La principal carencia de Irán en el plano militar se encuentra en su rama naval. La complejidad de esta industria, junto a los multimillonarios proyectos que se necesitan para diseñar, desarrollar y construir desde cero un buque de gran calado como puede ser un portaeronaves se mantienen, por el momento, muy lejos de ser una realidad, a diferencia de España con barcos como el Juan Carlos I.
Sin embargo, la urgente necesidad de contar con una plataforma de proyección naval para aeronaves de ala fija —se desconoce si tripuladas o no— ha hecho que los ingenieros del país persa modifiquen un barco portacontenedores, como los que recalan en los puertos de todo el mundo con mercancía a bordo. La primera vez que se escuchó sobre esta idea fue en el año 2022, cuando algunas imágenes aparecieron en internet sobre esta adaptación tan particular.
Ahora, una nueva fotografía muestra más detalles sobre estas embarcaciones. En concreto, de la Shahid Bagheri, que se encuentra en la actualidad atracada en un puerto iraní mientras se realizan los últimos trabajos. Uno de los detalles más sorprendentes de las instantáneas es que cuenta con una cubierta de vuelo en pendiente.
Si bien la fecha de esta imagen es desconocida, sí se puede apreciar una importante evolución respecto al vídeo que corrió por las redes sociales el pasado mes de diciembre de 2023. La mencionada cubierta de vuelo parece mucho más completa y han incluido una zona de operaciones para las aeronaves aledaña marcada en la superficie, según recoge TWZ.
La embarcación está siendo construida para la Armada del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y toma como base el portacontenedores Perarin. Además, se espera que se lleven a cabo una segunda unidad del mismo tipo llamado Shahid Mahdavi.
Cómo son los portaviones
La nación de los ayatolás se convertirá así en el primer país de Oriente Medio en tener un portaviones operativo. Lo curioso es que, en realidad, se trata de cargueros con más de 22 años de antigüedad que en principio no podrán lanzar aeronaves de ala fija, sino que estarán totalmente centrados en la flota de drones y helicópteros del ejército iraní.
Al ser portacontenedores en su origen, los dos buques contaban con una larga cubierta plana en la mayor parte de su eslora. Para convertirlos en portaeronaves, Irán ha decidido construir la cubierta de vuelo en ángulo, lo que permitiría tanto lanzar como recibir aviones por separado.
Los dos buques de guerra reciben el nombre de Shahid-Mahdav y Shahid Bagheri. No existe una información clara acerca de cuál de los dos estará antes en funcionamiento y, según Sutton, las dimensiones y características de ambas embarcaciones resultarían prácticamente iguales.
Tampoco hay un consenso acerca del carguero que se está convirtiendo. Por un lado, el medio The Maritime Executive reconocía en el buque mercante que llevaba en dique seco desde mayo de 2022 al barco de bandera iraní Sarvin. Este tiene unas dimensiones de 240 metros de eslora y 34 metros de manga.
Sin embargo, según Sutton, el buque que él mismo detectó es el Perarin, un gran portacontenedores construido en el año 2000. Que exista confusión es lógico, pues las dimensiones de este buque son similares a las del Sarvin: cuenta con una manga de 32,2 metros y mide 240,2 metros de eslora.
No es la primera vez que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán convierte buques mercantes en buques de guerra. Hace pocos días recalaba en Brasil el mayor buque de la Armada iraní, el IRIS Makran (441), tras haber realizado operaciones en distintos puntos del mundo. En realidad, se trata de un antiguo petrolero convertido en buque de guerra en 2021.
Aunque figuraba entre los buques civiles más grandes del mundo, el Makran tiene unas dimensiones considerablemente menores a las de un portaviones: 228 metros de eslora por 42 metros de manga. Su gran plataforma central ofrece espacio para siete drones de gran tamaño u otros vehículos aéreos no tripulados.
Irán tampoco es el primer país que acaba teniendo un portaviones que en su origen no iba a tener este uso. De hecho, de los 16 países que tienen portaviones, tres de ellos han recurrido a esta fórmula. Por ejemplo, Japón está transformando los dos destructores JS Izumo y JS Kaga en buques capaces de transportar cazas F-35B Lightning II. Incluso EEUU recurrió a este método con su primer portaviones, el USS Langley, que en origen era un barco carbonero.
Drones a bordo
Aunque si algo diferencia a Irán de los países que también han reconvertido sus portaviones es que no tienen —ni de lejos— la misma capacidad armamentística. Como consecuencia de décadas de sanciones militares, los dos portaviones podrían desplazar helicópteros militares que este país adquirió hace 40 años bajo el régimen del último Sha de Irán.
El Régimen Islámico sí que ha encontrado un filón en los drones, como ha demostrado con sus envíos a Rusia. Aunque no termine de concretarse la cifra, se estima que el ejército ruso se ha hecho con unos 1.700 drones no tripulados Shahed-136. Con un rango de entre 2.000 y 2.500 kilómetros en rutas de vuelo bajo, estas aeronaves no tripuladas tienen una capacidad de volar a 180 kilómetros por hora.
Los Shahed-136 —en funcionamiento desde 2021— miden 3,5 metros de largo por una envergadura de 2,5 metros y tienen un peso de casi 200 kilogramos. En el morro acomodan una ojiva explosiva y el sistema de guiado a través de un sensor óptico. Se centran principalmente en objetivos terrestres, ya sea para arremeter contra equipamiento de ataque o pensado para contramedidas.
Pese a que se puede montar en prácticamente cualquier vehículo tanto militar como comercial, lo cierto es que sobre los portaviones permitirían a Irán llegar a nuevos objetivos y lanzar ataques en zonas donde previamente sería imposible. Estos desarrollos estarían especialmente dirigidos en dirección a los principales adversarios iraníes en la actualidad, Israel y Arabia Saudí, aparte de EEUU.
Entre la variedad de vehículos aéreos no tripulados con los que cuenta Irán, el otro gran candidato a subir a bordo de los portaviones son los Mohajer-6, drones que también ha utilizado el ejército de Rusia en territorio ucraniano. Tienen una envergadura de 10 metros y una longitud que por poco no llega a 6 metros, un tamaño que se sostiene en tierra por un tren de aterrizaje fijo de tres patas. Al igual que los Shahed-136, los Mohajer-6 están diseñados para realizar labores de espionaje, reconocimiento y ataque.