La guerra entre Ucrania y Rusia, que ya ha superado los dos años, sigue mostrando una evolución constante en el uso de tecnología armamentística. Desde su inicio, ambos bandos han desplegado equipos avanzados, como el caza ruso más letal que es invisible a los radares y va con escolta o los temibles drones navales ucranianos con misiles antiaéreos. Y mientras las tropas de Volodímir Zelenski esperan recibir de parte de España misiles Patriot y tanques Leopard; el ejército de Vladímir Putin ya está probando un nuevo dron terrestre kamikaze que explota al alcanzar su objetivo.

Ria Novosti, agencia de prensa rusa, ha informado que Rostec, el conglomerado aeroespacial y de defensa estatal ruso, ha creado unos nuevos y complejos robots multifuncionales kamikaze teledirigidos, denominados Buggy, que son capaces de explotar una vez alcanzan su objetivo. Unas máquinas que en la actualidad se están utilizando en Ucrania para superar las fortificaciones rivales y que, en concreto, están siendo sometidas a pruebas exhaustivas; incluso en el ámbito de una operación militar especial.

Con esta nueva máquina se espera que la guerra con drones sea cada vez más feroz, ya que además de por aire, estos dispositivos ahora también son capaces de atacar por tierra. Se trata de un innovador robot terrestre de pilotaje con visión remota (FPV, por sus siglas en inglés) que es controlado por un operador y que ayuda a proporcionar imágenes de vídeo en tiempo real para que las tropas rusas aumenten su conocimiento sobre la situación en el campo de batalla. 

Realiza diferentes tareas

El nuevo dron Buggy está en fase de experimentación y una de sus principales características es su capacidad de carga útil, junto con su diseño compacto y su maniobrabilidad. En ese sentido, este nuevo robot terrestre kamikaze es capaz de soportar una carga útil de 250 kilogramos; mientras que en otra versión de esta máquina, denominada 'Depesha', la carga aumenta hasta los 250 kilogramos. Esto le convierte en unos asistentes fiables para los soldados rusos en primera línea.

Rostec ha diseñado a ambas máquinas para que sean capaces de realizar una gran variedad de tareas de combate y de logística. Por ejemplo, si se emplea como un vehículo terrestre no tripulado (UGV, por sus siglas en inglés) o Buggy, además de como dron kamikaze puede servir para entregar de forma rápida y discreta suministros, municiones y combustibles a las tropas rusas. Incluso ayudaría a evacuar a soldados heridos en el frente, según detalla el conglomerado en un comunicado.

También se podría utilizar en el campo de batalla para realizar ataques contra personal y fortificaciones enemigas, como fuertes, búnkeres, puntos de tiro fortificados y fortalezas; y hasta sirve para destruir campos de minas para ofrecer un camino seguro para las tropas rusas durante el conflicto. Sin embargo, Rostec señala que una de las principales funciones de Depesha es la de convertirse en un dron terrestre suicida, creado para detonar una carga explosiva al alcanzar su objetivo. 

En cuanto al diseño de este dron terrestre kamikaze, cabe señalar que está montando sobre una plataforma de orugas y es controlado por un operador mediante un joystick y un caso FPV, que permite al usuario ver en tiempo real lo que la cámara del robot está capturando, como si estuviera dentro de él. Por su parte, el modelo Buggy es en realidad una plataforma con ruedas que se controla igualmente mediante un joystick, solo que en este caso se usa una tablet en lugar de un visor. 

Esto lo convierte en uno de los primeros vehículos suicidad FPV con base en tierra del mundo, al menos así es como lo vende Rostec. Lo que es seguro es que este dispositivo pone de relieve el impulso de Rusia para integrar mecanismos robóticos avanzados en sus operaciones militares. Y su utilización durante el conflicto en Ucrania subraya la naturaleza de la guerra, en la que los sistemas no tripulados están jugando un papel cada vez más importante tanto en las operaciones de ataque como de defensa.

Otros kamikazes terrestres

A pesar de lo que pueda parecer, lo cierto es que estos robots no son las primeras máquinas terrestres kamikaze que han participado en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Por ejemplo, a mediados del mes de mayo de este año se conoció que las tropas de Putin habían desplegado Scorpion-M, que se utilizó para destruir fortificaciones ucranianas

Este dron terrestre puede transportar hasta 25 kilogramos de explosivos y, una vez que llega al destino, un operador puede hacerlo estallar de manera remota para acabar con el objetivo enemigo. Asimismo, Scorpion-M tiene un peso de 20 kilogramos, puede alcanzar una velocidad de 3,3 metros por segundo, funcionar durante cuatro horas sin necesidad de carga y posee un rango de control de 1.000 metros y que presenta una alta movilidad y maniobrabilidad mientras se mueve por terrenos accidentados y en áreas urbanas.

Por su parte, en el bando ucraniano también se ha visto en acción a Ratel S, un sigiloso dron terrestre kamikaze capaz de colarse entre las defensas rusas y que también está completamente armado de explosivos. Se trata de un vehículo terrestre no tripulado que se maneja a distancia y que tiene como misión principal acercarse lo máximo a los blindados rusos y explotar. Una máquina que ha sido desarrollada a través del grupo de tecnología militar Brave1, radicado en el país, y que lleva minas antitanque y un módulo de combate

Proyecto Ratel S

Ratel S es capaz de transportar una carga útil de 40 kilogramos a una velocidad de 24 kilómetros por hora y cuenta con una autonomía que alcanza los cinco kilómetros o las dos horas de uso. Además, este dron terrestre está acompañado de una pequeña aeronave no tripulada que se encarga de monitorizar su progreso e incrementar su rango operativo mediante un repetidor de señales.

También destaca por su capacidad para atravesar cualquier terreno y para superar fácilmente obstáculos de hasta 25 centímetros de altura y maniobrar en terreno arenoso. En cuanto a los explosivos, el Ratel S que utilizan las fuerzas ucranianas puede integrar todo tipo de municiones, como pueden ser minas antitanque, y dispone de un sistema de detonación a distancia mediante un control remoto.