnología utilizada en equipos militares para desactivar drones, está siendo desarrollada por el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa (DSTL), dependiente del Ministerio de Defensa británico. El NPCC espera poder tenerlo listo para su uso operativo en la calle en los próximos meses.
Pulsos electromagnéticos
La primera noticia sobre el desarrollo de un arma de este tipo para la policía británica surgió en diciembre de 2022. Así lo reflejan las actas de una reunión del NPCC, que mencionan "el desarrollo de equipos desplegables que los agentes puedan utilizar para detener de forma segura vehículos autónomos y eléctricos" con el uso de tecnología de "ondas y amplificador". Una vez desarrollado, este equipo "proporcionará una importante capacidad a la policía, en primer lugar, para detener con seguridad a los patinetes y, posteriormente, vehículos más grandes".
Casos tan mediáticos como el de dos adolescentes de 15 y 16 años que conducían bicicletas eléctricas y murieron en Cardiff (Gales) tras una persecución policial, han aumentado la presión para que se avance en este sentido. Gavin Stephens, presidente del NPCC, organizó recientemente una rueda de prensa para explicar las novedades en torno al sistema, según recoge The Guardian.
"Envía una señal para confundir al motor eléctrico. Al parecer, todos estos motores eléctricos llevan incorporado un sistema de seguridad que, si cree que se está sobrecalentando, los desconecta", explicó Stephens. El problema es su usabilidad ya que, "en este momento, es como una mochila gigantesca", aunque está previsto que su tamaño pueda reducirse en un futuro para facilitar la labor de los agentes. Sea como sea, tanto la descripción como el objetivo del sistema recuerdan a la legendaria mochila de protones ideada por el personaje de Egon Spengler en Los cazafantasmas.
El equipo, mostrado por primera vez a los mandos policiales en la feria tecnológica de Farnborough, también podrá "ser útil con vehículos de motor de combustión normal", aseguró Stephens. Sin embargo, no aportó más detalles sobre qué tecnología utilizarán para conseguirlo, más allá de que está basada en pulsos electromagnéticos (EMP).
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La supervisión del proyecto corre a cargo de Paul Taylor, profesor de la Universidad de Lancaster y asesor científico jefe del NPCC, cuyo objetivo es que "el dispositivo sea inocuo para las personas y otros aparatos". Si el haz del arma no es lo suficientemente dirigido, podría causar un verdadero problema si alcanza otros vehículos o incluso si afecta al marcapasos de algún transeúnte.
Tecnología antidrones
De hecho, la policía británica ya dispone de tecnología para detener vehículos a distancia mediante ondas de radio y pulsos electromagnéticos, aunque sus dimensiones los hacen inviables para su uso en el centro de las ciudades. La empresa Teledyne e2v, por ejemplo, comercializa el equipo SafeStop, que utiliza pulsos de radiofrecuencia de alta energía capaces de detener por completo coches, barcos y drones a una distancia de hasta 70 metros.
"Las ondas se acoplan al sistema de cableado, alteran el microprocesador de a bordo y el vehículo entra en modo seguro, apagando el motor", asegura el técnico de Teledyne Andrew Wood en declaraciones al Daily Mail.
Es un sistema no tan distinto al que utilizan decenas de equipos de guerra electrónica, como el que acaba de presentar el propio DSTL. Se trata de un arma de energía dirigida por radiofrecuencia (RFDEW, por sus siglas en inglés), y ofrece una gran versatilidad en combate, ya que puede detectar, rastrear y atacar varias amenazas por tierra, mar y aire. Puede disparar rápidamente y en secuencia contra objetivos individuales o ampliarse para atacar simultáneamente a un enjambre completo.
Su alcance es de hasta 1 kilómetro, aunque ya están trabajando en ampliar esa distancia, y funciona emitiendo "ondas de radio que perturban o dañan los componentes electrónicos críticos de los vehículos enemigos, haciendo que se detengan en seco o caigan del cielo". Su gran baza es lo barato que resulta utilizarla, apenas 10 céntimos por disparo, lo que lo convierte en un sistema mucho más rentable que los misiles.
La versión transportable y unipersonal de estos sistemas son los cañones antidrones como los que se están utilizando en la guerra entre Ucrania y Rusia. Uno de los más usados es el kit EDM4S (Electronic Drone Mitigation 4-System), que incluye un cuerpo de rifle, antenas direccionales, módulos de RF, baterías y mira holográfica u óptica.
El tirador apunta el cañón hacia el objetivo en el aire y aprieta el gatillo para activar un efecto de pulso electromagnético. Esto provoca una interrupción parcial o completa de las señales de comunicación del dron y tiene un alcance de hasta 5 km.