China ya ha terminado su trabajo en la cara oculta de la Luna, la misión Chang'e 6 alunizó el domingo para recoger muestras de esa zona oscura antes de regresar a casa. Es la segunda vez que la agencia espacial china consigue ser el único país en alcanzar esa región del satélite. Ahora su nave ha despegado de la superficie lunar para traer a la Tierra las muestras de 4.500 millones de años que revelarán información sobre la historia de la Luna.
Un vídeo muestra cómo el módulo de aterrizaje ha despegado de la superficie gris y se dirige a la órbita donde se encontrará con el resto de la misión para regresar a casa. En un vídeo anterior se ha podido ver como se recogía las muestras de la superficie que ahora van camino del orbitador para volver a casa.
Esta nave llegó a la órbita lunar unos cuatro días después del despegue y pasó las siguientes semanas examinando su sitio de aterrizaje antes de conseguir alcanzarlo. Tras un par de días trabajando sin descanso en la superficie, ahora ha emprendido el camino de regreso.
Ha recolectado alrededor de 2 kilogramos de tierra y rocas lunares. Algunas de las muestras las ha encontrado a simple vista y debía excavar para profundizar más en la composición del satélite natural, hasta 2 metros de excavación.
Con este material a bordo, el módulo de aterrizaje ha despegado con un cohete que integraba para encontrarse dentro de dos días con la estación orbital de Chang'e 6. Entonces se iniciará el viaje de regreso a la Tierra y finalmente aterrizará en casa con un sistema de paracaídas el 25 de junio.
China ha conseguido aterrizar dos veces donde nadie lo ha hecho, en la cara oculta. Este último viaje y Chang'e 4, cuando llevaron un módulo de aterrizaje y un rover a la tierra gris lunar en enero de 2019. Ningún otro país lo ha hecho ni una vez. Además, pretenden ser los primeros en traer muestras de esa zona. El resto de países han enfocado sus misiones en el polo sur lunar.
Entre las complicaciones que tiene llegar a ese lado oscuro está la falta de comunicación con las sondas. China se ha estado preparando con antelación, en el mes de marzo colocó un satélite en órbita estable que da vueltas a la Luna de 24 horas, manteniendo la comunicación con las dos estaciones terrestres y la cara oculta de la luna. Queqiao-2 de 1.200 kilogramos, lleva una antena parabólica de 4,2 metros y ha sido el puente entre el equipo en China y la nave Chang'e-6.
La hoja de ruta de esta misión es muy similar a la realizada por Chang'e 5, que se posó en la cara visible de la Luna también para recoger muestras. Ahora podrán comparar los resultados de ambas misiones y conocer las diferencias entre una región y otra.