El ritmo de lanzamiento y vuelos de prueba de los cohetes de SpaceX choca con los fallos y retrasos que afrontan sus principales competidores. Este verano está en duda si la cápsula Starliner de Boeing podrá regresar a sus dos astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS). Al mismo tiempo, el cohete de Blue Origin, la empresa espacial de Jeff Bezos, sufre varios incidentes a las puertas de su primer lanzamiento, que acumula años de demoras.

New Glenn lucía espléndido los primeros meses del año en la plataforma de lanzamiento, listo para iniciar la tradicional serie de pruebas previas al despegue. Ese primer cohete debería despegar en unos meses, pero Bloomberg informa de una cadena de errores y problemas no informados por la empresa que afectan a los siguientes vuelos programados.

El medio recoge declaraciones de fuentes anónimas relacionadas con el trabajo de Blue Origin. Mientras se trasladaba la parte superior de un cohete New Glenn a un hangar de almacenamiento, este se desplomó sobre sí misma, o más bien, se arrugó por un cambio de presión. El suceso se habría ocasionado por un error de los trabajadores, pero hasta ahora no se habría informado de ello públicamente.

New Glenn, cohete de Blue Origin en la plataforma de lanzamiento Blue Origin Omicrono

En otro incidente, otra parte superior del cohete falló durante una prueba de resistencia y terminó explotando. No se habrían producido heridos en el accidente y la empresa trabaja ahora en las reparaciones necesarias. En principio, estos contratiempos solo afectan a modelos destinados al segundo y tercer lanzamiento, el primero se está preparando sin incidentes conocidos.

Blue Origin no es la única que sufre fallos en pruebas o accidentes. SpaceX también se encontró en sus inicios con casos similares, incluso a día de hoy. Aunque la empresa de Elon Musk ha conseguido convertirse en líder de la industria y servir como transporte de la NASA y otras misiones espaciales desde 2020. Musk y Bezos fundaron sus empresas espaciales con un año de diferencia y los resultados son muy distintos.

El cohete New Glenn camino de la plataforma de lanzamiento Blue Origin Omicrono

El primero de los incidentes es el más llamativo. Se trataba de una operación para trasladar parte superior del cohete (destinada al segundo vuelo programado), hasta un hangar de almacenamiento con aire acondicionado. El cohete debía pasar por el exterior con la alta humedad de Florida a un interior más frío y seco. El fallo habría estado en no contar con válvulas de liberación de presión, lo que provocó que el equipo se enfriará hasta el punto en que se arrugó sobre sí misma, como una lata de  refresco aplastada.

A pesar de los problemas, Blue Origin sigue adelante con un plazo ajustado. Debe lanzar un cohete dentro de dos meses. Servirá de lanzadera a la misión Escapade hacia Marte de la NASA y la fecha es clave. En octubre, el planeta rojo estará lo suficientemente cerca de la Tierra para llegar. Si no, habrá que esperar otros dos años hasta que los planetas se alineen. En ese viaje se enviará dos naves espaciales gemelas a Marte para estudiar el campo magnético del planeta.