La inteligencia artificial (IA) es la última moda en el sector tecnológico. Una herramienta muy utilizada en España que ha pasado de ser una anécdota a una tecnología cada vez más útil; y que, incluso, ha llegado a entrar con fuerza en los conflictos bélicos. Algunos países trabajan desde hace tiempo en aplicar IA en armas, como en drones militares o en aeronaves. Y, en ese sentido, ahora se ha conocido que un caza pilotado por una IA ha interceptado a un avión enemigo con éxito.
Eso sí, no ha sido en un conflicto real, sino que ha formado parte de una prueba de combate. Skunk Works, la división de proyectos avanzados de Lockheed Martin, ha llevado a cabo un test para demostrar el uso de la inteligencia artificial en escenarios de interceptación aire-aire; como informan en un comunicado. Un ensayo que se ha dado en colaboración con el Laboratorio de Desempeño del Operador (OPL, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Iowa (Estados Unidos).
Este pionero vuelo de prueba de combate ha sido todo un éxito, como indica la compañía, que también afirma que "supone un hito importante para el equipo de inteligencia artificial táctica de Skunk Works". En esta prueba, la IA controló y pilotó un avión Aero L-29 Delfin; que es una aeronave de entrenamiento militar desarrollada en los años 60 en la extinta Checoslovaquia por el fabricante Aero Vodochody.
Durante el pilotaje, la inteligencia artificial voló y realizó una serie de ejercicios tácticos que simulaban situaciones de combate y en los que la IA que controlaba el rumbo, la velocidad y la altitud. Esta tecnología también se enfrentó con éxito a una serie de escenarios ofensivos y defensivos contra un avión enemigo "virtual", llegando a interceptarlo. En total se llevaron a cabo ocho pruebas diferentes por vuelo para ejercitar a la inteligencia artificial en una variedad de escenarios.
Por ejemplo, se incluyeron desde combates estándar cara a cara hasta encuentros fuera del ángulo, apoyo de misiles y escenarios de derrota de misiles. Durante estos ochos ensayos, el equipo se sintió alentado al ver que "los comportamientos aprendidos se transferían de forma limpia de simulación a realidad y que el agente de IA parecía intencionado y decisivo en sus acciones".
"Ha sido el primer ejercicio en vivo de la nueva interfaz de vuelo; es emocionante ver cómo los distintos componentes se integran con éxito en el L-29 para demostrar las nuevas capacidades. El sistema completo funcionó incluso mejor en vuelo real que en simulación", informa Tom 'Mach' Schnell, profesor del OPL en el Instituto de Tecnología de Iowa en el comunicado.
Por su parte, Matthew 'Gabe' Beard, gerente de Ingeniería de Autonomía/IA y Aprendizaje Automático de Skunk Works, indica que "las pruebas de vuelo real son un aspecto crucial para avanzar en nuestra experiencia en IA y autonomía. Estos vuelos son una poderosa demostración de nuestra capacidad para desarrollar y probar de forma rápida y asequible capacidades de IA relevantes desde el punto de vista operativo".
Lockheed Martin también explica en el comunicado que estas pruebas de vuelo forman parte de una iniciativa más amplia para desarrollar y probar rápidamente la autonomía basada en inteligencia artificial para misiones aire-aire. Incluso indica que este año tienen previsto realizar otros ensayos que se basarán en los logros conseguidos y que aumentarán la complejidad introduciendo más aeronaves en escenarios de contraataque aéreo ofensivo y gestión de batallas.