El uso de drones en la guerra de Ucrania ha supuesto un cambio notable en las reglas del campo de batalla. Tanto es así, que la industria del país se ha reforzado en este ámbito con compañías desarrollando aeronaves no tripuladas cada vez más avanzadas y capaces de llevar cargas explosivas a bordo. El último ejemplo es el recién incorporado Palianytsia, un "dron-cohete de largo radio" que acaba de estrenarse en el campo de batalla y del que España no tiene un equivalente.
El pasado día 24 de agosto tuvo su primera actuación "exitosa en combate", según recalcó Zelenski a través de la red social X. "Fue diseñado internamente para destruir el potencial ofensivo del enemigo", prosiguió, en un tiempo récord de año y medio.
"La producción de drones-cohete crecerá al igual que nuestra producción de drones de ataque de largo alcance, cuya eficiencia vemos casi a diario". El anuncio vino acompañado de un vídeo promocional donde aparecen ciertas cualidades de la nueva arma y que ha sido grabado por United 24, la plataforma oficial de recaudación de fondos para Ucrania.
Nuevo dron ucraniano
La palabra Palianytsia se refiere a un tipo de pan típico ucraniano y que los rusos, por las diferencias lingüísticas "no saben pronunciar correctamente", según indican en el vídeo promocional. "Pero ahora van a aprender esta palabra desde una perspectiva completamente diferente".
El estado ucraniano ha lanzado diferentes programas para el desarrollo de proyectos de cohetes por parte de compañías privadas, invirtiendo en oficinas de diseño e impulsando la desregulación para estimular a la industria. "Y aquí están los primeros resultados" en forma de dron.
La mayoría de las características técnicas del Palianytsia están clasificadas, según explican, con el fin de impedir la revelación de las capacidades al enemigo. Sin embargo, sí recalcan que dentro de su rango de acción están dos docenas de bases aéreas militares rusas. Desde la zona más occidental limítrofe con los países bálticos hasta la oriental cercana al mar Negro.
El equipo de producción está compuesto por especialistas en diferentes campos, incluidas personas que "nunca han trabajado con tecnologías enfocadas a la defensa". Sin embargo, según cuentan en el vídeo, con "la agresión del enemigo tomaron el cargo de desarrollar el Palianytsia".
El trabajo ha estado condicionado por dos aspectos poco comunes dentro de la industria militar convencional. El primero es que el desarrollo sólo ha tomado un año y medio. "Para conseguirlo, el equipo trabajo sin días de descanso o vacaciones durante todo este periodo", apuntan, con la motivación de que un retraso significaría la pérdida de vidas humanas ucranianas.
El segundo aspecto particular del Palianytsia es que los desarrolladores no han considerado la rentabilidad del proyecto, algo que no suele ser para nada común dentro de las compañías dedicadas a la defensa. Las únicas prioridades "son la fiabilidad y la efectividad" en el campo de batalla.
Por otro lado, las características estructurales también permanecen clasificadas y tan sólo se conoce que este nuevo dron se lanza desde una plataforma colocada en tierra firme y que "emplea un motor turbojet". Aquí es donde llega una incongruencia muy importante respecto a lo que se ha venido anunciando.
Según los esquemas publicados en el vídeo, la aeronave no tripulada emplea un motor a reacción más parecido al de un avión convencional que a cualquier otra cosa. Un motor cohete necesita contar con un propelente —sólido o líquido— que lleve a cabo la reacción química exotérmica, algo de lo que carece el Palianytsia, ya que emplearán un combustible de aviación tradicional y toma el aire atmosférico.
Más allá de las denominaciones más comerciales, desde United 24 también indican que está equipado con contramedidas electrónicas que le permiten volar en espacios aéreos con el espectro radioeléctrico comprometido, una de las especialidades de las fuerzas rusas.
"El dron se conecta directamente al satélite para conocer su posición exacta". Pero si la conectividad se pierde, "existen otros sistemas que mantienen la trayectoria requerida" por los operadores militares ucranianos.
En cuanto al coste por unidad, indican que es "mucho más bajo que sus contrapartes". Además, se está llevando a cabo el trabajo para reducir todavía más coste al mismo tiempo que se incrementa el ritmo de fabricación.
Uno de los motivos del desarrollo del Palianytsia es que "todavía Estados Unidos y Reino Unido no permiten el uso de sus misiles ATACMS y Storm Shadow contra bases aéreas rusas". La prohibición del empleo de armamento cedido por la OTAN para atacar posiciones rusas ha sido una de las líneas rojas que han permanecido desde los comienzos de la invasión.
En esas bases aéreas es donde Rusia guarda sus bombarderos y cazas listos para ejecutar ataques de largo radio. Por este motivo, las Fuerzas Armadas de Ucrania llevan atacando cada vez que tienen ocasión estas instalaciones militares. Las últimas que han trascendido ocurrieron el pasado 14 de agosto en los aeródromos de Khalino, Baltimor, Savasleyka y Borisoglebsk. Una semana después, el 21, llevaron a cabo un ataque a un aeropuerto cerca de Moscú.
Storm Shadow
El propósito de este nuevo e insólito dron-cohete ucraniano sería sustituir al Storm Shadow (Sombra de Tormenta en español), un misil de crucero basado en los proyectiles Apache franceses. Fue desarrollado a partir de 1994 por el fabricante galo Matra y British Aerospace, y actualmente se fabrican bajo el paraguas del consorcio europeo MBDA. Su nombre corresponde a la denominación británica, mientras que en francés es conocido como SCALP-EG.
El misil tiene un alcance de entre 250 y 300 km y cuenta con una ojiva en tándem de 450 kg. Está propulsado por un turborreactor que alcanza una velocidad de Mach 0,8 (casi 1.000 km/h) y ha sido adaptado para poder lanzarlo desde diversos aviones, como los Tornado IDS, Dassault Rafale o el Eurofighter. Según varios reportes, la entrega a Ucrania se ha retrasado precisamente por las dificultades para acondicionar estos misiles a los cazas MiG de origen soviético, los únicos de los que disponen hasta la fecha las fuerzas aéreas ucranianas.
La ojiva BROACH cuenta con una carga penetrante inicial para penetrar el suelo o perforar el exterior de un búnker y, a continuación, una espoleta de retardo variable para controlar la detonación de la ojiva principal. El misil pesa en total unos 1.300 kilogramos, tiene un diámetro máximo de 48 cm, 2,84 metros de envergadura y una longitud de 5,10 metros. Los objetivos para los que está diseñado incluyen puestos de mando, control y comunicaciones, búnkeres reforzados, aeródromos, infraestructuras críticas, buques de superficie o puentes.
Es un misil de "disparar y olvidar", programado antes del lanzamiento. Una vez lanzado, el misil no puede controlarse ni ordenarse su autodestrucción, y la información sobre su objetivo no puede modificarse. El misil sigue una trayectoria de forma semiautónoma, en un vuelo bajo guiado por GPS y cartografía del terreno hasta la zona designada. Una vez que está cerca del objetivo, el misil realiza una trayectoria ascendente para luego caer en picado, como los drones suicidas que están utilizando tanto Ucrania como Rusia desde el inicio del conflicto.