Así es la avioneta convertida en dron que EEUU quiere usar para espiar a China: más de 40 horas en vuelo a 5.000 metros
La aeronave se basa en un ultraligero modificado para incorporar vuelo radiocontrolado y autónomo, además de sensores de espionaje a bordo.
31 agosto, 2024 02:33Al mismo tiempo que la tensión entre Irán e Israel sigue escalando, los intereses estratégicos y geopolíticos Estados Unidos miran hacia el océano Pacífico. Concretamente a China y a su intención de incorporar a Taiwán como un territorio más del gigante asiático. Debido a ello, desde el Departamento de Defensa estadounidense se plantea el traslado a la región de una aeronave muy particular y de la que España carece. Se trata del dron RQ-29, que bien podría ser un planeador o avioneta de recreo inofensiva, pero que realmente es una singular plataforma de espionaje camuflada.
Un documento recientemente publicado del Comando de Operaciones Especiales aporta detalles sobre un posible despliegue del dron más allá del territorio estadounidense. En concreto, una de las ubicaciones que destaca es el teatro de operaciones Indo-Pacífico, donde se llevaría a cabo el vuelo de la aeronave. Tal y como indican en TWZ, la mecánica sería desplegar a personal logístico en la zona mientras la operación de control se realizaría desde EEUU.
"El Comando de Operaciones Espaciales de la Marina (MARSOC) opera el sistema aéreo no tripulado RQ-29 [...] para apoyar a las operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) para el Comando de Operaciones Espaciales de Estados Unidos", según reza el documento publicado. Es, por tanto, una de las plataformas para misiones ISR más avanzadas y discretas de cuantas tiene en su poder esta rama del Departamento de Defensa del país norteamericano.
Dron camuflado
El RQ-29, conocido hasta ahora simplemente como Long Endurance Aircraft (LEA, o Aeronave de Gran Autonomía), ha estado destacado en operaciones de inteligencia en el Medio Oriente durante los últimos años. Ha participado en despliegues confirmados en Irak, Siria o Yemen, donde ha llevado a cabo misiones de este tipo con un perfil discreto y persistente para dar apoyo a operaciones antiterroristas y otras de baja intensidad.
En el posible despliegue en el teatro Pacífico, es posible que este modelo de dron se use para misiones militares similares a las de Oriente Medio. Por ejemplo, las Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses ya trabajaron en Filipinas en 2017 contra la franquicia del ISIS en el país, donde hubo una estrecha colaboración entre Manila y Washington DC.
Esta relación se ha mantenido y reforzado durante los últimos meses, tanto es así que China ya ve a Filipinas como una amenaza por la operación marítima estadounidense en sus aguas y desde el Pentágono se evalúa la reapertura de una base naval al oeste del país. Las reclamaciones de Pekín sobre el Mar de la China Meridional —y por extensión sobre Taiwán— también han supuesto un incremento de tensiones en la región que todavía perdura.
Uno de los momentos álgidos ocurrió a principios de agosto de 2022, cuando Nancy Pelosi aterrizó en Taipéi en visita diplomática, algo que no sentó nada bien a Xi Jinping. Sus altos mandos militares ordenaron incursiones de cazas en el Estrecho de Formosa.
El RQ-29 lleva volando para el Departamento de Defensa estadounidense desde el año 2016, proporcionando vigilancia electrónica y de vídeo de forma "completa, rentable y duradera para operaciones ISR más allá de la línea de visión", según explica el fabricante de la plataforma TSC.
Es una plataforma de altitud media y gran duración (formato conocido en inglés como MALE, por sus siglas) que utiliza la estructura del ultraligero Pipistrel Sinus, una aeronave comercial de alta relación de sustentación y resistencia que permite un vuelo sostenido muy económico.
La conversión en dron "proporciona operaciones de vuelo de despegue y aterrizaje totalmente automatizadas utilizando navegación GPS reforzada y un sistema de comando con comunicación satelital cifrado para un verdadero acceso operativo global", explica TSC. Según recogen en un comunicado, el RQ-29 también "puede proporcionar una capacidad ISR expedicionaria rápida para el despliegue en lugares austeros con operaciones iniciadas en menos de 24 horas".
El sistema LEA (Long Endurance Aircraft, como llama TSC a la aeronave) "emplea muchas tecnologías comerciales y militares de vanguardia, al tiempo que proporciona una reducción significativa demostrada en los costes de mantenimiento y operaciones". Según indican los datos más recientes, el dron ha realizado más de 3.000 salidas en misión y acumula más de 40.000 horas de vuelo.
Espionaje de largo radio
"El alto nivel de automatización del dron reduce en gran medida los requisitos de capacitación de los operadores a menos de 6 semanas y el pequeño tamaño del equipo de operaciones reduce significativamente los costes operativos en relación con otras plataformas ISR no tripuladas". La aeronave mide 15 metros de envergadura, 7 de largo y 2 de alto, y el formato de la estructura aerodinámica es exactamente igual que el modelo antes mencionado.
La diferencia radica en el interior del aparato, al retirar todos los elementos accesorios para la operativa del dron. Los asientos y todo el hardware de la cabina de mandos se sustituyen por sistemas radiocontrolados y con un cierto grado de autonomía a la hora de navegar.
Tiene una velocidad de crucero de 185 km/h y vuela a una altitud de 5.100 metros sobre el nivel del mar. La autonomía exacta se mantiene en secreto, aunque TSC apunta a que el dron puede mantenerse en el aire durante 24 horas con todo el equipo de espionaje a bordo y puede llegar a superar las 40 horas cuando lleva menos peso.
En mayo de 2020, una unidad de este modelo de dron tuvo un accidente en el Aeropuerto Internacional de Erbil (Irak) mientras realizaba una misión de espionaje. Fue en ese momento cuando el Comando Conjunto de Operaciones Especiales tuvo que confirmar que estaban volando este tipo de aeronave en Medio Oriente y que ahora, probablemente, hará lo propio en el Pacífico.