La fuerza naval rusa ha sido una de las grandes damnificadas desde que comenzó la guerra con Ucrania. Un gran número de buques, embarcaciones de menor calado e incluso submarinos han sido tocados y hundidos por los misiles lanzados desde el otro lado del frente de batalla. El último de ellos es el sumergible Rostov del Don, un submarino diésel-eléctrico de ataque que cuenta con el mismo tipo de planta motriz que los S-70 de España.
Las encargadas de la operación han sido "unidades de las fuerzas de misiles, en cooperación con unidades de las Fuerzas Navales de las Fuerzas Armadas de Ucrania", según publicó el Estado Mayor ucraniano en Telegram. "Como consecuencia del impacto, la embarcación se hundió en el lugar".
"La destrucción del Rostov del Don demuestra una vez más que no hay lugar seguro para la flota rusa en las aguas territoriales ucranianas del mar Negro", añadió. Este ataque es el segundo que sufre el submarino en los últimos meses. El pasado septiembre también fue blanco de, al menos, un misil que llegó a dañarlo de forma importante mientras se encontraba en el mismo puerto de Sebastopol donde ha sido hundido.
Submarino moderno
El Rostov del Don pertenece a la clase Kilo de submarinos rusos. Se trata de una de las sagas más prolíficas de cuantas ha desarrollado la industria naval del país y llevan más de 40 años en servicio. Durante todo este tiempo, la oficina de diseño Rubin, con sede en San Petersburgo, ha ido realizando modificaciones y actualizaciones de la plataforma hasta dar con la última versión a principios de este milenio.
De hecho, el Rostov del Don comenzó a construirse entre el año 2010 y 2011 y entró en servicio en 2014, siendo uno de los submarinos más modernos y capaces de cuantos tenía Rusia en su flota. El desplazamiento llegada a 3.040 toneladas a plena carga sumergido con una eslora de 76,2 metros por un calado de 6,5.
El sistema de propulsión lo protagoniza una arquitectura híbrida diésel-eléctrica con dos generadores de combustión de 1.300 caballos cada uno junto a un motor de casi 7.000 caballos. Esto le confiere una velocidad máxima en la superficie de 22 km/h y otra sumergida que alcanza los 46 km/h.
En cuanto a la autonomía, las cifras oficiales apuntan a una estancia a bordo de 45 días sin tocar puerto a una profundidad máxima de 300 metros. La dotación máxima estipulada para esta clase de submarinos es 52 personas.
Aunque donde de verdad destaca la clase Kilo es en la panoplia que podía operar. Cubrir la necesidad de Rusia de contar con plataformas submarinas capaces de lanzar sus misiles de largo alcance fue uno de los requisitos fundamentales para el diseño de esta clase de embarcaciones.
Además de torpedos y minas, la munición más importante de todas que puede lanzar es el Calibre (Kalibr, en ruso), que los que puede integrar un total de 4. Se trata de un misil de crucero que puede llegar hasta los 9 metros de largo y 2.300 kilogramos en el momento del lanzamiento.
Es compatible con una cabeza de guerra nuclear y también otra de alto explosivo de hasta 500 kilogramos. Las versiones más avanzadas cuentan con un radio de acción que llega hasta los 2.500 kilómetros, según la versión.