Encontrar un agujero en el techo de casa y un pedazo de basura espacial en el suelo, puede sonar a broma en un principio, pero para una familia de Florida ha sido un susto que les ha llevado a denunciar a la agencia espacial estadounidense. Esta demanda puede sentar precedente en un momento en el que la exploración espacial está más activa que nunca.
Los astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS) liberan un gran contenedor de basura en el espacio en 2021; tres años después, un pedazo de esa basura espacial se estrelló en una casa en Florida. Alejandro Otero, residente de la ciudad costera de Nápoles, reclamó ese objeto caído en su casa el pasado mes de marzo y la NASA, tras examinarlo, confirmó que era parte de unos restos de baterías viejas de la ISS.
La agencia abrió una investigación para evitar que este suceso se repitiera, pues recientemente han lanzado un nuevo palé con basura procedente de la ISS. Esta práctica es habitual, dejar caer los desechos contra la atmósfera de la Tierra para que se desintegren y son muy pocos los casos en los que supone un riesgo para las personas. Sin embargo, la NASA se enfrenta ahora a una demanda que podría hacer historia y cambiar las prácticas de la industria espacial.
El despacho de abogados Cranfill Summer representa a la familia afectada. En la demanda solicitan una compensación de más de 80.000 dólares por los prejuicios ocasionados por el incidentes. Alegan que los daños no solo se limitan a la propiedad, sino a la interrupción del negocio familiar y la angustia emocional que este susto les ha provocado.
La abogada que lleva el caso Mica Nguyen Worthy establecería un precedente en la gestión de reclamaciones por desechos espaciales, según se resuelva la demanda. Con ella no solo persiguen reparar económicamente a la familia, sino poner de manifiesto la necesidad de llevar a cabo prácticas más seguras en las operaciones espaciales. "Mis clientes buscan una compensación adecuada para dar cuenta del estrés y el impacto que este evento tuvo en sus vidas", ha asegurado Worthy al respecto.
La NASA tiene seis meses para responder a esta demanda. La agencia ha sido muy crítica en anteriores ocasiones con otras entidades públicas espaciales de naciones rivales por su tratamiento de los residuos espaciales.
Ante la caída de un cohete chino Long March 5B contra la tierra en el año 2022, el Administrador de la NASA Bill Nelson declaró que "Todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información con anticipación para permitir predicciones confiables". Nelson también resalta el riesgo humano y material que entrañan estas maniobras. "Hacerlo es fundamental para el uso responsable del espacio y para garantizar la seguridad de las personas aquí en la Tierra".
En ese caso, el cohete chino pesaba 20 toneladas, mientras que el palé de baterías que ha dado como resultado este caso solo pesaba 2,6 toneladas, una cifra que es menos peligrosa al desintegrarse en su reentrada en la atmósfera.