Starship se encuentra a las puertas de su viaje de prueba más ambicioso. La quinta misión de este inmenso cohete de la empresa SpaceX aún no tiene fecha oficial, pero todo estaría casi listo para afrontar esta difícil prueba que se podrá ver desde España en directo. Mientras la NASA sigue inmersa en solucionar los problemas de la nave Starliner de Boeing, La empresa de Elon Musk sigue adelante con su frenético ritmo de pruebas del cohete que llevará al ser humano de vuelta a la Luna.
Aunque se esperaba para finales de julio, los preparativos han alargado unas semanas más la espera para ver este espectáculo. El quinto lanzamiento de Starship no solo implicará ver al cohete despegar y regresar atravesando la atmósfera. También se espera ver cómo la nave (su segunda etapa Super Heavy de 71 metros) intenta aterrizar con éxito en tierra firme, sostenida por la estructura de lanzamiento robótica, Mechazilla.
Con cada nuevo vuelo, la empresa avanza en sus pruebas hacia el despegue definitivo en el que el cohete sirva de transporte a la Luna en las misiones Artemis, y más adelante a Marte. Esta nueva prueba, más ambiciosa que las anteriores podría producirse en las últimas semanas de agosto, pues la compañía ha asegurado en la red social, X, propiedad también de Musk: "La Starship y la Super Heavy del vuelo 5 están listas para volar, a la espera de la aprobación regulatoria".
Aún hay pendientes "pruebas adicionales de captura de propulsores y pruebas del vehículo del vuelo 6 mientras se espera la autorización para volar", aseguran. El magnate, fundador de esta empresa, cree que hay un 50% de posibilidades de que la torre tenga éxito y capture la nave en su regreso controlado.
Musk ha compartido una fotografía impresionante de uno de los motores Raptor 3 de Starhip en una prueba de fuego, un encendido controlado. La inmensa nave y la lanzadera se han sometido a importantes modificaciones para corregir los fallos detectados en el último vuelo, donde se perdieron muchas placas del escudo térmico en la reentrada.
Se ha reforzado ese escudo y continúan los preparativos. En este quinto ensayo, el cohete debe superar con mayor éxito la reentrada en la atmósfera y colocarse para que Mechazilla lo agarre. Lo que se podría describir como una gigantesca máquina atrapa cohetes será el cierre definitivo del cohete en esta siguiente prueba. La estructura deberá sujetar al cohete durante su aterrizaje de regreso, una operación realmente compleja.
Ahora toca ir un poco más allá, como muestra el vídeo comentado por el propio Musk, el brazo robótico de proporciones épicas será el encargado de atrapar el cohete en su descenso. En concreto la primera etapa, el Super Heavy, para volver a colocarlo en la plataforma de lanzamiento e instalar después una nueva primera etapa de cara al siguiente despegue. Un sistema que pretende automatizar y acelerar los vuelos espaciales a un nivel nunca antes visto.
La compañía declaró recientemente que el área circundante puede soportar "las condiciones ambientales del lanzamiento y el regreso del cohete más poderoso jamás volado", en respuesta a las críticas que apuntan al impacto negativo de la frecuente actividad de la empresa, que lanzo un cohete de menor dimensión cada semana, y un Starship cada dos meses.
El Super Heavy, tiene una capacidad de propelente de 3.400 toneladas, y su empuje de despegue a las 7.590 toneladas-fuerza gracias a sus 33 motores Raptor, 13 en el centro y los 20 restantes en el perímetro de la popa del propulsor. Sin embargo, desde SpaceX explican que solo se produce "un estampido sónico", lo que definen como "un ruido breve, parecido a un trueno" y reiteran que "el único impacto que se produce en las zonas circundantes tras un estampido sónico es el breve ruido".